Autoridades mexicanas: Muerte de mujer baleada fue accidente
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — La muerte de una mujer que fue baleada por elementos de la Guardia Nacional durante una protesta por el uso de agua en el norte de México a principios de este mes fue un “lamentable accidente”, aseguró el comandante de la unidad el viernes.
Manifestantes se enfrentaron con miembros de la Guardia Nacional y tomaron posesión de una presa que ha sido usada para liberar agua para cubrir una deuda con Estados Unidos, como parte de un tratado de 1944. Muchos agricultores del estado de Chihuahua, en el norte de México, aseguran que necesitan el agua para sus cultivos.
El comandante de la Guardia Nacional, Luis Rodríguez Bucio, dijo que después de que sus elementos se retiraron de la presa, algunos manifestantes tomaron materiales de grado militar que quedaron en el lugar, entre ellos “granadas”, posiblemente refiriéndose a los proyectiles de gases lacrimógenos o de humo que se utilizaron para dispersar a los inconformes.
Rodríguez Bucio comentó que después de la retirada, tres sospechosos se acercaron a un destacamento de la Guardia Nacional y los amenazaron con arrojarles granadas. Los guardias detuvieron a los sospechosos, los subieron a vehículos de la unidad y se disponían a trasladarlos a una ciudad cercana para entregarlos a fiscales civiles.
En ese momento, detalló el comandante, vehículos conducidos por manifestantes interceptaron al convoy de la Guardia Nacional en el que se trasladaba a los sospechosos.
Los agentes escucharon disparos —no quedó claro de dónde provenían— y uno de los elementos de seguridad abrió fuego, impactando una camioneta en la que viajaban la mujer y su acompañante, que resultó gravemente herido.
Rodríguez Bucio dijo que los agentes pensaron que los manifestantes interceptaban el convoy e intentaban liberar a los sospechosos. Miembros de la fiscalía e investigadores militares abrieron una pesquisa de los hechos.
A México le queda poco tiempo para cubrir su deuda de agua antes del plazo del 24 de octubre. Los manifestantes tomaron el control de la presa de Chihuahua para evitar que se transfiera agua a agricultores y localidades ubicadas a lo largo del fronterizo río Bravo (conocido como río Grande en Estados Unidos).
De acuerdo con el tratado, Estados Unidos abastece cuatro veces más agua a México desde el río Colorado, ubicado más al oeste, por lo que a México le preocupa la posibilidad de perder ese suministro.