Myles Garrett no quiere que un altercado lo defina
Myles Garrett sabe que su impactante agresión con el casco al quarterback de los Steelers Mason Rudolph la temporada pasada lo seguirá por siempre. Es parte de su legado, lo quiera o no.
Pero advierte que no dejará que eso lo defina.
“Mi vida es mucho más que es ese momento”, dijo el defensive end de los Browns de Cleveland el jueves.
En su primera conversación con los reporteros desde el 14 de noviembre, cuando le arrancó el casco a Rudolph y lo golpeó en la cabeza con éste durante los últimos segundos de un encuentro transmitido a todo el país, Garrett habló de una gran variedad de temas.
Durante su videoconferencia de 25 minutos, Garrett aseguró que no ha hablado con Rudolph o con el entrenador en jefe de Pittsburgh Mike Tomlin desde el altercado, por el que la NFL le impuso una suspensión de seis encuentros. En el pasado, Garrett ha dicho que Rudolph le hizo un comentario racista. Espera que eventualmente puedan arreglar sus diferencias.
El miércoles, la primera selección del draft del 2017 firmó una extensión de contrato por cinco años y 125 millones de de dólares, de los cuales 100 millones son garantizados. Esto lo convierte en el jugador defensivo mejor pagado de la liga.
Garrett está agradecido con los Browns, que nunca dejaron de apoyarlo tras el castigo y que creen que el talentoso jugador de 24 años apenas ha rozado la superficie de su potencial.
Garrett también lo cree y quiere recompensar a los Browns por su lealtad.
“Ahora es el momento para probarlo”, dijo. “Tienen fe en mi y ahora les debo dar motivos para que tengan fe. Ahora que han puesto ese estandarte sobre mi, de ser el mejor pagado, tengo que insertarme como el mejor”.