Líder indígena mapuche logra acuerdo con gobierno de Chile
SANTIAGO, Chile (AP) — El líder espiritual Celestino Córdova, en huelga de hambre desde hace 107 días, logró el martes que el gobierno chileno le permita visitar su “rehue” o altar religioso durante 30 horas después que recupere su salud. El indígena mapuche también logró que le cambien la cárcel, donde cumple una condena por el asesinato de un matrimonio, por un centro de reclusión semiabierto.
Tras otra huelga de hambre de 101 días en 2018, Córdova también obtuvo permiso para visitar su “rehue”, ubicado en una localidad rural de la región de La Araucanía, 700 kilómetros al sur de Santiago. El fin de semana había amenazado con iniciar una “huelga de hambre seca” --sin ingerir líquidos-- si no aceptaban sus demandas.
Córdova también logró que otros ocho indígenas mapuches que iniciaron un ayuno en su apoyo “no serán objeto de sanciones” de parte de la policía carcelaria cuando depongan su huelga de hambre.
El ministro de Justicia, Hernán Larraín, dijo tras el acuerdo que “tenemos que aprender a escucharnos, a dar soluciones que sólo se alcanzan por este camino, el del diálogo, nunca el de la violencia”.
La violencia en la zona mapuche de La Araucanía se arrastra por décadas y en muchas ocasiones los atentados son reivindicados por grupos radicales indígenas que exigen la devolución de las tierras que en esta zona pertenecían a los mapuches y, en los últimos meses, la liberación de Córdova, que permanece internado hace un mes en un hospital intercultural de la zona. Seis de los ocho indígenas que lo siguen en su ayuno permanecen en otro centro médico. En ocho años han muerto ocho mapuches baleados por la policía mientras ocupan tierras de forestales.
Córdova fue condenado a 18 años de cárcel por participar en el incendio intencional de la vivienda del matrimonio Luchsinger-MacKay, que murió calcinado, según estableció el juicio que lo encontró culpable del crimen.
La semana última el gobierno le propuso al machi ocho cambios en su favor y de otros presos mapuches para que depusiera el ayuno y el fin de semana añadió un permiso para que visitara su “rehue” por 15 horas. Tras la presión de Córdova de iniciar una huelga seca, las aumentó a 30. Inicialmente el líder indígena pedía cumplir su condena en su comunidad durante seis meses, bajo arresto domiciliario, lo que fue rechazado por la Corte Suprema.
El senador oficialista Iván Moreira dijo sobre el acuerdo que “esto es un muy mal precedente, producto de una extorsión”.
La vicepresidenta del Colegio Médico de Chile, doctora Patricia Meza, que participó en los diálogos del gobierno con los representantes de Córdova, declaró que “este es el primer paso de un largo camino” para alcanzar la paz en La Araucanía.
“En las Naciones Unidas estamos convencidos de que el diálogo es el camino” para encontrar soluciones, dijo a su vez Jan Jarab, representante en América del Sur de la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la expresidenta chilena Michelle Bachelet.
Jorge Luchsinger, hijo del matrimonio asesinado en 2013, dijo que Córdova “para mí no es un líder, es un asesino que tiene que cumplir su condena en la cárcel”.
Entre los cambios ofrecidos a Córdova se incluye que permanezca hospitalizado hasta que se recupere y luego, cuando lo solicite formalmente, será trasladado hasta un recinto penitenciario semiabierto de educación y trabajo. Además, los otros ocho mapuches que lo siguen desde el inicio en el ayuno, “no serán objeto de sanciones” cuando depongan la huelga y se habilitarán módulos especiales en las algunas cárceles del sur para los detenidos indígenas.
Los mapuches representan el 10% de los 19 millones de chilenos y la mitad vive en comunidades rurales pobres en La Araucanía. Grupos radicales exigen la restitución de las tierras que sus antepasados ocupaban en el siglo XVI a la llegada de los conquistadores españoles, que nunca pudieron dominarlos. Sus descendientes fueron sometidos en el siglo XIX por las armas del Estado chileno.