Fusil en mano, salen a contener a manifestaciones violentas
BOISE, Idaho (AP) — Las escenas ya son casi de rutina: Gente congregada frente a las legislaturas estatales con armas semiautomáticas en el pecho. Una pareja de las afueras de San Luis que apunta con armas a manifestantes del movimiento Black Lives Matter que pasaban frente a su casa. Individuos con rifles que se pasean por las calles para mantener el orden durante manifestaciones contra las desigualdades raciales, en las que fallecieron dos individuos en Wisconsin y otro en Oregón.
La pandemia del coronavirus, las manifestaciones contra el racismo y las matanzas por parte de la policía, una elección donde reinan el resentimiento y la percepción de alguna gente de que las ciudades están siendo abrumadas por turbas violentas han motivado una actitud más agresiva de algunos propietarios de armas y ampliado las divisiones en torno al derecho a portar armas en Estados Unidos.
Cada vez se ve más gente armada, en un reflejo de las tensiones que vive el país.
El arresto la semana pasada de un chico de 17 años acusado de matar a dos personas en Kenosha, Wisconsin, con un rifle semiautomático, fue un nuevo llamado de atención. Acto seguido, durante el fin de semana, partidarios de Donald Trump irrumpieron en Portland, Oregón, y protagonizaron enfrentamientos con manifestantes en los que murió baleado un individuo de un grupo derechista.
El adolescente blanco y otros individuos que portan armas han sido denunciados como elementos radicales que se benefician de una doble moral. Sus detractores afirman que si los que se paseaban armados por las calles hubiesen sido personas de raza negra, la policía habría apelado al uso de la fuerza para detenerlos.
Para otros, son patriotas que tratan de imponer la ley y el orden en ciudades sometidas por extremistas.
“Yo hubiera hecho lo mismo, para ser sincero”, dijo Todd Scott, de Covington, Georgia, aludiendo al adolescente de Kenosha. Vio un video en el que el muchacho, Kyle Rittnehouse, que era perseguido por los manifestantes y cree que actuó en defensa propia.
El propio Scott empleó una vez su arma para poner fin a un episodio violento y fue considerado un héroe de su comunidad en el 2015, cuando un individuo mató a un empleado y a un cliente en una licorería. Scott estaba comprando cerveza y le disparó al hombre, que logró escapar.
Kat Ellsworth, quien dirige la oficina de Illinois de la organización Liberal Gun Club y vive en Chicago, se escandaliza al ver la gente que va a las manifestaciones portando armas. Considera que esas personas se sienten envalentonadas por el presidente Trump, quien usa la consigna de ley y orden como uno de los ejes de su campaña de reelección.
Las escenas de individuos blancos armados que se pasean libremente portando armas o las de los grupos que se congregan frente a las legislaturas para protestar las restricciones asociadas con la pandemia son manifestaciones de los privilegios de que gozan los blancos, según Ellsworth. Está convencida de que si personas de raza negra se presentasen en público con fusiles AR-15 recibirían un trato muy diferente.
“Los considero provocadores, gente que busca una excusa para dispararles a personas de color”, expresó Ellsworth, quien es blanca.
Las muertes en Kenosha de inmediato abrieron un nuevo capítulo en el debate sobre las armas. El comentarista de Fox News Tucker Carlson dijo que el episodio fue producto de la negativa de las autoridades a imponer la ley y el orden en la ciudad.
Carlson preguntó por qué sorprendía tanto que “chicos de 17 años decidan mantener el orden cuando nadie lo hace”.
Casi al mismo tiempo la semana pasada, Mark y Patricia McCloskey, la pareja que se plantó frente a su casa con armas en las manos mientras pasaban manifestantes, hablaron ante la convención nacional republicana y defendieron su derecho a portar armas.
En lo que va del año, la agitación reinante ha generado una venta sin precedentes de armas.
Todos los meses se baten las marcas del año pasado de corroboraciones de antecedentes.
Se han hecho casi 23 millones de corroboraciones de antecedentes este año, aunque no todas estuvieron necesariamente asociadas con la compra de armas. De todos modos, los negocios de armas calculan que el 40% de las compras fueron hechas por gente que nunca había tenido armas.
Ed Turner, expolicía de Atlanta que hoy es dueño de un negocio de armas en Georgia, dice que sufre al ver gente portando abiertamente armas en la calle. Dijo que si alguien está realmente preocupado por su seguridad, esconder el arma “es mucho mejor que pasearse como John Wayne”.
Entre la gente que va a su negocio, dice que ha visto muchas mujeres, afroamericanos e hispanos que compran armas por primera vez. Considera que sus temores se justifican ante las campañas para reducir los presupuestos de la policía y las protestas que han derivado en algunos casos en ataques a comisarías.
“Me asombra de que se permita este comportamiento”, manifestó.
Los partidarios de un control más estricto de la venta de armas estiman que lo sucedido en Kenosha y en otras manifestaciones es consecuencia directa de la retórica de Trump.
“Son producto de una visión del mundo muy extrema que es alentada desde los niveles más altos del gobierno y por los fabricantes de armas”, sostuvo Nick Suplina, de Everytown for Gun Safety. “La presencia de milicias armadas en estas protestas no busca solo proteger la propiedad sino intimidar a los manifestantes, contener la libertad de expresión y a veces cosas peores”.