AFC: Chiefs buscan establecer dinastía; ¿quién los frena?
Durante la mayor parte de las últimas dos décadas, los Patriots hicieron que la Conferencia Americana —y en buena medida la NFL— fueran algo predecible. Una broma de la que todos parecían conocer el final.
Nueva Inglaterra construyó su dinastía sobre las bases que le brindaron un quarterback estelar, Tom Brady, y uno de los entrenadores más astutos de la liga, Bill Belichick. ¿Adivinen quien tiene lo mismo? Sí, los campeones Chiefs, que no sólo comparten los aspectos que catapultaron a los Patriots a la gloria, sino también las mismas aspiraciones.
Próximo a cumplir los 25 años y con apenas tres temporadas completas en la NFL, Patrick Mahomes ya tiene un premio de Jugador Más Valioso y una sortija de campeón, sin contar el contrato histórico de 450 millones de dólares. Más importante aún, tiene el talento a su alrededor para hacer de esos logros algo recurrente.
Al firmar por 10 años, Mahomes permanecerá en Kansas City hasta el final de la temporada de 2031. Y las malas noticias para el resto de la AFC apenas comienzan. El coach Andy Reid está bajo contrato hasta 2025, al igual que el arquitecto del título, el gerente general Brett Veach.
Están también bajo contratos de largo plazo el tight end All-Pro Travis Kelce (2025), el explosivo wide receiver Tyreek Hill y el safety Tyrann Mathieu (2022), así como dos miembros de Pro Bowl, el defensive tackle Chris Jones, y el defensive end Frank Clark (2023). Se trata del núcleo que les dio a los Chiefs su primer título en medio siglo y todos pretenden hacer que la próxima sea mucho más breve.
No hay motivos para pensar que Kansas City no es el equipo a vencer.
Para 2020, vuelven 20 de los 22 titulares del equipo campeón. La ofensiva de Mahomes y compañía fue la quinta mejor en temporada regular y anotó al menos 31 puntos en cada uno de sus tres juegos de playoffs. La defensiva, la séptima mejor en el calendario regular, progresó de tal forma que en los últimos seis partidos de la campaña promedió poco menos de 10 puntos en contra.
En el papel, los Chiefs lucen como un enemigo formidable. Pero eso no significa que no haya alguien a su altura. Alguien como Lamar Jackson y los Ravens de Baltimore. por ejemplo.
Jackson, MVP reinante de la liga, llevó a los Ravens al mejor registro en toda la NFL la campaña anterior (14-2), pero fueron sorprendidos por los Titans a las primeras de cambio en la postemporada, dejando al explosivo quarterback sin gozar un solo éxito en dos viajes.
Eso podría cambiar la próxima temporada. Baltimore parte como claro favorito en el Norte de la AFC de la mano de una aplanadora ofensiva terrestre que impuso un récord de la liga con 3.296 yardas, 1.206 de Jackson. Al potente juego por tierra, que cuenta con Mark Ingram (1.018 yardas y 10 touchdowns) y Gus Edwards (711 yardas y 2 anotaciones), se suma también la selección de segunda ronda JK Dobbins, un versátil corredor procedente de Ohio State.
A pesar de que la ofensiva podría resentir el retiro del perenne invitado al Pro Bowl, Marshall Yanda, el juego aéreo podría dar un importante salto ahora que las defensivas rivales estarían más preparadas para contener a Jackson por tierra y obligarlo a pasar el balón con mayor frecuencia y, espera Baltimore, mayor efectividad.
La defensiva de Baltimore finalizó la temporada como la tercera mejor en toda la liga e incorporó al estelar defensive tackle Calais Campbell, aunque también se despidió del safety Earl Thomas por motivos de indisciplina. Sin embargo, gran parte del éxito de la unidad dependió del enorme tiempo de posesión del balón de su ataque, lo que les permitió mantenerse frescos y con una incesante presión sobre los rivales, quienes se veían obligados a ejecutar sin margen de error.
Es una buena fórmula que no tiene por qué expirar.
Sin duda alguna, Kansas City y Baltimore se erigen como los pesos completos de la Conferencia Americana. Pero detrás de ellos hay una larga fila de hambrientos contendientes.
Los Titans llegaron hasta la final de conferencia con un equipo que se transformó con la inclusión de Ryan Tannehill en el cuadro titular y que explotó las incomparables virtudes físicas del running back Derrick Henry. Son dos protagonistas que vuelven con el equipo, gracias a nuevos y lucrativos contratos que les obligan a repetir el éxito.
Dentro de la misma División Sur, los Texans sorprendieron a todos al pactar un canje que envió a Arizona al estelar receptor DeAndre Hopkins, entregándole por completo las riendas de la ofensiva a otro versátil quarterback como Deshaun Watson. Pese a la salida de Hopkins, Watson está rodeado de talento en jugadores como Brandin Cooks y David Johnson, que sin duda ayudarán al equipo en la búsqueda de su quinto título divisional en los últimos seis años.
Los Bills y su quarterback Josh Allen han sido ejemplo de progreso constante de la mano del coach Sean McDermott. La segunda mejor defensiva de la NFL regresa sin grandes variaciones, la inconsistente ofensiva sumó a una peligrosa arma en el wide receiver Stefon Diggs y Buffalo se dispone a tomar por asalto y destronar a los Patriots en la cima del Este luego de un reinado de 11 temporadas en fila.
Y hablando de los Patriots, Bill Belichick ha demostrado una y otra vez que jamás se les puede dar por muertos. Sí, Tom Brady se fue, Rob Gronkowski regresó — pero no con ellos —, los problemas en la posición de receptor no se resolvieron en la agencia libre ni mediante el draft y perdieron a ocho jugadores — cuatro titulares — que optaron por no jugar debido a inquietudes relacionadas con el coronavirus.
Si Belichick va a validar su reputación como el máximo detector de talentos, ésta es su oportunidad de oro.
Quienes no necesitan detectar más talento para retomar los primeros planos son los Steelers. El regreso de Ben Roethlisberger luego de perderse 14 juegos la campaña anterior les brinda toda la esperanza que necesitan. El veterano quarterback vuelve de una operación en el codo derecho con el objetivo de revitalizar a una ofensiva que lució agónica en su ausencia y que busca estar a la par de una defensiva que encabezó a la NFL en sacks y robos de balón. Tal vez sea todo lo que necesiten para volver a los playoffs luego de dos años de ausencia.
Los Browns de Cleveland cuentan con el talento para ingresar en la conversación de postemporada, pero falta ver si el nuevo entrenador Kevin Stefanski les da a Baker Mayfield, Odell Beckham Jr. y compañía la cohesión que necesita el equipo para dejar atrás la inconsistencia y la inmadurez.
En Denver, el joven quarterback Drew Lock dejó un grato sabor de boca al ganar cuatro de los últimos cinco partidos del equipo en 2019. El gerente John Elway hizo su trabajo en poner a su pasador en una posición favorable al obtener al receptor Jerry Jeudy con la 15ta selección del draft.
Se trata de un wide receiver procedente de Alabama que promete generar una dupla envidiable con Courtland Sutton.