¿Quieres que realmente se enamoren de ti? No te conviertas en oferta
En definitiva a todos nos gusta ir de compras, ya sea como un paseo, a buscar un artículo específico, consentirnos un poco o simplemente para ver qué oportunidades podemos adquirir. Es más, una amiga mía decía que donde veía el letrero de SALE (rebajas en inglés), ella entraba. Sin embargo, cuando encontramos algo en rebaja, sufrimos una serie de reacciones. En primer lugar, nos entusiasma el hallazgo de algo tan maravilloso. Enseguida, tratamos de cerciorarnos que el precio y el artículo son los correctos, revisándolos exhaustivamente. Más tarde y ya con cierta calma, tratamos de encontrar los defectos o carencias que tenga ese artículo, razón por la cual está tan barato y por último, al darnos cuenta que está disponible, que hay muchas piezas del mismo artículo, que realmente no lo necesitas y que no es un artículo exclusivo y caro, simplemente lo dejamos hasta con cierta molestia.
Pues bien, lo mismo pasa con las relaciones amorosas. Sin afán de cosificar a una persona, es decir, de convertirlo en cosa, las personas que siempre están dispuestas, no tienen vida propia, nos hace segunda en todos los aspectos, no tiene un criterio propio y los más importante NO SABE DECIR QUE NO NI PONE LOS TAN NECESARIOS LÍMITES, simplemente nos deja de interesar más pronto que lo que canta un gallo. Les llamo "las ofertas"
Bueno y ¿Por qué pasa esto, si tantas veces nos quejamos de que alguien nos hace sufrir, por no apreciar realmente todo nuestro valor? Es muy fácil. Hay varias razones por las cuáles pase esto y que les quiero compartir. El principio de esto es que la atracción hacia alguien no es una reacción al azahar. Para nada. El hecho de que nos guste alguien y hasta lleguemos a enamorarnos, es el resultado de una serie de estrategias perfectamente planeadas, pero sobre todo, de manera inteligente y controlada, que nada tienen que ver con los impulsos, el enamoramiento y mucho menos, con las quejas y lamentaciones.
Hay que partir del principio de que los seres humanos somos criaturas de retos, es decir, que luchamos por conseguir lo que queremos y mejor aún, lo que no sabíamos que queríamos. Además, somos amantes de recibir premios, reconocimientos y hasta trofeos, porque nos hace sentir únicos e individuales. Al saber que no todos tienen lo que nos hemos ganado con esfuerzo, nos hace sentir que entramos a un mundo exclusivo, por el que vale la pena no solamente competir, sino en especial ganar, por valioso y sobre todo, escaso.
Este principio se cumple al 100% en las relaciones de pareja, pues cuando pensamos que podemos perder a alguien o simplemente se nos niega, lo queremos con nosotros, a como dé lugar. Por el contrario si siempre está disponible, nos manda el mensaje de que cualquiera puede tenerlo y sobre todo, a la hora que se quiera, por lo que no es valioso y mucho menos, exclusivo. También sucede que no hay urgencia por luchar por él, por contestar sus mensajes, por responder a sus llamadas ni mucho menos por invitarlo a salir, porque simplemente no representa un esfuerzo por tenerlo. Por tanto, se convierte en algo que no tiene valor, así sea una de las siete maravillas modernas.
¿Y cómo evitar que nos vean como una mercancía rebajada? Muy sencillo. Les comento algunas de las características para volverse alguien muy cotizado. Por principio de cuentas, hay que amarse a sí mismo, no importa el físico, la inteligencia, la economía o inclusive la distancia. Una persona que se quiere a sí mismo, que está cómodo con quién es, sin importarle si lo aceptan o no. Se lo nota y lo proyecta. Esto da lugar a que se tiene una vida propia y que no se está amarrada al celular, esperando la señal más débil, para salir corriendo y ponerse a la disposición de quien le importa. Una persona que tiene pasión por su vida, sus proyectos, sus ideales y sobre todo, por sus límites, es sumamente atractiva y más de uno quiere tenerla a su lado, porque es alguien que vale la pena perseguir y conquistar.
Este tipo de personas tienen opciones, es decir, que no es su último tren en el que si no se sube, ya no va a ser feliz. Y no se trata de ser ególatra, soberbio, pedante o inclusive, darle celos. Es más bien saber lo que se quiere, estar luchando por conseguir los objetivos y en el inter, si alguien quiere subirse al proyecto, es más que bienvenido. Si no lo hace, se lo pierde y ya vendrá alguien que si lo quiera hacer. Esto también deriva en algo muy importante: no permitir que haya faltas de respeto, abusos o inclusive, agresiones. Al saber el valor que se tiene, se saben poner límites, no dar las cortesías que no se reciben, por más educados que seamos. Hay que creer en las acciones más que en las palabras y no permitir aquellas que no son congruentes ni ciertas. Con esto, no solamente se ahorran decepciones y muchas cajas de pañuelos desechables, sino sobre todo tiempo, que siempre es muy valioso.
Cuando no hay mucho interés, crece la intención de ganárselo Recuerden que SIEMPRE están para escoger y no para que los escojan, Nadie les tiene que hacer el favor de voltearlos a ver y regalarles un poquito de la atención que tanto anhelan. Ustedes determinan a quien quieren a su lado y sobre todo, perdidamente enamorados, al tener a un verdadero tesoro como compañero de vida.