La muerte elegante: ¡La Catrina!
Hay personajes en el imaginario mexicano que son únicos. Algunos nos causan risa por su simpatía y ocurrencias. Otros por el contrario, nos asustan mucho pues salen de las leyendas mexicanas. Y ni qué decir de los que nos inspiran respeto y admiración. Pero el que nos ocupa ahora, es capaz de despertarnos todos estos sentimientos, al mismo tiempo.
Es bien sabido que el Día de Muertos tiene una especial relevancia en México, pero si tuviéramos que resumirlo en un solo concepto diríamos que a diferencia de la celebración del inicio del año nuevo celta, el Halloween del país del norte, no es un disfraz sino una cultura. Y aunque el personaje principal de esta celebración es la muerte, nada refleja mejor su concepto que la famosa CATRINA.
La palabra "Catrín" hace referencia a un caballero elegantemente vestido, impecable, con elementos a la última moda y que gusta acompañarse de una bella dama, ataviada de igual manera. De ahí que una mujer elegante, bien vestida, dando la apariencia de una clase social elevada, reciba el nombre de CATRINA. Pero esto no siempre es reflejo de estas clases sociales. Más bien hace alusión a un estatus aspiracional, es decir que es el modelo a seguir por los individuos.
Tiene sus orígenes en los gobiernos de Benito Juárez, Sebastián Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz. Eran textos impresos en los periódicos opositores de la época, que criticaban de manera ingeniosa y divertida a los políticos las clases altas y a la situación del país en general. Se les acompañaba de imágenes de cráneos y huesos, como alusión a los esqueletos que cada quien tenía escondidos. Por todo esto, se les llamó CALAVERAS. Algunos de los caricaturistas que las hicieron famosas fueron Manuel Manilla y Constantino Escalante.
Pero no fue hasta que José Guadalupe Posada, el célebre grabador originario de Aguascalientes, que en 1910, le dio cuerpo propio, aunque suene a ironía. También era conocida como la CALAVERA GARBANCERA. Se le llamaba así como referencia a los que vendían este grano, de origen indígena, renegaban no solamente de su origen sino de su cultura al pretender ser franceses o españoles. Y lo reflejaba al usar un elegante sombrero adornado con plumas de avestruz, mientras iba desnuda y tomaba pulque.
El célebre artista mexicano, la vistió elegantemente hasta con estola de plumas, junto a Frida Kahlo, al pintarla en su bello mural SUEÑO DE UNA TARDE DOMINICAL EN LA ALAMEDA CENTRAL y que por muchos años engalanó el vestíbulo del Hotel de Prado. Estaba ubicado frente a la alameda central de la ciudad de México. Desafortunadamente este emblemático edificio se vio severamente afectado con el sismo de 1985, pero se logró rescatar dicho mural y está ubicado a un costado de tan famoso parque, en un museo destinado solamente para esta obra tan importante.
Pero la Catrina no estaba sola. Solían imprimirla junto con las entrañables calaveras literarias, que son versos llenos de ingenio, gracias y picarda, alusivos a los personajes de la época, en los que se les critica, se relata su muerte y sobre todo, se hace referencia a su epitafio. Es un recordatorio permanente de lo único que tenemos seguro: nuestra muerte. Y que sin importar raza, posición social o ideología, igual nos va a llevar.
Calavera de la Catrina
La catrina bien se ríe, para no echarse a llorar
Aunque de ella nadie se fié, siempre nos ha de alcanzar
Nos seduce con su alegría y lo bien vestida que está
Y aunque muchos huirían, al hoyo los suele mandar.
Actualmente, se ha convertido es motivo de orgullo para los mexicanos. Sale a engalanar todas las celebraciones del Día de Muertos, ya sea como artesanía de cartón, papel maché, barro o imagen. También viste a los personajes que caminan sin distinciones de ningún tipo. Es anfitriona en ferias y festivales. Y hasta alegra a los niños cuando van por la calle "pidiendo su calaverita".
Pero no es una figura estática, también es motivo de inspiración de canciones modernas y antiguas, donde se le hace alusión como en la célebre LLORONA. Se ha convertido en artista de cortometrajes y películas, y hasta la hacen caricatura por los mejores artistas. Suele irse de parranda cuando aparece en los salones de baile, tomándose un rico mezcal mientras espera impaciente que alguien la saque a bailar un buen danzón.
Se ha convertido hasta en embajadora de nuestro país ya que en los concursos de Nuestra Belleza México de 2010, le otorgó el triunfo a la portadora de su traje, gracias a la votación internacional que se manifestó por internet y que marco un hecho sin precedentes. También es personaje principal de la historia de México, cuando fue proyectada en la Catedral Metropolitana con motivo de la celebración del Bicentenario de la Independencia de México.
A pesar de que en 2010 cumplió sus primeros 100 años de creación, no parece tener ganas de envejecer o detenerse. Desfila, canta, baila por las calles de México, cada vez que la convocan. Hace que tanto niños como jóvenes y adultos la admiren al pasar, se ríen con ella y se asombran de su gran agilidad, por lo que aunque festeje su cumpleaños con un pan de muerto en vez de un pastel, seguirá gozando por muchos años más de su presencia.