Bolsonaro extiende auxilio clave en el repunte de su imagen
RÍO DE JANEIRO (AP) — El presidente brasileño Jair Bolsonaro decidió el martes extender hasta fin de año una asistencia económica para los trabajadores informales afectados por la crisis del COVID-19, que ha sido clave en el repunte de su popularidad.
Bolsonaro dijo luego de una reunión con ministros y congresistas que el auxilio de emergencia será renovado por cuatro meses y equivaldrá a unos 55 dólares, la mitad de lo que el gobierno ha pagado desde abril.
El gobierno estima que al menos 66 millones de brasileños recibieron mensualmente el subsidio, que colaboró para llevar la pobreza extrema al 3,3%, el menor nivel en 40 años. Los pagos del programa, que originalmente estaba previsto por tres meses, le han significado al Estado más de 9.000 millones de dólares mensuales, elevando la deuda pública en relación con el Producto Interno Bruto.
“Atendiendo a la economía, encima de la responsabilidad fiscal, decidimos fijarlo en 300 reales (55 dólares)”, anunció el presidente brasileño.
La ayuda financiera colaboró para que la imagen de Bolsonaro mejorara en los últimos meses, especialmente en el noreste brasileño, una de las regiones más favorecidas por el auxilio y considerado un histórico bastión del izquierdista Partido de los Trabajadores. Un 37% de los brasileños consideraban al gobierno excelente o bueno en la primera quincena de agosto, según una encuesta de la consultora privada Datafolha.
Animado por la mejora en su popularidad, en el mejor nivel desde el comienzo de su mandato, Bolsonaro ha presionado para mantener elevado el nivel de subsidios en 2021. Incluso ha hecho públicas sus diferencias con su ministro de Economía, Paulo Guedes, un liberal que impulsa una agenda económica de control del gasto público.
El país más grande de Latinoamérica ha confirmado más de 3,9 millones de infecciones y 121.000 muertes, los segundos mayores números absolutos detrás de Estados Unidos. Bolsonaro constantemente ha minimizado la severidad del virus bajo el argumento de que el impacto de las restricciones en la actividad económica no deberían ser más dañinas que la enfermedad. Instituciones financieras encuestadas por el Banco Central de Brasil esperan que la economía se contraiga 5,28% este año.