El Salvador contrata, y luego despide, a cabildero en EEUU

MIAMI (AP) — El gobierno de El Salvador firmó un contrato de 450.000 dólares para contratar a un cabildero influyente en Washington —y casi inmediatamente se retractó del acuerdo—, en momentos en que el presidente Nayib Bukele, un fuerte aliado de Trump, es blanco de acusaciones de que sus políticas populares enmascaran una tendencia autoritaria, se enteró el viernes The Associated Press.

El Sonoran Policy Group, de Robert Stryk, se registró el jueves como agente extranjero con el gobierno estadounidense tras firmar un contrato con el jefe de inteligencia nacional de Bukele, de acuerdo con un contrato provisto por el Departamento de Justicia. Sin embargo, horas después, en respuesta a un pedido de comentario de la AP, la oficina de Bukele dijo que el presidente no había aprobado nunca el contrato —que está fechado el 15 de agosto— y que lo anuló.

Pese a múltiples pedidos, su oficina y dos asistentes dijeron que no dirían cuándo fue cancelado ni qué llevó al abrupto cambio de decisión, pero insistieron en que no se habían hecho pagos.

“El Gobierno de El Salvador tiene 194 carteras de estado. Cada una tiene un titular, quien puede hacer uso de sus fondos y destinarlos para A o B situación, contrato, servicio o necesidad. Pero este tipo de contratos el Presidente los aprueba o no los aprueba directamente”, dijo su oficina en una declaración.

“En este caso, él no aprobó el contrato. El contrato se canceló y lo puede verificar con Sonoran Policy Group, la empresa que dice que fue contratada. La agencia le va a decir que el contrato fue cancelado y que no se erogó ni un 5 de ninguna cartera de estado. Lo mejor sería corroborar con la empresa”, agregó.

El viernes, Stryk dijo que no comentó sobre el estatus del contrato luego de que El Salvador insistió en que había sido cancelado. Bajo los términos del contrato, cualquiera de las partes puede terminar la relación, con 30 días de aviso, pero potencialmente sería responsable por cualquier pago hasta que sea terminado oficialmente.

“La firma de este contrato a nombre del pueblo de El Salvador continúa mi dedicación a asistir a todas las naciones para eliminar la corrupción, el delito organizado y el terrorismo para promover los valores sagrados del capitalismo, que es la llama eterna que ilumina verdaderamente el mundo”, dijo Stryk en una declaración”.

No está claro para qué el gobierno de Bukele buscaba influencia en Washington. El acuerdo de asesoría firmado por Peter Dumas, el director de inteligencia nacional de El Salvador, solamente dice que la firma de Stryk cobrará 75.000 dólares al mes por hasta seis meses de trabajo de relaciones de gobierno y prensa. Dice además que proveerá asesoría sobre desarrollo económico y contactos con organizaciones comerciales para el gobierno de Bukele.

El presidente de 39 años asumió el cargo como independiente, con promesas de rescatar el país de las profundas divisiones dejadas por la descontrolada violencia de pandillas y la corrupción sistemática en los gobiernos de derecha e izquierda que siguieron el fin de una sangrienta guerra civil en 1992.

Los sondeos muestran que la amplia mayoría de los salvadoreños aprueban el enfoque imperioso de su gobierno, pero grupos de derechos humanos y algunos líderes empresariales se quejan de que ha pisoteado la constitución, especialmente en febrero, cuando envió a tropas fuertemente armadas a rodear el Congreso para presionar a los legisladores a que aprobaran un préstamo para financiar la lucha contra las pandillas. Su estricto encierro para combatir la pandemia de coronavirus también fue controversial.

Bukele se ha acercado al presidente Donald Trump, expresando respaldo por sus políticas duras de inmigración con la firma de un acuerdo bilateral que le permitiría a Estados Unidos enviar a solicitantes de asilo de otros países a El Salvador. La política no había sido implementada cuando estalló la pandemia.

Como parte de la presentación de documentos el jueves, Sonoran dijo que había contratado a Mario Duarte, exjefe del servicio de inteligencia de Guatemala, para que asistiera en su trabajo en favor de El Salvador.

Stryk, un exasistente republicano y productor de vino que se presentó a una elección de alcalde en Yountville, California, se ha colocado en la cima de una competitiva industria de influencia en el Washington de Trump.

Exasesor no pagado de campaña de Trump en la costa oeste, su firma no había reportado actividades de cabildeo entre 2013 y 2016, pero ha cobrado más de 17,3 millones de dólares a clientes extranjeros desde el inicio de 2017, de acuerdo con datos del Center for Responsive Politics, un grupo no partidista.

Stryk dice ser un extraño en Washington y disputa la noción de que tenga lazos especiales con la Casa Blanca.

Muchos de sus clientes previos tienen mala reputación en Washington o están bajo sanciones estadounidenses, como los gobiernos de Somalia y República Democrática de Congo. Actualmente representa a Isabel dos Santos, la mujer más rica de África, quien enfrenta acusaciones de que ella acumuló su enorme fortuna por medio de préstamos estatales facilitados por su padre, el expresidente de Angola Eduardo Dos Santos.

En enero se registró como agente extranjero para abrir puertas para el gobierno socialista de Venezuela, al que Trump y Bukele se oponen, pero el bufete de abogados que lo contrató como consultor anuló más adelante el contrato de 12,5 millones de dólares con un aliado cercado del presidente Nicolás Maduro en medio de críticas de republicanos de Florida, que los acusaron de promover a un “dictador”.

La última vez que El Salvador contrató a un cabildero en Estados Unidos fue en 2017, cuando su embajada en Washington le pagó al bufete de abogados Dentons U.S. un total de 125.000 dólares durante cinco meses de trabajo en favor de las relaciones bilaterales.

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Los periodistas de The Associated Press Marcos Alemán en El Salvador y Christopher Sherman en la Ciudad de México contribuyeron a este despacho.

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