EEUU: Daño económico de incendios se suma al de pandemia
Los incendios que consumen los bosques de California y Oregon, y que oscurecen los cielos de San Francisco y Portland, también están dañando una economía regional ya deteriorada por la pandemia de coronavirus.
Los incendios forestales están destruyendo propiedades, causando enormes pérdidas a las aseguradoras y poniendo una tensión en la actividad económica de la Costa Oeste que podría durar un año o más.
La agencia de calificación crediticia A.M. Best estima que las pérdidas aseguradas por los incendios en California podrían superar los 13.000 millones de dólares registrados en 2017, cuando el estado fue afectado por tres de los cinco incendios más costosos en la historia de Estados Unidos.
“Sabemos que los daños son generalizados, pero no sabemos realmente cuántas casas, cuántas estructuras han sido destruidas”, dijo Adam Kamins, un economista que hace un seguimiento de los desastres naturales para Moody’s Analytics. “Imagino que el número va a ser insoportablemente alto”.
Es poco probable que los incendios hagan mucha mella en la economía general de Estados Unidos de 20 billones de dólares. Las consecuencias financieras se medirán en miles de millones de dólares, pero no en cientos de miles de millones o ni en billones. Para tener un impacto a nivel nacional, se necesitaría algo como el huracán Katrina en 2005, que interrumpió el suministro de petróleo, dijo Kamins.
Pero el dolor económico será intenso en las zonas diezmadas por el fuego, especialmente en las ciudades pobres de las zonas rurales de Oregon y California, en un momento en que muchas empresas ya han sucumbido ante la recesión inducida por la pandemia. La actividad económica de Estados Unidos se derrumbó a una tasa anual récord de 31,7% de abril a junio. El virus y las medidas destinadas a contenerlo han dejado a millones de estadounidenses sin trabajo.
El fuego arrasó con gran parte de la pequeña comunidad de Phoenix, en el sur de Oregon, incluyendo negocios como La Tapatia, un restaurante mexicano abierto en 1992.
“Buenos lugares como nuestro propio La Tapatia, pero tantos otros negocios familiares, destruidos por el incendio masivo”, informaron sus dueños a los clientes en Facebook, añadiendo que había “mucho que hacer” pero que esperaban reabrir algún día.
A cinco horas de distancia, en la ciudad costera de Lincoln, Oregon, el bar Autobahn 101 sobrevivió, pero la pareja propietaria del pub de estilo alemán perdió su casa, sus pollos y casi todas sus pertenencias personales por el fuego. Duermen en una habitación trasera del negocio.
El pub ya había reducido sus horas de trabajo debido a la pandemia, pero el copropietario Roy Baker era optimista sobre su futuro y todavía sueña con abrir una pequeña cervecería dentro de un contenedor en la parte de atrás.
“Nos estamos recuperando”, dijo Baker, quien reabrió temporalmente el domingo después de haber recableado el pub y desechado la comida que se echó a perder después de días sin electricidad. “Todo el mundo se está uniendo y ayudándose entre sí”.
Los Baker fueron unos de los miles de habitantes que evacuaron; docenas están desaparecidos y se teme que estén muertos.
En California, casi 17.000 bomberos están luchando contra 29 grandes incendios forestales. Desde mediados de agosto, los incendios han destruido 4.100 edificios y matado a 24 personas en el estado. Los incendios han engullido 1,3 millones de hectáreas (3,3 millones de acres) de tierra en California este año, una superficie mayor que el estado de Connecticut.
“Esto es como vivir un apocalipsis”, dijo Sarah Trubnick, de San Francisco, donde el humo de los incendios ha tapado el sol.
Trubnick tuvo que cerrar temporalmente su restaurante y bar de vinos, el Barrel Room, en el distrito financiero de la ciudad, hace dos semanas debido a la pandemia. Incluso sus amigos restauranteros que lograron permanecer abiertos ahora tienen problemas por el humo que hace imposible sentarse al aire libre. “Es como si cada día fuera algo nuevo”, dijo.
Los incendios forestales solían causar poco daño económico porque ocurrían en bosques remotos. Pero los estadounidenses se han ido asentado en zonas que solían ser tierra virgen, poniéndose en mayor riesgo a ellos y a sus hogares y negocios.
En 2014, Max Nielsen-Pincus, presidente del departamento de ciencia y gestión ambiental de la Universidad Estatal de Portland, e investigadores de la Universidad de Oregon y del Servicio Forestal de Estados Unidos estudiaron el impacto económico de los incendios forestales. Descubrieron que los incendios generaban ganancias económicas a corto plazo en las pequeñas comunidades, ya que los bomberos se registraban en los hoteles locales y comían en los restaurantes locales. Los trabajadores locales limpiaban los caminos y ayudaban a reconstruir.
Pero estos auges económicos son generalmente de corta duración. Para la primavera, las economías afectadas por lo general perdieron impulso y cayeron en un periodo de crecimiento más lento que podía durar hasta 18 meses. El turismo podría verse afectado porque “los visitantes podrían no querer volver por temor a encontrar un paisaje ennegrecido”, según el artículo publicado en la revista Forest Policy and Economics. Y algunas actividades económicas, como la tala de árboles, pueden quedar eliminadas.