Pandemia compromete 65 millones de empleos en sector textil
MITO, Japón (AP) — La pandemia del coronavirus golpea con fuerza la industria textil y ha dejado en el aire a muchos de los 65 millones de trabajadores de ese sector en Asia, donde las fábricas cierran o enfrentan dificultades y rebajan los sueldos.
La Organización Internacional del Trabajo pide que se haga más por proteger a esos trabajadores.
El miércoles la OIT emitió un informe según el cual las exportaciones de los principales productores asiáticos bajaron un 70% en la primera mitad del 2020 y siguen por debajo de los niveles previos a la crisis. Las fábricas cierran o producen menos, y muchos trabajadores se quedan sin empleo.
Si bien esto tiene graves consecuencias para los trabajadores del sector —la mayoría de ellos mujeres—, la pandemia ofrece a las empresas de indumentarias la oportunidad de hacer que las cadenas de suministros sean más sólidas, sustentables y “centradas en los humanos”, según Christian Viegelahn, economista de la oficina de la OIT en Bangkok.
Agregó que la recuperación total del sector dependerá de que se supere la pandemia y que probablemente eso no ocurra antes del 2022.
Ofrecer reaseguros a los trabajadores del sector, que no tienen cómo responder cuando se quedan sin empleo en países como Bangladesh, Camboya y Myanmar, es vital, de acuerdo con los investigadores de la OIT.
La industria textil, por otro lado, tiene que mejorar aspectos básicos como el suministro de electricidad, la logistica y las comunicaciones, y también debe tratar de proteger mejor el medio ambiente.
“Se está hablando de todas estas cosas”, expresó Viegelahn en una conferencia virtual. “Es demasiado temprano para saber qué rumbo tomará el sector”.
El informe de la OIT evaluó las condiciones en diez países exportadores de indumentarias de la región de Asia y el Pacífico: Bangladesh, Camboya, China, India, Indonesia, Myanmar, Pakistán, las Filipinas, Sri Lanka y Vietnam. La región representa tres cuartas partes de los empleos en el sector textil.
Casi la mitad de esos empleos dependen de las exportaciones a los países ricos de Occidente, que soportan fuertes brotes del COVID-19 que afectan el comercio.
El estudio reveló que los trabajadores perdieron un promedio de dos a cuatro semanas de trabajo. Y solo tres de cada cinco empleados fueron llamados a trabajar cuando sus fábricas reabrieron tras un cierre por el virus.
Los que todavía tienen trabajo ganan menos o les pagan tarde, de acuerdo con Viegelahn.
Los expertos de la OIT dijeron que es imposible ofrecer estadísticas precisas porque todo cambia muy rápido.
El estudio de la OIT fue hecho por la Universidad Cornell y por un equipo de la OIT que incluyó expertos de organizaciones como Better Work, que procura mejorar las condiciones del sector.
La pandemia sacó a la luz las vulnerabilidades y debilidades de toda la cadena del sector textil, que “puede venirse abajo fácilmente, sin que haya reaseguros”, afirmó Tara Rangarajan, directora de comunicaciones de la unidad de Better Work para las Américas, que coopera con gobiernos, empresas internacionales, dueños de fábricas, sindicatos y trabajadores para mejorar las condiciones del sector y hacerlo más competitivo.
“Es importante que las empresas asuman sus responsabilidades para que no nos precipitemos al vacío”, manifestó Rangarajan.