Trump y el fisco: ¿Negocios o gastos personales?
NUEVA YORK (AP) — Las grandes pérdidas que reporta Donald Trump en sus declaraciones impositivas se deben en parte a las enormes deducciones que hizo antes y después de llegar a la presidencia.
Un tema clave es si esas deducciones que reportó el New York Times fueron excesivas, si no ilegales, y sirvieron para que Trump evitase el pago de millones de dólares en impuestos.
Trump presentó propiedades y gastos personales como negocios o inversiones. También dedujo millones de dólares en consultas no explicadas, incluidas algunas a su hija Ivanka. Otras deducciones notables sobre las que no debe pagar impuestos son 70.000 dólares en peluquería y los costos de su avión privado. El Servicio de Rentas Internas, conocido por sus siglas en inglés, IRS, es el que debe decidir si esas deducciones son legítimas.
Según el IRS, que lleva años investigando las declaraciones impositivas de Trump, una empresa puede deducir ciertos gastos “ordinarios” y necesarios, sobre los que no debe pagar impuestos.
Considere una cena, por ejemplo. No es inusual que un asesor financiero de renombre gaste 25.000 dólares anuales, o más, en atenciones a sus clientes. Pero el IRS investigará a fondo si un negocio pequeño trata de deducir ese tipo de sumas.
La interpretación de los términos “ordinario” y “necesario” es subjetiva y se presta a abusos.
“Algunas actividades y transacciones son perfectamente legales. Otras son algo sospechosas pero aceptables. Y están las que lucen turbias, seguidas de irregularidades, fraude y delitos fiscales”, dice Steven Rosenthal, de la organización Urban-Brookings Tax Policy Center.
Según el Times, Trump trata algunas de sus residencias como negocios y deduce millones de dólares. El diario cita el ejemplo de una propiedad al norte de la ciudad de Nueva York que la familia de Trump tiene para uso personal desde hace años y que es presentada como una inversión, que le permite deducir 2,2 millones de dólares en impuestos a la propiedad desde el 2014. También ha deducido cientos de miles de dólares en gastos como suministros y servicios, incluidas fotografías y jardinería de Mar-a-Lago, el club privado de Palm Beach, Florida, que también usa como residencia.
“El tema es: ¿Dedujeron solo las cifras asociadas con los negocios o todo?”, incluidos los gastos personales, dice Andre Finkle, socio de la firma contable Marcum LLP de Filadelfia. “No puedes deducir todo si partes del club son para provecho personal”.
El IRS les exige a los propietarios que calculen cuánto tiempo la instalación fue usada con fines personales y cuánto con fines comerciales, y prorratear las deducciones según esos cálculos.
Si Trump pasó tiempo en la propiedad, no puede deducir la totalidad de los 2,2 millones de dólares que pagó en impuestos. Lo que es más, de acuerdo con una ley que él mismo sancionó en el 2017, no puede deducir más de 10.000 dólares anuales de los impuestos a la propiedad desde el 2018.
Del mismo modo, Trump dedujo los gastos de su avión a pesar de que solo lo usó para viajar de una propiedad a otra y en su campaña del 2016, según el Times. Una revisión de los registros de vuelo puede permitir determinar el origen y el destino de cada vuelo, y si entre los pasajeros hubo personas con las que hacía negocios o solo familiares y amigos. Si iban solo familiares y amigos, no se podía hacer deducciones.
Trump también dedujo más de 70.000 dólares en peluquería mientras trabajaba en el show “The Apprentice”. Tal vez pueda argüir que era perfectamente legítimo contratar un peluquero caro mientras estaba en el programa. Más complicado sería justificar los 95.000 dólares en peluquería para Ivanka Trump que también dedujeron.
Duboff dijo que los gastos en peluquería pueden ser justificables si se demuestra que eran necesarios.
Rosenthal, por su parte, señala que “este tipo de gastos personales no se pueden deducir a menos que se relacionen exclusivamente con la apariencia profesional”.
El Times también dijo que Trump dedujo 26 millones de dólares --aproximadamente una quinta parte de sus ingresos-- en pagos a consultores. Un ejemplo es un hotel en Azerbaiyán de 5 millones de dólares por el que pagó 1,1 millones en consultorías. Documentos obtenidos por el Times no explican en detalle esos gastos, pero da la impresión de que Ivanka, una ejecutiva de la Organización Trump, recibió casi 750.000 dólares de esa suma.
Sería ilegal que Ivanka Trump cobrase como consultora siento empleada de la organización porque eso le permitiría a Trump evadir los impuestos laborales de una empleada y al mismo tiempo le daría una deducción.
Por otro lado, podría ser un regalo disimulado, según Duboff.
“Le das 750.000 dólares a un miembro de tu familia sin pagar impuestos a los regalos”, explicó.