Reducción de ayudas por pandemia afecta a pobres en Brasil
RÍO DE JANEIRO (AP) — Muchas personas en Brasil enfrentan grandes dificultades económicas que hacen prever que millones regresarán a la pobreza, debido a una reducción de la asistencia gubernamental que reciben por la pandemia y fuertes aumentos de precios en los alimentos.
El gobierno de Brasil redujo en octubre a la mitad —a 300 reales (54 dólares)— sus transferencias mensuales de efectivo de emergencia destinadas a ayudar a los pobres a que sobrelleven las penurias de la crisis económica.
El programa, que comenzó en abril, ha sido el principal impulsor para sacar a 15 millones de personas de la pobreza, de ellas dos millones de julio a agosto, según un informe que la universidad Fundación Getulio Vargas difundió el viernes. La pobreza, que la FGV definió como un ingreso equivalente a la mitad de un salario mínimo mensual, o 523 reales, ha alcanzado su nivel más bajo desde al menos la década de 1970, según el autor del informe, Marcelo Neri, director del centro de política social en le FGV.
A medida que el gobierno reduce el programa a finales de año y el desempleo se mantiene alto, muchas de esas personas beneficiadas se convertirán en nuevos pobres, según Neri. Se prevé que la mitad de esa gente caiga en la pobreza sólo en octubre, informó.
Marcio Santos, de 27 años, solía vender botellas de agua en los semáforos en Sao Paulo. Ya nadie quiere comprarle porque le temen a la contaminación del COVID-19, así que ha estado viviendo del programa gubernamental de entregas de efectivo por la pandemia. Recibir 300 reales al mes en lugar de los 600 que ganó durante meses le está abriendo un boquete en sus finanzas.
“Para una familia que recibe asistencia de 300 reales ¿cómo podemos cuidar a nuestros cinco hijos con esto? No hay manera de que podamos comprar leche, pañales, comida”, afirmó.
El presidente Jair Bolsonaro dijo el mes pasado a la Asamblea General de Naciones Unidas que el programa de entregas de efectivo durante la pandemia había apuntalado el sustento de 65 millones de brasileños, convirtiéndose en una de las iniciativas de su tipo más amplias en el mundo. Numerosos analistas políticos atribuyen el aumento de la popularidad de Bolsonaro al éxito del programa. Alrededor de 40% de los brasileños entrevistados por la encuestadora Ibope califican al gobierno de Bolsonaro como bueno o excelente, según un sondeo difundido el 24 de septiembre.
Sin embargo, el gobierno brasileño carece de fuerza fiscal para mantener el alto costo de ese programa. Habrá que ver si las tasas de aprobación de Bolsonaro caerán cuando se retiren las asistencias.
Por otra parte, las alzas de los alimentos han estado perjudicando a los pobres.
Según la tasa de inflación que la agencia de estadísticas de Brasil dio a conocer el viernes, los alimentos y bebidas subieron de precio 2,3% en septiembre, su mayor incremento mensual del que se tenga registro desde 1994. Los precios de los alimentos han aumentado 7,3% en 2020, aunque algunos como el arroz, la leche y los tomates subieron 41, 30 y 26% respectivamente.
Los precios más altos de los alimentos se deben a una débil paridad cambiaria, que impulsa las exportaciones de Brasil pero constriñe la oferta interna, según Pedro Kislanov, que coordina el sondeo de inflación en la agencia. Asimismo, la demanda interna se ha incrementado debido al programa gubernamental de asistencia por el COVID-19.
Una cuidadora de ancianos, Cleide Valente, va al mismo mercado callejero en Sao Paulo cada semana y el jueves ella se quejó de la carestía en los alimentos.
“(Antes de la pandemia) podía hacer una buena compra con 120 reales. Hoy ya me gasté 160 reales”, dijo Valente, de 57 años.
Según el Banco Mundial, para finales de 2021, unos 150 millones de personas a nivel mundial podrían pasar a la pobreza extrema: tendrán que vivir con menos de 1,90 dólares al día. La cifra exacta dependerá del grado de contracción de las economías durante la pandemia de COVID-19, dijo el miércoles el banco en un informe.
Pollastri reportó desde Sao Paulo