Condenado en Alemania un exguardia de campo de concentración
BERLÍN (AP) — Una corte alemana condenó el jueves a un exsoldado de las SS, de 93 años, de complicidad de asesinato en el campo de concentración de Stutthof, donde sirvió como guardia en los últimos meses de la II Guerra Mundial.
Bruno Dey recibió una condena en suspenso de dos años de prisión del tribunal estatal de Hamburgo, según la agencia de noticias dpa.
Fue condenado por 5.232 delitos de complicidad de asesinato, igual al número de personas que se cree fueron asesinadas en Stutthof mientras él sirvió en el campo en 1944 y 1945, así como de un delito de complicidad en intento de asesinato.
Como sólo tenía 17 años, y más tarde 18, en el momento de los crímenes, el caso de Dey se instruyó en un tribunal juvenil. La fiscalía había pedido una condena de tres años, y la defensa pedía la absolución.
“¿Cómo pudo acostumbrarse al horror?", preguntó la juez que presidía el tribunal, Anne Meier-Goering, al anunciar el veredicto.
El juicio abrió en octubre, y en deferencia a la edad de Dey, las sesiones judiciales se limitaron a dos por semana, de dos horas de duración. También se tomaron precauciones adicionales para mantener el caso en marcha durante el apogeo de la pandemia del coronavirus.
En su declaración final al tribunal esta semana, Dey, que necesita una silla de ruedas para desplazarse, se disculpó por su papel en la maquinaria nazi de destrucción y dijo que “nunca debe repetirse”.
“Hoy, quiero disculparme con todas las personas que pasaron por esta locura infernal”, dijo el acusado.
Hace al menos 20 años que cada juicio a un exnazi se describe como “probablemente el último de Alemania”. Pero otro guardia de Stutthof fue acusado la semana pasada, a los 95 años, y la fiscalía especial que investiga los crímenes del nazismo tiene más de una docena de investigaciones en marcha.
Eso se debe en parte a un precedente establecido en 2011 con la condena del extrabajador automotriz de Ohio John Demjanjuk como cómplice de asesinato cuando servía como guardia en el campo de exterminio de Sobibor, en la Polonia ocupada por Alemania. Demjanjuk, que rechazó de plano las acusaciones, murió antes de que se procesara su apelación.
Efraim Zuroff, principal rastreador de nazis en la oficina del Centro Simon Wiesenthal en Jerusalén, criticó la condena en suspenso, afirmando que “mancha el proceso” de buscar justicia para los sobrevivientes del Holocausto, y dijo que Dey había esperado a enfrentar una pena de cárcel para disculparse por sus acciones.
“Estamos muy satisfechos de que haya sido condenado, pero molestos por la sentencia, que en cierto modo es un insulto a los sobrevivientes”, dijo Zuroff en una entrevista telefónica. “Tiene que haber algún elemento de castigo”.