Presos fabrican máscaras contra COVID-19 en cárcel de Perú
LIMA (AP) — Un pequeño taller dentro de una cárcel de Perú donde los costureros son presos por narcotráfico y robo agravado está saliendo a flote cosiendo máscaras y otras prendas en medio de la pandemia.
Los 12 reos que trabajan en un taller de costura de la cárcel del Callao no gastan en transporte. Luego de un día de trabajo apenas caminan pocos metros para volver a sus celdas. El taller es dirigido por Hernán Leo, de 34 años, quien antes de estar preso dirigía una marca de ropa urbana llamada “Lima, la gris”, en honor al cielo del mismo color de la capital de Perú.
En 2019, tras ser condenado a ocho años de prisión por narcotráfico, Leo se demoró una semana en aceptar su nueva realidad. “Siempre debes aceptar tu situación”, dijo a The Associated Press.
Después, Leo implementó su taller al interior de la cárcel, que permite que los reos puedan trabajar de forma voluntaria mediante un programa de resocialización llamado “Cárceles Productivas”.
En una esquina del taller, Leo colocó una mesa y sobre ella tiene apiladas las ediciones de un diario local de economía, que es el preferido de los empresarios locales. También posee muchos papeles con modelos de diseños que compra a artistas locales y le sirven para adornar las mascarillas.
La cárcel del Callao, no es la única donde se fabrican máscaras para protegerse del virus. Hasta julio las autoridades carcelarias indicaron que se habían cosido más de 141.000 máscaras en otras 13 prisiones del país.
El primer caso de nuevo coronavirus en una cárcel de Perú empezó precisamente en la cárcel del Callao, conocida de forma popular con el nombre de “Sarita Colonia”, una peruana fallecida en 1940 y a quienes muchas personas humildes y también los presos le atribuyen milagros.
Con una pandemia incontrolable, incluso dentro de las cárceles, Leo convenció a las autoridades de que podían fabricar mascarillas y así lo hicieron. Construyeron 5.000 con retazos de telas de diversos colores y las regalaron a los internos y también a los guardias.
Luego comenzaron a fabricar trajes color verde olivo de una sola pieza para que los agentes carcelarios las usen. “Nos damos la mano entre todos, la pandemia afecta a todos”, dijo.
El nuevo coronavirus dentro de las cárceles ha matado a presos y agentes. Según datos oficiales, 288 reos y 35 agentes carcelarios han fallecido. El país sudamericano tiene 95.548 presos, de los cuales más de un tercio todavía no están sentenciados.