Acusan a Rusia de robar datos sobre vacuna para COVID-19
WASHINGTON (AP) — Gobiernos de Occidente fustigaron al Kremlin con una advertencia pública inusualmente detallada, al denunciar que hackers —que se cree forman parte de la inteligencia rusa— trataron de robar valiosa información privada a científicos y compañías médicas sobre una posible vacuna contra el coronavirus.
El presunto culpable es un enemigo familiar. Agencias de inteligencia de Estados Unidos, Gran Bretaña y Canadá alegan que el grupo de hackers APT29, también conocido como Cozy Bear y responsabilizado por la injerencia en las elecciones estadounidenses hace cuatro años, está atacando a instituciones académicas y de investigación farmacéutica involucradas en el desarrollo de una vacuna contra el COVID-19.
De momento no está claro si alguna información útil fue robada. Sin embargo, el canciller británico Dominic Raab dijo el jueves que “es completamente inaceptable que los Servicios de Inteligencia rusos ataquen a quienes tratan de combatir la pandemia de coronavirus”.
Acusó a Moscú de perseguir “intereses egoístas con un comportamiento temerario”.
Usando expresiones más generales, la secretaria de prensa de la Casa Blanca Kayleigh McEnany dijo: “Hemos trabajado muy de cerca con nuestros aliados para asegurarnos de que hemos tomado medidas para mantener esa información a salvo y seguimos haciéndolo”.
La acusación de que hackers vinculados con un gobierno de otro país tratan de extraer información confidencial médica durante la pandemia no es del todo nueva. Las autoridades de Estados Unidos acusaron el jueves a China de una conducta prácticamente idéntica. Sin embargo, la advertencia pública más reciente fue sorprendente por los detalles que proporcionó, atribuyendo el ataque a un grupo de hackers específico y señalando las vulnerabilidades de software que han estado aprovechando.
Además, los ciberataques rusos traen a la mente un tema particularmente delicado en Estados Unidos dada la sofisticada campaña del Kremlin para influir en las elecciones presidenciales de 2016.
La coordinación de la nueva advertencia entre continentes parecía diseñada para añadirle peso y seriedad al anuncio y hacer que los blancos occidentales de los hackers se protejan.
“Creo que (los gobiernos) tienen datos de inteligencia muy específicos que pueden proporcionar”, dijo John Hultquist, director principal de análisis en Mandiant Threat Intelligence. “El reporte está lleno de información operativa específica que los defensores pueden usar” para proteger sus redes.
Dmitry Peskov, portavoz del presidente ruso Vladimir Putin, rechazó las acusaciones al decir: “No tenemos información sobre quién pudo haber hackeado compañías farmacéuticas y centros de investigación en Gran Bretaña”.
“Podemos decir una cosa: Rusia no tiene nada que ver con esos intentos”, manifestó Peskov, de acuerdo con la agencia estatal de noticias Tass.
La agencia de ciberseguridad del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos alertó en mayo que criminales cibernéticos y otros grupos apuntaban a las investigaciones sobre el COVID-19, señalando en ese entonces que el aumento en el número de personas trabajando de manera remota debido a la pandemia había creado posibles rutas para que los hackers sacaran provecho.
Los constantes ataques son vistos como una labor para robar propiedad intelectual más que de alterar las investigaciones. No se cree que la información confidencial de los individuos se haya visto comprometida.
___
Lawless y Kirka informaron en Londres. Los periodistas de The Associated Press Vladimir Isachenkov en Moscú y Jonathan Lemire y Ben Fox en Washington contribuyeron a este despacho.