Descarrilan tren en conflictiva zona indígena chilena
SANTIAGO, Chile (AP) — Desconocidos atentaron el jueves con armas de fuego contra un tren de carga vacío que se descarriló en la conflictiva zona indígena de La Araucanía, en el sur de Chile, engrosando una larga lista de ataques incendiarios a vehículos y propiedades para presionar por la liberación de un líder mapuche condenado por asesinato.
La violencia en la zona mapuche se arrastra por décadas y en muchas ocasiones los atentados son reivindicados por grupos indígenas que exigen la devolución de tierras.
El descarrilamiento se produjo en las cercanías de Ercilla, 600 kilómetros al sur de Santiago, luego que desconocidos dispararon contra la cabina blindada del maquinista, que recibió algunas esquirlas en el rostro, informó la policía.
El ataque se suma a un atentado incendiario ocurrido en la víspera contra un radar de la Dirección General de Aeronáutica Civil, poco después de que desconocidos quemaron máquinas en un fundo de propiedad de una empresa forestal de La Araucanía, balearon un vehículo, la casa de un agricultor y una caseta de seguridad policial.
Los atentados en la región se cuentan por decenas el último mes y han terminado con varias escuelas rurales incendiadas.
El recrudecimiento de la violencia coincide con una huelga de hambre de Celestino Córdova, un machi o líder religioso mapuche que desde hace 86 días se niega a ingerir alimentos para exigir que lo liberen de prisión y poder cumplir en su comunidad una condena a 18 años de cárcel por el asesinato en un incendio de un matrimonio de ancianos en 2013. Otros ocho mapuches se plegaron a la huelga de Córdova.
Además, las sedes de cuatro municipios de La Araucanía permanecen ocupados pacíficamente por mapuches que exigen la liberación de Córdova y de los otros huelguistas.
La Corte de Apelaciones de Temuco, 700 kilómetros al sur de Santiago, rechazó el jueves un recurso de amparo en favor de Córdova, quien en 2018 realizó otra huelga de hambre durante 101 días, cuando exigía que lo dejaran salir de prisión para acudir a un “rewe” o altar para desarrollar una ceremonia religiosa ancestral.
La región está fuertemente custodiada por la policía militarizada, cuyo accionar en varias ocasiones ha incrementado los atentados, como en noviembre de 2018, cuando mataron a un joven mapuche con un disparo por la espalda. Los policías ocultaron pruebas y mintieron en sus declaraciones iniciales. Un año antes, una unidad de inteligencia policial de La Araucanía fabricó pruebas contra ocho mapuches que fueron encarcelados por supuestamente organizar ataques en la zona.
De los 19 millones de chilenos, el 10% son mapuches —es decir, descendientes del pueblo originario de Chile— y poco menos de la mitad viven en comunidades rurales pobres en la región de La Araucanía. Miles rechazan la política oficial de entrega de pequeñas porciones de tierra y algunos centenares desarrollan acciones violentas para exigir la restitución de sus territorios ancestrales.
Los mapuches nunca fueron dominados por los conquistadores españoles, a los que resistieron por 300 años, hasta que en el siglo XVIII el Estado chileno los dominó por las armas y los empujó al sur, mientras chilenos y colonizadores se hicieron de sus tierras.