De la Parra sueña en grande con su Orquesta Imposible
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — La directora mexicana Alondra de la Parra sueña en grande con su Orquesta Imposible.
A más de un mes de comenzada la cuarentena, De La Parra comenzó a sentir inquietud por canalizar el encierro de manera creativa y por ayudar a mujeres y niños afectados por el paro de actividades y el aumento de los reportes de violencia doméstica causados por el encierro. De modo que pensó en realizar un proyecto musical audiovisual con grandes solistas clásicos, y no le costó trabajo encontrar a colegas dispuestos a sumarse.
“Muchos dijeron que sí sin ni siquiera saber qué iban a hacer, nada más con escuchar la razón y la meta que tiene este proyecto querían sumarse”, dijo De La Parra el martes en una entrevista con The Associated Press a propósito del estreno de la primera grabación y video de La Orquesta Imposible, disponible en plataformas digitales.
Pero como se trata de un video, pensó también en convocar a la mexicana Elisa Carrillo, primera bailarina del Ballet de Berlín, para que bailara al ritmo del “Danzón No. 2” del compositor mexicano Arturo Márquez.
La coreografía corrió a cargo del británico Christopher Wheeldon, mientras que el vestido violeta que lleva Carrillo fue diseñado por Rebekka Dornhege Reyes. El vestuario está inspirado por las marchas feministas del 8 de marzo en las que las mujeres llevaban ropa morada, el mismo color de las jacarandas que florean por esa época en México.
“Le conté de las marchas, le mostré fotos de las marchas donde se veían todas las calles moradas, incluso las jacarandas, y de la flor de las jacarandas se inspira en hacer este diseño”, dijo De la Parra, en una videollamada desde Berlín, sobre sus indicaciones para Dornhege Reyes.
El “Danzón No. 2”, una obra comisionada a Márquez por la UNAM en 1994, es quizá la obra clásica mexicana más popular en el mundo después del “Huapango” de José Pablo Moncayo, al grado que De La Parra contó en una conferencia de prensa que fue la más interpretada en 2019.
“Donde tocamos el ‘Danzón No. 2’ de Márquez la gente se estremece, se emociona, los músicos también. Creo que es una pieza que nos representa de maravilla”, dijo la directora, para quien el danzón es un “trayecto de lo íntimo, de la soledad a la comunidad, al abrazo general que acaba con el tuti”.
Márquez, nacido en Álamos, Sonora, en 1950, estuvo muy cerca de De La Parra durante los preparativos para el proyecto. Incluso tuvieron oportunidad de hacer algunas modificaciones al danzón con su aprobación, de modo que la versión de la Orquesta Imposible es única. Incluyen un solo de saxofón soprano interpretado por el cubano Paquito D’Rivera, un cuarteto de violines y tres chelos, en vez de solos para esos instrumentos, así como un nuevo solo de trompeta interpretado por el venezolano Pancho Flores, además de un cameo del tenor mexicano Rolando Villazón en las claves.
“En vez de clarinete lo toca un saxofón, esa fue una libertad que nos concedió el maestro porque originalmente él la soñaba con un saxofón”, dijo De La Parra, quien por su parte toca el piano en el video. “El magno solo de trompeta de Pancho Flores que es histórico... Él creció con el danzón en el Sistema de Orquestas de Venezuela, entonces se la sabe de memoria. Le dije, ‘ya me mandaste la (versión) correcta, pero mándame una totalmente fuera de sí, déjate ir’, y me la mandó y me encantó. Le mandé un mensaje al maestro con la grabación y le dije ‘por favor apruébame este solo’ y me dijo ‘como ocasión especial para este proyecto’”.
“La idea es que tenemos una orquesta imposible, también que el arreglo fuera imposible, lo que no se puede hacer en cualquier concierto, que quedara como un documento histórico de esta reunión de estos grandes titanes”, agregó De La Parra.
Márquez compuso además una “Danza imposible” para el proyecto, la música que sale en los créditos del video, cuyas ganancias totales, junto con las de la grabación editada por Alpha Classics, serán destinadas a las organizaciones Save The Children y Fondo Semillas para apoyar a niños y mujeres vulnerables en México. Esa pieza final también está inspirada en el danzón.
Los 30 músicos de 14 países y Carillo grabaron sus partes por separado en seis ciudades diferentes siguiendo las medidas de seguridad por el coronavirus, pero a pesar de estar en aislamiento, sonríen durante su interpretación, transmiten la vivacidad de la obra y dan la impresión de ser una orquesta unida por un hilo invisible.
“Para mí es muy importante que la gente vea cómo somos porque creo que hay una preconcepción de que los músicos clásicos somos serios y pues no, no tuve que decirles nada, ellos están como son”, dijo De La Parra. “Cada quien estuvo solo, pero el amor por la música y el sueño de conectar con otros les sale y es una cosa que no se puede actuar”.
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