Tlaib, en la mira de republicanos... y de algunos demócratas
Pocas horas después de que la representante Rashida Tlaib asumiera su banca circuló un video en el que les decía a sus partidarios que ella y otros correligionarios demócratas le harían un juicio político a Donald Trump, usando una expresión soez para aludir al presidente. Los partidarios que había en la sala la aclamaron, pero a mucha gente --incluidos miembros de la cúpula demócrata--, eso no le cayó bien.
No fue la última vez que el estilo combativo de Tlaib --parte de un cuarteto de representantes nuevas de minorías que quieren alterar el status quo, conocidas como “el escuadrón” (the squad) y que incluye a Alexandria Ocasio-Cortez-- la pone en la mira de los republicanos e incluso de muchos demócratas.
Y cada vez que se produce uno de esos episodios, la presidenta del Concejo Municipal de Detroit Brenda Jones dice que recibe llamadas de votantes que le piden que vuelva a batirse con Tlaib, en una reedición de la contienda interna demócrata del 2018 que ganó esta última. Ahora Tlaib asoma como la integrante más vulnerable del escuadrón y volverá a batirse con Jones en Michigan el 4 de agosto.
La contienda refleja las diferencias que hay en el seno del partido, entre el establishment y activistas mayormente jóvenes y progresistas, así como la dinámica racial en un sector de Detroit hegemonizado por los demócratas en momentos en que las injusticias raciales son un tema candente. Jones se ofrece como la candidata que mejor puede satisfacer las necesidades de un distrito que se encuentra entre los más pobres del país.
“Hay cosas que tal vez sienta, pero que no voy a decir en público, como amenazar con ‘hacerle un juicio político al....’ en el primer día”, expresó Jones, de 60 años. “Tienes que colaborar con ellos. Nunca sabes a quién vas a necesitar para sacar adelante algo”.
Hay mucha historia entre las dos candidatas. En el 2018, Jones terminó segunda, detrás de Tlaib, en una batalla entre siete aspirantes a la banca del representante demócrata John Conyers, quien renunció en medio de denuncias de acoso sexual. Acto seguido Jones derrotó a Tlaib en una elección especial para decidir quién completaba el término de Conyers y pasó cinco semanas en Washington antes de que Tlaib heredase la banca en enero.
Tlaib dice que hizo exactamente lo que había prometido que haría en el Congreso y conseguido buenos resultados, resistiendo a quienes están demasiado cerca de las grandes corporaciones.
Señala que Trump estampó su firma en un proyecto que ella patrocinó para proteger los beneficios de los jubilados --no fue invitada a la Casa Blanca para la firma-- y que logró la aprobación de enmiendas con apoyo de ambos partidos, incluida una medida que reparte miles de millones de dólares para reemplazas tuberías de plomo, que prioriza las comunidades de bajos ingresos.
“Soy muy tenaz y estoy consiguiendo resultados”, dijo Tlaib. “En el último año y medio defendí causas que no son populares entre los ricos”.
La única otra integrante del escuadrón que todavía tiene que sortear las primarias es Ilhan Omar, cuya principal rival en la votación del 11 de agosto en Minnesota es un recién llegado a la política que recaudó muchos millones más que ella en el último trimestre. Parte de las donaciones que recibió Anton Melton-Meaux provienen de agrupaciones pro-Israel y de donantes conservadores. Omar ofreció disculpas por tuits en los que insinuaba que algunos legisladores apoyan a Israel porque cobran por ello.
La neoyorquina Ocasio-Cortez ganó fácilmente su primaria el mes pasado y Ayanna Pressley, de Massachusetts, no tiene rival.
La raza y la religión son factores importantes en el distrito de Tlaib, donde la mitad de los residentes son de raza negra. El resto son blancos mixtos, árabes, hispanos y de otros orígenes. Tlaib, una palestina nacida en Detroit, fue una de las dos primeras mujeres musulmanas que llegan al Congreso. Jones es afroamericana. Conyers fue el afroamericano que más tiempo sirvió en la cámara baja, cinco décadas.
Un sobrino-nieto suyo, Ian Conyers, dijo que el distrito fue creado de modo tal que se le garantice representación a la comunidad negra y cree que debe contar con un o una representante de esa raza, sobre todo tras la muerte de George Floyd en Minneapolis a manos de un policía y la agitación en torno a las injusticias sociales.
“La gente quiere alguien que los represente hablando su mismo lenguaje”, dijo Conyers, quien participó en las primarias del 2018.
Algunos votantes afroamericanos que apoyan a Tlaib dicen que la raza no cuenta. William Clark, de 74 años, cree que Jones es demasiado conservadora.
“Blancos, negros, hispanos, marcianos... no me importa quien está en el poder. Solo me importa lo que se proponen hacer”, expresó. “Rashida elevará su voz. Es real”.
Branden Snyder, quien encabeza una organización de base llamada Detroit Action, afirmó que Tlaib era una “visionaria” y elogió su franqueza y su combatividad. Dijo que no es parte “del viejo status quo”.
“La política de siempre no ha estado beneficiando a nuestras comunidades”, dijo Snyder.
Tlaib tiene muchos más fondos que Jones, más de 2 millones de dólares, y el apoyo del comité de acción política Justice Democratas y de otras organizaciones progresistas.
Jones cuenta con 140.000 dólares. Es de notar, sin embargo, que en el 2018 también recaudó mucho menos dinero y perdió por un solo punto porcentual. Los otros cuatro candidatos de las primarias apoyan ahora a Jones.
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La reportera de la Associated Press Corey Williams (Detroit) colaboró en este despacho.