Policía insiste en descartar ataque a catedral de Managua
MANAGUA (AP) — La policía de Nicaragua descartó este lunes que haya habido “mano criminal” en el incendio ocurrido el viernes en la capilla de la Catedral Metropolitana de Managua, suceso que la Arquidiócesis capitalina y el papa Francisco calificaron como un “atentado” y para el cual el Vaticano pidió al gobierno de Daniel Ortega “una investigación seria, cuidadosa y transparente”.
En rueda de prensa con medios oficialistas, las autoridades policiales concluyeron que el incendio en el templo católico, donde quedó calcinada la venerada imagen de la Sangre de Cristo, “no fue intencional, descartándose acción criminal” en el siniestro.
Citando declaraciones de testigos, el comisionado de la policía, Jaime Vanegas, confirmó la versión de un incendio accidental que había dado la primera dama y vicepresidenta Rosario Murillo minutos después del siniestro. Hubo “diversos vapores de alcohol que se combinaron con la llama de una veladora que era encendida todos los días a partir de las 7 de la mañana y se apagaba a una de la tarde”, además de telas y materiales plásticos “de fácil combustión”, aseguró.
Los peritos descartaron también “que haya habido cortocircuito o recalentamiento del sistema eléctrico y también se descartó que el incendio se haya originado por explosión, ya que no se encontró ningún artefacto explosivo industrial o artesanal, ni fragmentos de vidrio, metal o papel (bomba molotov y/o bomba de contacto)”, se indicó.
El viernes por la mañana, el fuego se desató al interior de la capilla de la Catedral. En un comunicado, la Arquidiócesis capitalina informó: “Una persona no identificada ingresó a la capilla de la Sangre de Cristo en la Catedral Metropolitana de Managua y arrojó una bomba, produciendo un incendio en donde permanece la sagrada y venerada imagen de la Sangre de Cristo y el Santísimo”.
Antes de que la policía emitiera alguna información, la vicepresidenta Murillo dijo que el incendio fue causado por velas encendidas en el lugar, donde una cortina tomó fuego. Su versión fue desmentida de inmediato por el arzobispo de Managua, cardenal Leopoldo Brenes, quien dijo que “nuestra capilla no tiene cortinas ni veladoras”, y aseguró que se trató de “un acto de terrorismo”.
Horas antes de que la policía diera el caso por cerrado, el nuncio apostólico en Nicaragua, monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag, reveló a The Associated Press que el Vaticano pidió al gobierno “una investigación seria, cuidadosa y transparente” sobre el caso.
Sommertag dijo tener “sentimientos de profunda tristeza y asombro” por el hecho, que se suma a recientes ataques y profanaciones de personas desconocidas contra por lo menos tres templos católicos en distintas localidades del país.
“Son actos delincuenciales promovidos por el odio y la división, lamentablemente muy radicados en gran parte de la sociedad nicaragüense. A uno le da tristeza frente a las situaciones de este tipo y no se encuentran razones por los hechos ocurridos”, declaró.
Por su parte, el directivo de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), Marcos Carmona, declaró el mismo lunes a periodistas que sería conveniente realizar una investigación independiente del caso, contratando a “un perito para que determine la causa real de este incendio”.
El suceso ha conmocionado a miles de católicos en Nicaragua, donde una gran mayoría de la población profesa el cristianismo. La imagen destruida por el fuego había sido traída al país procedente de Guatemala, en 1638.
El domingo, durante el rezo del Ángelus, el papa dijo que oraba por los nicaragüenses tras el “atentado” del viernes. “Pienso en el pueblo de Nicaragua que sufre por el atentado a la Catedral de Managua, donde ha sido muy dañada, casi destruida, la imagen tan venerada de Cristo que ha acompañado y sostenido durante siglos la vida del pueblo fiel”, expresó Francisco.
“El Santo Padre está preocupado y bien informado directamente de mi persona y, no obstante, confía que el odio se puede vencer solamente con el bien/amor que sabe hasta perdonar”, comentó monseñor Sommertag.
“La Santa Sede espera que las autoridades competentes encargadas de la investigación hagan su trabajo”, subrayó.
En los últimos días desconocidos causaron destrozos en pequeñas iglesias de los municipios de Nindirí y Veracruz, en la vecina provincia de Masaya. El domingo, un hombre rompió de una pedrada el vidrio de la urna de Jesús en la parroquia Santa Rosa de Lima, en León —al occidente— y antes de huir lanzó otra pedrada al sacerdote que oficiaba la misa.
El gobierno sandinista mantiene una tensa relación con la jerarquía católica desde abril de 2018 cuando, en el marco de una revuelta social, Ortega acusó a los obispos de apoyar “un fallido golpe de Estado” en su contra.