Cardenal de Nicaragua oficia con imagen calcinada de Cristo
MANAGUA (AP) — El cardenal Leopoldo Brenes, presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, ofició este miércoles una misa al pie de la imagen de la Sangre de Cristo, calcinada por un incendio el pasado viernes, y reiteró que su destrucción se debió a un acto “salvaje y terrorista” y no a un accidente como aseguró la policía.
Brenes, quien también es arzobispo de Managua, expresó que los católicos del país viven “un ambiente de mucha tristeza y dolor” al ver la descabezada figura de Jesús en la cruz, un símbolo muy venerado por los creyentes y ubicado en la capilla en la Catedral metropolitana de la capital.
“La imagen que podemos contemplar a mi espalda está calcinada, pero de pie. La cruz, al igual que el cuerpo de esta imagen de madera resistió la fuerza de las llamas y ahí está, como un testimonio que es un llamado para todos”, dijo el prelado tras lamentar “lo que de una manera salvaje y terrorista se ha realizado”.
La policía de Nicaragua descartó que haya habido “mano criminal” en el incendio, que tanto Brenes como el papa Francisco calificaron de “atentado”, y atribuyó el siniestro a “vapores de alcohol” que se combinaron con la llama de una veladora encendida.
El nuncio apostólico, Waldemar Sommertag, dijo el lunes a la AP que el Vaticano pidió al gobierno de Daniel Ortega una investigación “seria, cuidadosa y transparente” del caso, que sucedió después de varios días de robos y destrucción de imágenes en pequeñas iglesias del interior del país por personas desconocidas que no han sido arrestadas.
Monseñor Brenes dijo que obtuvo una “respuesta inmediata” de apoyo del papa Francisco, con quien se comunicó en los dos días posteriores al incendio. Expresó que lo ocurrido es “una pesadilla” de la que no sabe “cuándo vamos a despertar”.
El martes Brenes declaró a un canal de televisión local que la Iglesia Católica sigue sosteniendo que el incendio no fue accidental. “Respetamos el análisis que ha hecho (la Policía) pero mantenemos nuestra postura de que eso fue una acción criminal, lo que nosotros dijimos el viernes lo mantenemos hasta este momento”, afirmó.
Las relaciones entre la Iglesia católica y el gobierno sandinista se fracturaron tras la revuelta social de abril de 2018, cuando los obispos apoyaron los reclamos de los estudiantes contra Ortega, en lo que el mandatario calificó como “un fallido golpe de Estado” para removerlo del cargo, que ostenta desde 2007.