Digital o en autocine: festivales buscan salvar la temporada
NUEVA YORK (AP) — Esta suele ser la época del año en que se realizan los grandes estrenos y las proclamaciones de Oscar resuenan por el mundo. Esta vez, tres de los festivales principales – Venecia, Toronto y Nueva York – siguen adelante, pero con una fracción de su programación normal, y de manera digital o en autocines.
¿Para qué hacerlo entonces? Sus directivos dicen que es vital mantener vivo un ecosistema cinematográfico vibrante.
“Una situación como esta te obliga a evaluar qué es fundamental”, dijo Dennis Lim, director de programación del Festival de Cine de Nueva York. “¿Qué necesitas realmente para que haya un festival? Necesitas películas y necesitas público. Tu trabajo es seleccionar las películas y ponerlas frente a la audiencia de una manera significativa. Si no podemos hacer eso en un cine, ¿qué podemos hacer?”
La respuesta, para los programadores del festival de Nueva York y el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF, por sus siglas en inglés), comenzará a desentrañarse esta semana. TIFF abre el jueves con el estreno del documental de Spike Lee sobre David Byrne, “American Utopia”. Nueva York le sigue el 17 de septiembre con “Lovers Rock” de Steve McQueen. Venecia, el más antiguo de los festivales de cine, transcurre desde la semana pasada.
Aquellos en Italia reconocen que Venecia está lejos de sentirse normal este año. Cinéfilos con mascarillas se sientan guardando la distancia, una barrera evita que las multitudes se aglomeren frente a la alfombra roja, y los saludos son sin beso.
Pero no todo el romance ha desaparecido. La presidenta del jurado Cate Blanchett dijo que era casi “milagroso” que el festival se realice del todo. Pedro Almodóvar comparó los meses de confinamiento con una prisión. “El antídoto a todo esto es el cine”, dijo.
A diferencia del cancelado Festival de Cine de Cannes en mayo o la improvisada edición virtual de SXSW, Venecia ha logrado realizar un evento presencial, aunque a una escala mucho menor. Toronto y Nueva York planean festivales híbridos. Nueva York se asoció con Rooftop Films para proyectar películas en autocines en Brooklyn y Queens, lejos de su hogar en el Lincoln Center de Manhattan.
Toronto hace lo mismo, pero también incluye funciones bajo techo (para hasta 50 personas) en su centro: el TIFF Bell Lightbox. El festival por ahora sólo exige el uso de tapabocas cuando uno camina por el teatro, no cuando está sentado. Incluso días antes de su noche inaugural, Nueva York no descarta tener funciones en lugares cerrados, si los cines del estado reabrieran.
Tanto Nueva York como TIFF han lanzado, con la ayuda del mismo proveedor, plataformas digitales para realizar funciones virtuales. Un número limitado de boletos estarán disponibles, pero el alcance de los festivales de hecho será más amplio. Cualquiera en Canadá podrá comprar entradas para ver películas del TIFF, y las cintas en el Festival de Cine de Nueva York estarán brevemente disponibles a nivel nacional.
Aun así, ni los grandes estudios ni Netflix están enviando películas. La postergación de los Premios de la Academia para finales de abril no ayudó. La temporada de cara al Oscar, donde las posibles candidatas empiezan a resonar en los festivales, es distinta este año.
Tom Bernard, copresidente de Sony Pictures Classics, cree que aunque la contienda haya cambiado, la importancia de los festivales se mantiene. El sello tiene varias películas por estrenar en festivales, incluyendo el exitoso documental de Sundance “The Truffle Hunters” y “The Father”, con Anthony Hopkins y Olivia Colman.
“Tenemos películas que estamos tratando de poner en la contienda por el Oscar... Esa sido la marca de los festivales durante mucho tiempo. Eso no ha cambiado”, dijo Bernard. “Les da a nuestras películas la distinción que las eleva por encima de cualquier cosa que se esté transmitiendo por streaming y las posiciona para la experiencia cinematográfica, que volverá en el futuro”.
Pero también es poco probable que los festivales — acostumbrados a tener el foco por una o dos semanas — atraigan la misma atención en un año en el que muchos tienen preocupaciones más grandes que ver nuevas películas.
“Sentimos que aunque la realidad es muy dura ahora, las historias son más importantes que nunca”, dijo Joana Vicente, directora ejecutiva y copresidenta del TIFF. “También debemos pensar en todos los artistas que han sido afectados que realmente necesitan que los festivales les den una plataforma. Esto asegurará que la cultura se mantenga viva”.
Muchos cineastas no quieren simplemente esperar sentados a que pase la pandemia. Quieren llegar al público como puedan, y unirse a conversaciones como aquellas que surgieron tras la muerte de George Floyd. McQueen, quien tiene tres películas de su antología “Small Axe” en el festival, llamó a Lim una semana después del deceso de Floyd.
“Había una razón por la que quería sacar estos filmes ahora”, dijo Lim, quien encabeza el Festival de Nueva York junto al director Eugene Hernandez. “Él le dedicó las películas a George Floyd y quería que nosotros las viéramos”.
“40 Years a Prisoner” de Tommy Oliver, sobre el enfrentamiento entre la policía de Filadelfia y el grupo de liberación negra MOVE que llevó a una redada violenta en 1978, iba a estrenarse el próximo año pero en vez debutará en TIFF antes de emitirse por HBO en diciembre. A través de Michael Africa Jr., el hijo adulto de dos miembros de MOVE encarcelados, la película captura las extensas cicatrices que dejó el abuso policial en familias y comunidades. Ayudar al público a entender la historia de las tragedias de hoy, dice Oliver, es vital.
Y los programas de estos festivales son aún más grandes de lo que uno esperaría. TIFF presenta nuevas obras de Chloe Zhao, Spike Lee, Werner Herzog y Frederick Wiseman. Nueva York tiene algunas de esas también, además de cintas de Sofia Coppola, Christian Petzold, Jia Zhangke y la aclamada película de Garrett Bradley en Sundance, “Time”.
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Jake Coyle está en Twitter como http://twitter.com/jakecoyleAP.