Diez maneras en las que nos enamoramos sin darnos cuenta
Aunque el amor nos toma por sorpresa, realmente su proceso empieza mucho antes de que nos demos cuenta. Ya sea que sea amor a primera vista o con la conversación inicial, se reconoce cuando dos almas interactúan y puede suceder en cualquier momento. No hay tiempos, edades, reglas, nacionalidades o circunstancias que nos dicten cuándo, cómo o dónde va a pasar. Y generalmente llega para darnos una muy buena sacudida y que retomemos la pasión por lo que nos rodea.
Muchas veces empieza con una simple e inocente amistad, que se va transformando .con el trato diario y el reconocimiento de las coincidencias. Si se da así, tiene muchas posibilidades de concluir en algo más contndente, pues somos capaces de mostrarnos tal cuál somos y sobre todo, porque los juegos y las estrategias pasan a un segundo plano.
Si alguno de ustedes se encuentra en esta disyuntiva, hay algunas señales que les pueden ayudar a darse cuenta que ese profundo sentimiento llamado amor, los ha invadido completamente:
- Pensamos en esa persona todo el día. Es cuando su presencia, sus palabras y sus sentimientos se apoderan de nuestra mente, al grado de soñar despierto creando todo tipo de escenarios y deseando que ocupe un lugar importante en nuestra vida. Y si además, sonreímos sin razón, es una señal inequívoca que estamos enamorados.
- Empezamos a idealizarlo. En este punto, nos percatamos de de nos encanta TODO lo que nuestra pareja hace y lo vemos hasta hermoso, ya que lo consideramos emocionante, tierno e inclusive, lo extrañamos. Pero cuidado, es fácil hacerlo de las cualidades, lo interesante es hacerlo de los defectos, que generalmente se acentúan con el tiempo.
- No solamente son amigos. Aunque el ser amigos puede derivar en una relación amorosa profunda, hay un momento en el que digamos, tomamos conciencia o más bien, nos cae el veinte de que esa relación es algo más. Nos invaden los nervios y el afán de mostrar nuestra mejor cara, para agradarle a la otra persona.
- Las emociones nos sobrepasan. Es el momento en que nos cuestionamos el estado de la relación y el futuro que ésta tiene, lo que nos coloca en un estado muy vulnerable y hasta de terror. ¿Por qué? Simplemente porque queremos evitar cualquier movimiento en falso, que ponga en riesgo el futuro de tan bella ilusión o que nos represente perder esa amistad.
- Nos volvemos sumamente inseguros y hasta torpes. Es cuando nos cuestionamos sobre si somos lo suficientemente buenos para la relación o la otra persona, sin importar qué tan seguros de nosotros mismos seamos. Lo bueno es que la otra persona está en la misma posición y sobre todo igual de enamorada, por lo que compartimos la ansiedad.
- La intimidad crece más entre ambos. No se trata de los encuentros sexuales, sino de sentirse más cómodo con la otra persona. Cuando buscamos el contacto físico, somos capaces de mostrarnos realmente como somos, sin disfraces ni medias tintas. Y es cuando nos ven así, que realmente arriesgamos todo.
- Aparecen los celos. Es el preciso momento en que nos incomoda y hasta enfurece que otras personas estén cerca de nuestra potencial pareja. Inclusive, nos traiciona el instinto de posesión por el otro, pues significa que se quiere permanecer junto a ella. Aquí lo importante es que estos sentimientos también los experimente la otra persona, para saber que la relación amorosa va por buen camino.
- La vida nos apasiona. De repente vemos todo lo que nos rodea de manera diferente, nos emociona todo lo que pasa y nos sentimos increíblemente bien, tomando conciencia lo que significa estar vivos. Y además se nos nota, pues los demás nos ven más alegres, más entusiasmados, más positivos y hasta con una mejor apariencia.
- Se busca que ambos tomen conciencia de sus sentimientos. Definitivamente s un momento crucial y decisivo. Es exactamente cuando se quieren poner las cartas sobre la mesa y ver qué va a pasar en un futuro, ya sea que tomen caminos distintos o mejor aún, decidan tener una relación y un futuro juntos.
- El compromiso. Si por fortuna, se ha decidido invertirle a la relación y se es una persona emocionalmente sana, nos damos cuenta que vale la pena luchar por ese sueño en común. En este punto es muy importante hablar con la verdad y ser totalmente auténtico, para poder sentar bases sólidas, honestas y realistas
Esto no garantiza que el amor sea correspondido, pues en ocasiones las perspectivas suelen ser diferentes. Aún as,í en estos momentos no se pierde, sino que por el contrario, se gana y mucho. Nos damos cuenta de que somos capaces de tener este tipo de sentimientos por los demás, de que aunque duela, podemos volver a enamorarnos y seguir buscando esa persona que queremos como cómplice de vida, ya sea por un mes, un año o el resto de la vida. Como decía aquella canción, que sea infinito, mientras dure, nada más.
El amor es un sentimiento para valientes, pues el exponernos vulnerables, frágiles y auténticos, no es tarea fácil. Ya sea que empecemos a dar nuestros primeros pasos para buscarlo, hayamos encontrado nuestra alma gemela, nos sorprenda y que nos saque de nuestra zona de confort, es maravilloso. Y a pesar de que algunas veces, no salimos tan bien librados de la experiencia, nos llevamos uno que otro frentazo o bien, nuestras expectativas nos traicionan, vale mucho la pena. Es ese sentimiento que nos hace tomar conciencia de que estamos vivos.