Justicia argentina investiga nueva denuncia abuso clerical
BUENOS AIRES (AP) — La justicia de la provincia argentina de Entre Ríos investiga la denuncia de un hombre contra su tío sacerdote por presuntamente haber abusado de él cuando era un niño e intenta determinar si habría más víctimas.
La Unidad Fiscal de Violencia de Género y Abuso Sexual de Ente Ríos abrió pocos días atrás una causa basada en la denuncia que realizó el argentino Sergio Decuyper, de 42 años, contra su tío paterno, el sacerdote octogenario José Francisco Decuyper, por supuestamente haberlo violado cuando tenía cinco años en una casa de la familia cerca de la ciudad de Paraná, 480 kilómetros al noroeste de Buenos Aires.
Leandro Dato, integrante de dicha unidad, dijo el lunes a The Associated Press que escuchó al denunciante vía Skype, ya que reside en España, y en los próximos días procederá junto a otros colegas a “reconstruir su relato” a partir de los estudios psicológicos a los que ha sido sometido, los testimonios de sus familiares y eventuales estudios periciales al acusado, quien al parecer sufre una enfermedad mental y vive en una residencia para ancianos de la Iglesia católica.
El fiscal valoró el testimonio de Decuyper, al señalar que esta primera denuncia y su difusión en los últimos días en medios de prensa argentinos serviría para que otras víctimas “se animen” a hacer lo mismo.
El funcionario judicial reconoció que habrá trabas que sortear en el proceso debido a que el hecho habría ocurrido décadas atrás y la defensa del acusado probablemente alegará que prescribió, pero acotó que la procuración “tiene indicación expresa de investigar este tipo de delitos”.
“Es bueno que las personas que han sufrido ésto se decidan a denunciar”, señaló.
Argentina, y particularmente Entre Ríos, han sido escenario en los últimos años de varios casos de sacerdotes denunciados y condenados por abusos, como Justo Ilarraz, sentenciado a 25 años de cárcel.
Decuyper dijo por su parte a la AP que se decidió a actuar ante la justicia después de tratar su “trauma” en una terapia psicológica de la que obtuvo el alta en julio.
“Haberlo hecho es lo que me ayudó más, no dejar esto guardado para mí”, afirmó.
Decuyper también señaló que desde el año pasado ha hablado en varias ocasiones con el papa Francisco y con el arzobispo de Paraná Juan Alberto Puiggari sobre su traumática experiencia.
Segun dijo, el arzobispo le llamó en enero para señalarle la conveniencia de “cerrar la investigación previa” de su caso iniciada por el Vaticano debido al deteriorado estado de salud de su presunto abusador.
Decuyper afirmó que accedió a ello “porque estaba en terapia con medicación” y no tenía energía para tratar el asunto en ese momento, pero ahora dijo sentirse con fuerza para impulsar un proceso canónico. La AP intentó comunicarse con el arzobispo de Paraná para conocer su punto de vista al respecto, sin éxito.
La Secretaría de Estado del Vaticano le envió, por su parte, una carta fechada a Decuyper por correo electrónico en el que le recomendó ponerse en contacto con un experto canónico en Madrid para “exponerle sus inquietudes”.
Por otro lado, Decuyper lamentó que en su última y breve comunicación con el papa en una audiencia pública en Roma celebrada el 9 de septiembre, cuando le recordó su caso, el pontífice le recomendó que no denunciara penalmente a su tío y que guardara silencio al respecto porque “está demente y perdido”.
“Me pide silencio porque está pensando en que hay que perdonar a mi abusador, pero quedarme callado me hace mal; eso me destrozó la salud”, se lamentó Decuyper, quien se ha separado de su pareja, con la que tuvo dos hijos.
El vaticano no se ha expresado públicamente sobre estas declaraciones del argentino.