Biden recurre a historia para resaltar gravedad de problemas
GETTYSBURG, Pensilvania, EE.UU. (AP) — Los aspirantes presidenciales tienden a declarar cada vez que hay elecciones que son las más importantes en la vida de los votantes. Joe Biden va más allá.
El candidato demócrata describe el 2020 como una maraña de crisis sociales, económicas, políticas, ambientales y de salud pública que resulta tan amenazante a la estabilidad de Estados Unidos como la Guerra Civil y la Gran Depresión. Biden hace referencias a los presidentes de esas épocas — Abraham Lincoln y Franklin D. Roosevelt — para inspirarse, e incluso utilizó uno de los campos de batalla más venerados de la nación, justo donde Lincoln pronunció el discurso de Gettysburg en 1863, como escenario para sus argumentos de cierre en contra del mandatario Donald Trump.
“Un siglo y medio después después de Gettysburg, deberíamos tomar en cuenta de nuevo lo que puede suceder cuando se niega la justicia igualitaria y cuando no se atienden el enojo y la violencia y la división”, dijo Biden en la región rural de Pensilvania.
Se comprometió, como presidente, a “conducir el ingenio y la buena voluntad de esta nación para convertir la división en unidad y unirnos”.
En una adaptación de las palabras de Lincoln, Biden añadió: “No puede ser que aquí y ahora, en 2020, permitamos que el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo desaparezca de la Tierra. No puede ser y no debe ser”.
Esa visión, afirman los asistentes de Biden, es más que retórica presidencial elevada; es trabajo preliminar necesario para gobernar. El ser una alternativa estable a Trump, el exprotagonista de reality shows al que Biden describe como “errático” y “peligroso”, podría ser suficiente para ganar en las urnas, argumentan.
Pero una vez en la Casa Blanca, Biden necesitaría un mandato claro de un electorado dividido si es que espera promulgar el tipo de propuestas amplias que propone para controlar la pandemia del coronavirus y sus consecuencias económicas, combatir la crisis climática y confrontar siglos de desigualdades raciales y económicas.
“Se está trabajando y pensando mucho en cómo superar realmente los desafíos en estos momentos de crisis que el gobierno de Trump no ha podido atender ni resolver”, dijo el senador demócrata Chris Coons, confidente de Biden, en una entrevista reciente.
“Es simple”, añadió Coons, quien ocupa el mismo escaño en el Senado en el que estuvo Biden durante 36 años. “Pero es complicado”.
Un asesor de Biden, que habló a condición de guardar el anonimato debido a que no tenía autorización para declarar en público sobre el tema, dijo que la campaña está sopesando la posibilidad de realizar al menos un gran discurso más antes de las elecciones del 3 de noviembre, con referencias históricas similares a las que mostró Biden en Gettysburg.
Hay riesgos e incógnitas en la postura del aspirante demócrata.
“Tom Dewey”, dijo Newt Gingrich, republicano expresidente de la Cámara de Representantes y aliado de Trump. Se refería al candidato presidencial republicano en 1948, quien parecía enfilarse a la victoria sobre el presidente Harry S. Truman en una época de incertidumbre local tras la Segunda Guerra Mundial.
“Dewey pasó buena parte de octubre hablando de lo buen presidente que sería, y Truman pasó octubre destrozando a Dewey” en sus detalles, dijo Gingrich sobre el repunte y victoria de Truman.
Pese a lo frágil que luce la posición política de Trump, los republicanos han respondido al argumento de Biden para una presidencia ambiciosa con sombrías advertencias de que el político de centro-izquierda es, de hecho, un conducto para que el país se encamine hacia el socialismo.
En palabras de Trump, las ideas de Biden para combatir la pandemia paralizarían la actividad económica; sus planes fiscales son una redistribución confiscatoria de la riqueza; la expansión de los seguros de atención médica equivale a darle al gobierno el control de ese sector; su reforma energética para combatir el cambio climático significaría el fin de millones de empleos; y sus palabras sobre la injusticia racial equivalen a declarar que todo el país es racista.