PUERTO PRÍNCIPE, Haití (AP) — Los prejuicios y la discriminación contra las personas transexuales son habituales en Haití, pero al menos una organización les ofrece un refugio en el que pueden sentirse bienvenidas.
El centro Kay Trans Haití de la capital, Puerto Príncipe, brinda alojamiento y atención a hasta 10 transexuales. Financiado por una empresa de salud española y por el Programa de Desarrollo de Naciones Unidas, la institución, que está abierta a víctimas de abusos verbales o físicos, ofrece servicios como atención psicológica gratuita y permite que sus residentes se queden hasta un año.
Una vez dejan el centro, el programa se hace cargo de su alquiler durante otro año, después del cual deben ser autosuficientes.
Según los residentes, el vecindario donde se ubica el centro los acepta cada vez más, creando una isla segura en una ciudad donde normalmente se sienten vulnerables y objeto de abusos en cualquier momento.
La comunidad LGBT de Haití sigue experimentando un estigma social. Miles de personas se manifestaron en julio contra los derechos de los homosexuales y transexuales en una protesta organizada por algunas iglesias para exigir que el presidente, Jovenel Moise, derogue un decreto que reescribe el código penal, elaborado hace 185 años, reconociendo las uniones entre personas del mismo sexo y permitiendo, tácitamente, la homosexualidad.
En 2016 se canceló un festival cultural LGBT en Puerto Príncipe luego de que los organizadores recibieron amenazas y un funcionario local sugirió su prohibición alegando que era una violación de los valores morales.
Un año más tarde, el Senado aprobó dos proyectos de ley contra la comunidad LGBT haitiana. Uno formalizaría el veto a los matrimonios homosexuales y prohibía las manifestaciones públicas en favor de sus derechos.
Los residentes del centro Kay Trans pueden llevar a sus parejas a las instalaciones, ir a clubes y a comprar sin el miedo a ser tratados mal por los comerciantes del vecindario, que son cada vez más amables y acogedores.
Una de las residentes, Semi Kaefra Alisha Fermond, de 24 años, contó que tuvo una infancia traumática porque los vecinos no querían que jugase con sus hijos.
“Estoy orgullosa de mí misma porque ahora puedo vestir ropa de mujer e ir a todas partes", afirmó. “En la casa de mi madre no puedo ser así”.
Semi Kaefra Alisha Fermond, una mujer transexual, sonríe tras recibir un caramelo de vendedores callejeros mientras camina hacia el centro Kay Trans Haití para celebrar su 24 cumpleaños, en Puerto Príncipe, Haití, el 7 de agosto de 2020. Los prejuicios y la discriminación contra las personas transexuales son habituales en Haití, pero al menos una organización les ofrece un refugio en el que pueden sentirse bienvenidas y aceptadas. (AP Foto/Dieu Nalio Chery)
Laurent Voltus, una mujer transexual, trenza el pelo de su compañera Vlajimy Cesar en el porche del centro Kay Trans Haití en el que viven, en Puerto Príncipe, Haití, el 15 de agosto de 2020. El centro, ubicado en el vecindario de Delmas de la capital haitiana, ofrece servicios como atención psicológica gratuita. (AP Foto/Dieu Nalio Chery)
Semi Kaefra Alisha Fermond, una mujer transexual, espera en fila para pagar unas velas de cumpleaños en un supermercado antes de regresar al centro Kay Trans Haití para celebrar su 24to aniversario, en Puerto Príncipe, Haití, el 7 de agosto de 2020. Disha Fermond, que está disfrutando de poder celebrar su cumpleaños por primera vez como mujer, contó que tuvo una infancia traumática porque los vecinos no querían que jugase con sus hijos. (AP Foto/Dieu Nalio Chery)
Johnson Losier, una transexual, y su pareja, Volcy Kluvens, ven una película tendidas en una cama en el centro Kay Trans Haití, en Puerto Príncipe, Haití, el 4 de agosto de 2020. Financiado por una empresa de salud española y por el Programa de Desarrollo de Naciones Unidas, la institución está abierta a víctimas de abusos verbales o físicos. (AP Foto/Dieu Nalio Chery)
Semi Kaefra Alisha Fermond,m una mujer transexual, paga a una vendedora ambulante por una pizza creole, en Puerto Príncipe, Haití, el 15 de agosto de 2020. “Estoy orgullosa de mí misma porque ahora puedo vestir ropa de mujer e ir a todas partes", afirmó. “En la casa de mi madre no puedo ser así”. (AP Foto/Dieu Nalio Chery)
Kervens Mesidor, transexual, come un plato de arroz y frijoles sentado en el piso de su habitación en el centro Kay Trans Haití, en Puerto Príncipe, Haití, el 4 de agosto de 2020. La institución está abierta a transexuales víctimas de abusos verbales o físicos. Una vez dejan el centro, el programa se hace cargo de su alquiler durante otro año, después del cual deben ser autosuficientes. (AP Foto/Dieu Nalio Chery)
Semi Kaefra Alisha Fermond, una mujer transexual, toma la comunión en la iglesia católica Notre Dame, en Puerto Príncipe, Haití, el 16 de agosto de 2020. “Estoy orgullosa de mí misma porque ahora puedo vestir ropa de mujer e ir a todas partes", afirmó. “En la casa de mi madre no puedo ser así”. (AP Foto/Dieu Nalio Chery)
Alisha Fermond, una mujer transexual que vive en el centro Kay Trans Haití, llega en moto-taxi a una ceremonia vudú de aniversario, en Puerto Príncipe, Haití, el 14 de agosto de 2020. Los prejuicios y la discriminación contra las personas transexuales son habituales en Haití, pero al menos una organización les ofrece un refugio en el que pueden sentirse bienvenidas y aceptadas. (AP Foto/Dieu Nalio Chery)
Endy Doblasse, una mujer transexual de 23 años, limpia su cama antes de dormir una siesta en la habitación que comparte con otros tres residentes en el centro Kay Trans Haití, en Puerto Príncipe, Haití, el 16 de agosto de 2020. Según los residentes, el vecindario donde se ubica el centro los acepta cada vez más, creando una isla segura en una ciudad donde normalmente se sienten vulnerables y objeto de abusos en cualquier momento. (AP Foto/Dieu Nalio Chery)
Donald Normil, un transexual de 19 años, observa mientras su compañera de habitación, Laurent Voltus, se maquilla, en el centro Kay Trans Haití, en Puerto Príncipe, Haití, el 4 de agosto de 2020. Financiado por una empresa de salud española y por el Programa de Desarrollo de Naciones Unidas, la institución acoge de forma gratuita a víctimas de abusos verbales o físicos. (AP Foto/Dieu Nalio Chery)
Laurent Voltus, que vive en el centro Kay Trans Haití, exhala el humo de un cigarrillo mientras baila con amigos en un club, en Puerto Príncipe, Haití, el 18 de agosto de 2020. Los residentes del centro pueden llevar a sus parejas a las instalaciones, ir a clubes y a comprar sin el miedo a ser tratados mal por los comerciantes del vecindario, que son cada vez más amables y acogedores. (AP Foto/Dieu Nalio Chery)