Exlíderes británicos critican el plan de Brexit de Johnson
LONDRES (AP) — Dos ex primeros ministros británicos que jugaron papeles clave para llevar la paz a Irlanda del Norte unieron fuerzas el domingo para instar a los parlamentarios a rechazar los planes del gobierno de ignorar el acuerdo de Brexit con la Unión Europea, afirmando que pone en peligro la paz y daña la reputación británica.
En un artículo en The Sunday Times, John Major y Tony Blair arremetieron contra el actual gobierno británico por “avergonzar” al país con un proyecto legislativo que contradice partes del acuerdo ya firmado para permitir una salida suave de la Unión Europea.
Major, que es conservador, fue primer ministro entre 1990 y 1997, mientras que Blair, su sucesor laborista durante una década. En su columna afirmaron que la Ley de Mercado Interno de Johnson “pone en duda la misma integridad” de Reino Unido.
“Esta acción es un bochorno para el gobierno y avergüenza a nuestra nación”, añadieron.
El proyecto de ley, que se debatirá esta semana en el Parlamento, ha provocado una gran indignación en la UE porque socavaría la supervisión acordada del bloque sobre el comercio entre Gran Bretaña e Irlanda del Norte si no se consigue un acuerdo comercial entre Londres y Bruselas.
El gobierno británico ha admitido que la medida incumpliría el derecho internacional, pero alega que es una garantía en caso de que no se consiga un acuerdo con la UE para final de año. Johnson ha dicho que la ley hace falta para poner fin a las amenazas de la UE de imponer un “bloqueo” en el Mar de la Irlanda, lo que según el primer ministro podría “desguazar nuestro país”. Los líderes de la UE han rechazado furibundos esa acusación.
El secretario británico de Justicia dijo el domingo a la BBC que la legislación era “una cláusula de 'romper este cristal en caso de emergencia'”, por si fuera necesario, y que él renunciaría si creyera que se había roto el estado de Derecho de forma “inaceptable”.
“No creo que vayamos a llegar a ese punto”, dijo.
El gobierno británico no ha dado visos de cambiar de rumbo y hay firmes preocupaciones de que las conversaciones sobre un acuerdo comercial entre Gran Bretaña y la UE puedan colapsar en cuestión de semanas. Si eso ocurre, ambas partes impondrían aranceles y otras trabas comerciales al comenzar 2021.
Gran Bretaña dejó la UE el 31 de enero, pero está en un periodo de transición que en la práctica le permite beneficiarse hasta final de año del comercio sin aranceles en el bloque, mientras se negocian los nuevos términos. Incluso antes de esta disputa, las conversaciones entre el negociador jefe de la UE, Michel Barnier, y su homólogo británico, David Frost, habían hecho pocos avances.
Una pieza clave del acuerdo de salida del Brexit es la llamada salvaguarda irlandesa, que asegura una frontera abierta en la isla para proteger el acuerdo de paz en Irlanda del Norte.
El asunto fue un motivo de choque en los más de dos años de negociaciones que requirió el acuerdo de Brexit, ya que la frontera entre Irlanda del Norte e Irlanda es la única linde terrestre entre Reino Unido y la UE.
La UE quería garantías de que la frontera no se utilizaría como ruta disimulada para enviar a Irlanda productos sin las pertinentes licencias desde Gran Bretaña, formada por Inglaterra, Escocia y Gales. Como resultado, ambas partes acordaron que habría alguna clase de frontera regulatoria entre Irlanda del Norte y Gran Bretaña.
Major y Blair, que se opusieron con rotundidad al Brexit, dijeron que la norma que prepara el gobierno pone en peligro el acuerdo del Viernes Santo de 1998, que puso fin a décadas de violencia en Irlanda del Norte.
Ambos dijeron que la ley “niega la certidumbre, la estabilidad política y la claridad legal que son cruciales en el delicado equilibrio entre el norte y el sur de Irlanda, la base del proceso de paz”.
No estaba claro si el Parlamento británico aprobaría el proyecto de ley, ya que varios miembros del Partido Conservador de Johnson no estaban cómodos con la perspectiva de que el gobierno incumpliera el derecho internacional.
Tobias Ellwood es un parlamentario que ha dicho que no aceptará la ley, afirmando que menoscava “nuestra posición de modelo a seguir como defensor de los estándares globales”.