Policía bielorrusa dispersa protesta y detienen a decenas
KIEV, Ucrania (AP) — La policía en Bielorrusia detuvo el sábado a decenas de manifestantes que exigen la renuncia del presidente que ha dirigido al país durante 26 años, tras unas elecciones de agosto consideradas por muchos fraudulentas.
Cientos de estudiantes marcharon por la capital al cántico de “Lárgate” dirigido al presidente Alexander Lukashenko. La policía detuvo su marcha, arrestó a varios y obligó a los demás a dispersarse.
Horas después, cientos de mujeres realizaron su marcha habitual de fin de semana por la capital, Minsk, portando sombrillas blanquirrojas —los colores de la bandera de la oposición.
“¡Ya cantaste tu canción, es hora de que te bajes del escenario!”, decía una de las pancartas.
El centro por los derechos humanos de Viasna denunció el arresto de más de 30 manifestantes.
Las protestas se suceden a diario desde los comicios del 9 de agosto en que se declaró a Lukashenko ganador con 80% de los votos. La Unión Europea y Estados Unidos afirmaron que la elección ni fue libre ni limpia y sancionaron a funcionarios bielorrusos de alto rango acusados de manipular la votación y montar la represión posterior.
Esta semana, la dirigente opositora Sviatlana Tsikhanouskaya, que se mudó a Lituania bajo presión de las autoridades bielorrusas, presentó un ultimátum a Lukashenko: Que anuncie su renuncia antes del 25 de octubre o enfrentará una huelga nacional.
Tsikhanouskaya elogió a los participantes de las movilizaciones del sábado y los describió como una “fuerza grande y brillante”.
Lukashenko, que gobierna la antigua nación soviética con puño de hierro desde 1994, ha acusado a Occidente de alentar las protestas y depende del apoyo de su principal patrocinador y aliado, Rusia, para mantener su cargo.
Las autoridades bielorrusas intentaron suprimir las protestas con masivas acciones violentas en los primeros días posteriores a los comicios. Dispersaron protestas pacíficas con granadas aturdidoras y balas de goma, detuvieron a miles y golpearon a cientos. La represión suscitó indignación internacional pero ayudó a aumentar el número de manifestantes, que cada domingo rebasa los 100.000 en las calles.
Otra protesta de este tipo está programa para el domingo.
Desde entonces, el gobierno ha disminuido sus acciones de violencia pero mantiene la presión mediante detenciones regulares de numerosos manifestantes y juicios a los principales activistas. Miembros prominentes del opositor Consejo de Coordinación, creado para impulsar una transición del poder, han sido arrestados u obligados a abandonar el país.
Las autoridades también han emprendido medidas metódicas para suprimir a la prensa independiente con detenciones de reporteros que cubren las protestas y amenazas de enviarlos a la cárcel por participar en las movilizaciones. Varios periodistas fueron detenidos el sábado.