En medio de pandemia, gran barata inmobiliaria en Argentina
BUENOS AIRES (AP) — La pandemia de coronavirus ofrece una inédita oportunidad para la compra de propiedades en Argentina.
La cuarentena impuesta el 20 de marzo profundizó la crisis de un sector que ya venía muy golpeado en los últimos años por la devaluación de la moneda y la recesión económica. Las operaciones de compra-venta tuvieron una caída cercana al 80% en junio, según datos del sector.
Con las propiedades cotizadas en dólares y limitado acceso al crédito hipotecario, la agente inmobiliaria Florencia Rossi entendió que era el momento de agudizar el ingenio para sobrevivir y se le ocurrió una gran barata virtual de propiedades, así como las hay de tecnología, ropa y viajes.
El primer “hot sale” inmobiliario arrancará este lunes hasta el 30 de julio y ofrecerá 100 propiedades en Buenos Aires (proyectos, en construcción y a estrenar) con descuentos desde 20 a 35%.
La propuesta, en sociedad con el grupo SyG, “es como una feria de ropa, vos podés revolver y encontrás una prenda que te queda bien”, dijo Rossi, directora de Compañía de Mercado __asesoramiento inmobiliario__ en entrevista con The Associated Press.
Las ofertas oscilan entre 1.700 dólares por metro cuadrado (apartamentos a construir) y los 2.000 dólares (a estrenar). Algunas operaciones además pueden financiarse en pesos.
Antes del lanzamiento de la gran barata de apartamentos, casas y cocheras, 10.000 personas ya se habían anotado para participar.
“En Argentina es difícil acceder a la vivienda porque no hay crédito. Podés comprar un par de zapatillas en 12 cuotas y una casa la tenés que pagar en efectivo y en dólares”, describió la experta.
Desde hace décadas las propiedades son el refugio de pequeños y medianos inversores con ahorros en dólares que no confían en los bancos por los antecedentes de confiscación de depósitos y tampoco se sienten atraídos por bonos u acciones.
Además, su valor se mantenía relativamente estable pese a repetidos ciclos inflacionarios. En 2019 la inflación fue de 53,8% y acumula este año 13,6%, la segunda mayor del continente después de Venezuela.
En los dos últimos años, sin embargo, el sector enfrenta la peor crisis desde 2001.
A la devaluación del peso en 2018 (50%) que profundizó la caída de la economía, le siguió la incertidumbre política por las elecciones generales de 2019 y las negociaciones del electo gobierno del peronista Alberto Fernández con acreedores de la deuda externa para evitar un nuevo default, todavía en marcha.
A principios de este año se había constatado una caída del 30% en el valor de las propiedades en algunos barrios de la capital argentina.
La pandemia de coronavirus fue un grano de sal en la herida. Durante la estricta cuarentena, se concretaron siete operaciones de compra-venta de propiedades en abril, según el registro del colegio de escribanos de Buenos Aires.
Si bien en junio se habilitó parcialmente la actividad de las inmobiliarias y se firmaron 681 escrituras, la comparación con el mismo mes del año anterior arrojó un desplome de 78,7%.
Pero la curiosidad que ha generado el primer “hot sale” inmobiliario evidencia que “hay una demanda contenida”, según la experta Rossi.
Detalló que “hay gente con ahorros, de clase media que quizás no le alcanzaba hace tres meses y ahora pudo ahorrar” y que frente a la incertidumbre que genera la post-pandemia apunta a una inversión de menor riesgo.
“Cuando el país tenga un repunte, el ladrillo rápidamente toma valor. Es lo que primero se recupera”, vaticinó Rossi.