Bielorrusia acusa a contratistas rusos de planear atentados
Las autoridades bielorrusas abrieron un proceso penal contra más de 30 mercenarios rusos detenidos esta semana, bajo cargos de preparar actos terroristas, según dijo el jueves el secretario del Consejo de Seguridad Andrei Ravkov.
El Comité Estatal de Seguridad bielorruso, aún conocido por su nombre soviético, KGB, indicó el miércoles que había detenido a las afueras de Minsk, la capital del país, a 32 contratistas de la firma militar privada rusa Wagner. Otra persona fue detenida en el sur del país, según medios. Los detenidos estaban acusados de planear actos para desestabilizar al país antes de las elecciones presidenciales.
El presidente, Alexander Lukashenko, busca un sexto mandato en las elecciones del 9 de agosto en medio de protestas de la oposición alimentadas por el cansancio con su mandato y una dolorosa crisis económica derivada de la pandemia del coronavirus. El mandatario ha acusado a fuerzas rusas de interferir con los comicios. Moscú ha negado cualquier intromisión.
La noticia agravó la tensión política entre los dos países. Lukashenko acusó el miércoles a Rusia de albergar “malas intenciones” y dio instrucciones a sus funcionarios para que pidieran una explicación formal.
El vocero del Kremlin Dmitry Peskov confirmó el jueves que 33 ciudadanos rusos habían sido detenidos en Bielorrusia y que Moscú confiaba en conseguir más información al respecto, describiendo las acusaciones como “sólo insinuaciones”.
Ravkov dijo que las fuerzas de seguridad bielorrusas buscaban a más contratistas rusos que supuestamente seguían en Bielorrusa.
“Hasta 200 hombres armados están en nuestro territorio”, dijo el jueves. “La búsqueda continúa. Es como una aguja en un pajar”.
Wagner, una firma militar privada asociada a Yevgeny Prigozhin, un empresario ruso acusado en Estados Unidos de interferir en las elecciones presidenciales de 2016, ha desplegado supuestamente cientos de contratistas militares en el este de Ucrania, Siria y Libia.
Peskov dijo el jueves que no sabía de ninguna empresa militar privada en Rusia, añadiendo que “en la ley rusa no existe tal cosa”.
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Daria Litvinova, en Moscú, contribuyó a este despacho.