AMLO propone a fiel colaboradora al mando de la seguridad
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — El presidente Andrés Manuel López Obrador propuso el viernes a Rosa Icela Rodríguez, periodista y colaboradora del mandatario desde hace más de una década, para hacerse cargo de la coordinación de la seguridad en México, un país que sigue acosado por la violencia vinculada con el crimen organizado.
Rodríguez, que actualmente se recupera de COVID-19, sustituiría así a Alfonso Durazo al frente de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana y se convertiría en la primera mujer en asumir la coordinación del gabinete de seguridad del gobierno federal.
Durazo presentó formalmente su renuncia el viernes, durante la reunión del gabinete de seguridad, para poder postularse a la gobernación del norteño estado de Sonora . Horas después López Obrador hizo el anuncio aunque reconoció que no había hablado directamente con ella, con lo que desconocía si aceptaría la oferta.
Rodríguez, antigua reportera y servidora pública desde hace dos décadas, había salido recientemente del gabinete de Claudia Sheinbaum, la jefa de Gobierno de Ciudad de México, donde fue secretaria de Gobierno, y se había incorporado al Ejecutivo federal para hacerse cargo de los puertos y facilitar el traspaso de su mando al Secretaría de Marina.
“La necesitaba para poner orden en los puertos... para acabar con la corrupción en los puertos, el contrabando, la introducción de droga”, dijo López Obrador. Según explicó, Rodríguez hizo un diagnóstico de la situación en ese sector que sirvió para elaborar la reforma de la ley aprobada esta semana por el Senado y que entrega el control de los puertos a la Marina.
Cuando López Obrador fue alcalde de la capital (2000-2005), Rodríguez trabajó en Seguridad Pública y también fue secretaria de Desarrollo Social.
El presidente llevaba semanas diciendo que la principal cualidad que buscaba entre los candidatos a sustituir a Durazo -que ya había anunciado sus aspiraciones políticas- era que fuera alguien honesto y de su plena confianza.
La estrategia de seguridad de López Obrador tiene su eje fundamental en las fuerzas armadas -el ejército, la Marina y la Guardia Nacional- que cada vez acaparan más funciones. Aunque el presidente ha dicho que se han reducido algunos delitos, la violencia vinculada con los cárteles sigue al alza.