Amores-en-red-dados: ¿Fraude o Relación?
Si algo ha cambiado radicalmente en nuestros tiempos, es la manera en que nos relacionamos con los demás. Hay que destacar que la manera como se busca y se encuentra pareja es totalmente diferente. Antes, el café, los amigos de los hermanos, los compañeros de escuela o hasta los colegas del trabajo eran ideales para poder entablar relaciones. La danza de la conquista era un ritual seguro y metódico, que casi siempre terminaba o en juzgado o en el altar.
En pleno siglo XXI, ya casi todas las tareas se realizan a través de internet y las redes sociales, las cuentas, los likes, los views y los posts son el termómetro ideal para saber si se puede consolidar una relación o bien se pasa a la siguiente publicación. Es cierto que se ha vuelto más práctica la manera de conocer gente, pero no hay que olvidar que también, es más peligrosa.
Una pantalla que nos retroalimenta permanentemente no es garantía de que se está diciendo la verdad. Cualquiera puede subir fotos, crear un perfil falso o peor aún, aprovecharse de tan útil herramienta para engañar, defraudar y hasta poner en riesgo la vida de los internautas.
Desafortunadamente, uno de delitos que más va a la alza es el fraude amoroso. No me refiero a las típicas desilusiones que este bello sentimiento nos ha hecho padecer a más de uno, sino al robo económico, que se ha incrementado en los últimos años. Los números suelen ser muy fríos y para dar un ejemplo diré que solamente en el 2019, en Estados Unidos de Norteamérica, se reportó la pérdida de más de 143 millones de dólares en este rubro. Y solamente se cuantificaron las denuncias presentadas, ya que se estima que la cifra puede ser mucho mayor, pero que, las víctimas no denunciaron ya que prefieren perder el dinero que pasar por algo muy fuerte: la vergüenza de reconocer que han sido estafadas por la necesidad de tener desde una compañía hasta una pareja estable.
Los trucos para embaucar a los "candidatos" son muchas y en ocasiones, muy bien ensayadas y aplicadas para la "pareja potencial" en cuestión. Y como muchas veces son hechas desde fuentes anónimas, es complicado establecer estadísticas y más, darles un seguimiento puntual para lograr un castigo justo. Sin embargo, hay ciertos puntos que pueden facilitar la identificación de este tipo de delincuentes y que espero que les sean de utilidad para evitarles un muy mal rato.
- Buscan personas que tengan algún amigo en común, para lograr el contacto de una manera menos general.
- El inicio de las pláticas es de manera casual y hasta inocente para que, al cabo de unas cuantas conversaciones, confiesen que los han cautivado.
- Le apuestan a las debilidades más elementales y que la víctima en cuestión es casi casi que la salvación del galán o el alma gemela que tanto habían buscado.
- Que la realidad que ahora enfrentan está llena de peligros, sin sabores y que la antesala del infierno. (Guerra, orfandad, soledad, desesperanza, enfermedad, etc.)
- Que necesitan urgentemente que se les rescate de tan sórdido panorama por medio de un favor (recepción de paquetes, dinero, o envió de fotos sensuales. documentos, etc.)
- Si se niegan, la actitud amorosa cambia radicalmente y va desde el chantaje, la amenaza del peor de los karmas, hasta las faltas de respeto e insultos.
Pero ¿Hay algún tipo de antídoto ante tales tentaciones de no sucumbir ante las insinuaciones de los remeros de capitán galán que abundan en la red? Por supuesto y se llama SENTIDO COMÚN, aunque a veces es el más escaso de los sentidos. Algunos ejemplos son:
- No subestimen lo que les lata, es decir que si no les convence, no les sigan el juego, pues es fácil caer en sus trampas.
- Investiguen, investiguen, investiguen. La red puede ser su gran aliado para determinar la autenticidad de su interlocutor.
- Verifiquen la conexión de amigos o de invitaciones, para a ver qué tan bien los conocen.
- No crean en sus palabras, ya que muchas veces se basan en lo que creen que la otra persona quiere escuchar.
- Confíen en que "Es muy bueno para ser verdad", porque generalmente lo es.
- Hay que fijarse en los más pequeños detalles, ya sean en las fotos recibidas, en la inconsistencia de las conversaciones o en el cambio de respuestas a preguntas frecuentes o repetitivas que ustedes hagan.
La internet no es el enemigo a vencer, pues conozco varios casos de relaciones de pareja que se han conocido así y que han llegado inclusive a casarse. Lo importante aquí es confiar en los instintos, resolver las inseguridades o carencias que se tengan, para no depositar la solución en extraños y sobre todo, entender que es cierto el tener cuidado con el primer amor y con el que pensamos puede ser el último, porque la entrega es sin condiciones. No se trata de nuestra oportunidad final, sino la capacidad de seguir amando y sobre todo, amándonos a nosotros mismos primero.