Oposición venezolana confía en elevar presión sobre Maduro
CARACAS (AP) — Tras lograr un gran consenso de 27 partidos contra las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre, promovidas por el gobierno, la oposición venezolana confía en poder reinventarse para endurecer las presiones internas y externas contra el mandatario Nicolás Maduro, que ha fortalecido su control de la nación suramericana en medio de la pandemia del nuevo coronavirus.
La posibilidad de que la oposición pueda salir airosa en esta nueva etapa de lucha aún resulta remota, considerando la situación debilitamiento en la que se encuentra y que en meses pasados han emprendido acciones similares que no han prosperado, pero el líder Juan Guaidó se muestra confiado.
“No van a tener respiro, sino por el contrario va haber mucho más presión de aquí en adelante”, afirmó Guaidó en entrevista con The Associated Press al anunciar que en las próximas semanas el bloque de 27 partidos presentará un “acuerdo unitario” sobre las acciones de agitación, de protesta y una “gran convocatoria nacional” que desplegarán en todo el país para incrementar las presiones internas contra Maduro y las elecciones parlamentarias.
El también presidente de la Asamblea Nacional, de 37 años, admitió que el contexto que les tocará enfrentar es mucho más adverso que el de los comicios presidenciales de mayo de 2018 en los que Maduro logró la reelección para un segundo período de seis años en medio de un boicot opositor que denunció un fraude electoral.
“Hay peores condiciones”, dijo Guaidó al reconocer que en la actualidad “hay más presos políticos, más persecución, secuestraron los partidos”, pero sostuvo que ante ese escenario a la oposición “nos toca reinventarnos” para enfrentar la “represión” del gobierno y el contexto de “guerra” generado por la migración de cinco millones de venezolanos que salieron del país huyendo de la crisis, la “emergencia humanitaria compleja” y la “destrucción” del aparato productivo.
Algunas organizaciones humanitarias han denunciado que durante el primer semestre del año el gobierno de Maduro endureció la represión al no permitir ningún tipo de protestas en la calles y detener a más de media decena de opositores, periodistas y personal de salud. A inicios de año las fuerzas de seguridad tomaron el Palacio Legislativo para impedir el ingreso de Guaidó y sus colegas y se instaló una directiva paralela del Congreso integrada por diputados disidentes de la oposición.
Guaidó, quien ha sido reconocido como presidente interino de Venezuela por casi 60 países, indicó que esta etapa la “coalición internacional” va a seguir presionando para “no permitir este flujo de dinero” del gobierno de Maduro, que se ha ido cerrado en el último año tras el endurecimiento de las sanciones económicas por parte de Washington.
“La clave de esto es precisarlo cada vez más. Ver cuales son los factores que hoy sostienen al régimen que cada vez se han ido limitando”, dijo el dirigente sin ofrecer más detalles sobre las acciones de presión que podrían venir.
Sobre la reciente visita que realizó a Caracas una misión del gobierno de Noruega, que promovió el año pasado un proceso de diálogo que fracasó, el líder político señaló que en este momento “no hay ningún mecanismo formal del diálogo” con el gobierno de Maduro, al que acusó dinamitar y cerrar esa vía, pero dijo que los países europeos o latinoamericanos que quieran abonar en ese camino “serán bienvenidos”. “Cualquier proceso que sume a una solución real al conflicto será bienvenido”, precisó.
Ante algunas críticas que hicieron el martes en su contra algunos senadores estadounidenses, Guaidó les restó importancia y dijo que hay una “política muy clara” de Estados Unidos de apoyo a Venezuela que ha sido respaldada por el mandatario Donald Trump y el Congreso americano.
Asimismo, el dirigente desestimó el comentario del senador republicano Rand Paul, que llegó a compararlo con dictadores cubanos y sostuvo que su legitimidad viene de la carta magna y que ”cualquier cosa es o desconocimiento de la constitución o simplemente un elemento de política interna”.