Reacción a violencia policial, una historia repetida
CHICAGO (AP) — Es la historia de siempre. Después de que un policía hiriese de bala a Jacob Blake en Kenosha, Wisconsin, circuló una visión que se repite cada vez que la policía mata o hiere de gravedad a un afroamericano: La de que, de algún modo, el comportamiento de Blake o su pasado explican por qué un agente le disparó siete veces por la espalda.
A pesar de que circula un video del episodio y de pedidos de explicaciones de la familia y la comunidad, las autoridades han dado muy pocos detalles del incidente o del policía blanco que hizo los disparos, pero propaga la escasa información que hay sobre Blake, sin explicar por qué es relevante.
Es así que la agresión sexual de que se acusó a Blake en julio, relacionada con denuncias de abuso doméstico, pasó a ser parte de la historia. Las autoridades, no obstante, no explican qué relevancia tienen en el uso de la fuerza en el episodio del 23 de agosto.
“Es lo que hacen siempre. Tratan de distraer la atención de lo que todos vemos en el video”, afirmó el abogado de la familia de Blake Ben Crump, quien ha representado a las familias de George Floyd, Breonna Taylor, Trayvon Martin, Michael Brown y decenas de víctimas de la brutalidad policial y la violencia de personas que deciden hacer justicia por sus propias manos.
“Quieren presentarlo como alguien con antecedentes delictivos para que esté bien no interesarse en su vida”, dijo Crump, quien describió ese recurso como el método “de manual” que aplica la policía cada vez que mata o causa heridas graves a un afroamericano.
La familia de Blake propaga otra visión mientras el hombre de 29 años sigue internado en un hospital, donde los médicos le han dicho que probablemente nunca vuelva a caminar.
“La dispararon siete veces a mi hijo, siete veces, como si no importase”, dijo el padre de Blake, Jacob Blake Sr.. “Pero mi hijo sí importa. Es un ser humano e importa”.
Sus familiares describen a Blake como un padre devoto de sus hijos que trataba de poner fin a una disputa doméstica, “de ser un héroe”, según dijo su primo Adria-Joi Watkins. Hijo de un pastor de Illinois activo en el movimiento de derechos civiles, Blake se hubiera sentido “muy mal” con los disturbios que estallaron después del episodio en que se vio envuelto, señaló su madre entre lágrimas.
Si bien la policía no informa demasiado, los sindicatos policiales promueven insistentemente la idea de que los enfrentamientos violentos son en buena parte consecuencia de episodios en que un agente resulta muerto o herido.
En el 2014, por ejemplo, un portavoz sindical fue rápidamente al sitio donde un agente blanco de Chicago había matado a tiros a Laquan McDonald, de 17 años, y declaró a la prensa que, poco antes de la balacera, el adolescente se había abalanzado contra el agente y su compañero, quienes “se vieron obligados a defenderse”.
Recién un año después, cuando se dio a conocer finalmente un video de la policía, se supo que el muchacho se alejaba de los agentes cuando le hicieron 16 disparos. El video fue el elemento central de un juicio en el que el agente fue condenado por asesinato en segundo grado.
Este año, luego de que circulase un video de los últimos minutos de Floyd, muerto porque un agente blanco de Minneapolis le hizo presión con la rodilla en el cuello tras detenerlo por pagar en una tienda con un billete falso, el presidente del sindicato de la policía se quejó de la cobertura de la prensa, afirmando falsamente que no hacía hincapié en la “historia de violencia” de Floyd.
Mientras la policía ofrece poca información, el sindicato de policías ha dicho que Blake tenía un puñal, que se resistió a ser detenido y que incluso le había aplicado una llave en la cabeza a uno de los agentes, afirmaciones estas que los investigadores no han querido comentar.
Dado que los arrestos son un tema de interés público, se puede hablar de detalles de la vida de víctimas de la violencia policial, como divorcios y posible consumo de drogas. Por el contrario, las hojas de servicio de los policías son protegidas y en general solo se conocen después de prolongadas batallas legales.
Es por ello que lo único que se sabe por ahora del agente que le disparó a Blake es que se llama Rusten Sheskey y que lleva siete años en el departamento de policía de Kenosha.
En cuanto al episodio, las autoridades dicen que hay que proteger la integridad de la investigación y han planteado interrogantes más que aclarado las cosas.
Un video hecho por un transeúnte con su teléfono muestra a Blake caminando hacia el lado del conductor de una camioneta y a varios agentes persiguiéndolo, arma en mano, y gritándole. Blake abre la puerta del auto y se inclina hacia adelante. A esa altura una gente le toma de la camiseta desde atrás y le dispara.
En el auto estaban tres hijos de Blake.
Un segundo video de otro transeúnte, más borroso, tomado desde el otro lado, muestra a los agentes que parecen tratar de controlar a Blake mientras está en el piso, hasta que se levanta y camina hacia el vehículo.
La familia de Blake dice que él fue el lugar a tratar de poner fin a un episodio de violencia doméstica que fue lo que motivó la intervención de la policía.
El fiscal general de Wisconsin Josh Kaul no tocó ese tema en la única conferencia de prensa que dio desde que se produjo el incidente ni dijo por qué estaban apresando a Blake.
Kaul dijo que Blake admitió “que tenía un puñal”. No estaba claro cuándo lo dijo ni si Blake tenía un puñal en sus manos. Solo indicó que, después de la balacera, se encontró un puñal en el piso de la camioneta, del lado del conductor.
Para Crump y otros, el episodio y todo lo que pasó después revela la existencia de dos sistemas penales en Estados Unidos: Uno para los afroamericanos y otro para los blancos. Destacan un video en el que vehículos policiales no se detienen al pasar junto a Kyle Rittenhouse, un adolescente blanco que llevaba un rifle poco después de haber matado a dos manifestantes en Kenosha, según se cree.
“¿Tú crees que esos autos policiales van a seguir de largo si ven a un individuo negro” armado?, preguntó el cineasta Spike Lee en una entrevista con CNN la semana pasada.
Para Crump, la negativa de los investigadores a dar información es el primer capítulo de una historia muy repetida.
“Van a proteger a este agente, no quieren que rinda cuentas”, expresó el abogado.