Presidente mexicano visita estados afectados por violencia
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — El presidente Andrés Manuel López Obrador irá esta semana a tres de los estados más violentos de México en un intento por contrarrestar lo que muchos consideran una política débil ante los carteles del narcotráfico que ha exacerbado las tensiones con las autoridades locales.
El aumento de la violencia en Guanajuato, Colima y Jalisco -todos con gobernadores de partidos opositores- amenaza con afectar políticamente a López Obrador antes de las elecciones de mitad de período de 2021.
Junto con el alza en la mortalidad causada por la pandemia del coronavirus, la violencia de los carteles podría poner fin a la luna de miel del mandatario que se hizo célebre al prometer que una política de “abrazos, no balazos” pondría fin a la delincuencia.
Debido a que el ejército y la Guardia Nacional tienen su atención puesta en la pandemia, en proyectos de construcción y otras tareas asignadas por López Obrador, no queda claro cuántos recursos podrá dedicar el mandatario a la lucha contra los carteles.
El presidente dijo que viajaría a esos estados porque son los que más problemas tienen en cuanto a violencia y homicidios y aseguró que a pesar de sus marcadas diferencias con los gobernadores, tiene el deber de actuar.
López Obrador ha oscilado entre culpar a los gobernadores por la violencia -incluso llegando a acusarlos de ser cómplices de los carteles- a darles su apoyo.
Pero en su primera parada en Irapuato, el miércoles, el mensaje fue de cooperación y coordinación.
El gobernador Diego Rodríguez anunció su participación en las reuniones diarias del gabinete de seguridad porque, reconoció, su ausencia “no abonaba nada a la seguridad”.
“Si quiero más coordinación tengo que poner más de mi parte”, afirmó tras indicar que empezó a participar en las reuniones a partir del 5 de julio, cuatro días después de la matanza de 27 personas en un centro de rehabilitación de drogadictos en la ciudad de Irapuato.
“Estamos inaugurando una nueva etapa” dijo el presidente que hace sólo semanas había arremetido duramente contra las autoridades estatales, pidió cambios en la justicia local y que se investigara presuntas complicidades con criminales.
“Creció mucho el problema, lo dejaron crecer y hay que ver si no hay contubernio, es decir, asociación delictuosa entre delincuencia y autoridad”, dijo el mandatario tras el ataque al centro de rehabilitación.
Guanajuato es escenario de una sangrienta batalla entre el Cartel de Jalisco Nueva Generación y el cartel local Santa Rosa de Lima y en los primeros cinco meses del año han muerto más de 1.900 personas. Según el presidente, el 70% de los fallecimientos estuvieron vinculados con enfrentamientos entre los grupos del crimen organizado.
El gobierno federal ha instalado cuarteles de la Guardia Nacional por todo el estado pero ésta fuerza principalmente hace labores de patrullaje. El trabajo de investigar, detener y responder a las llamadas de emergencia queda en manos de los efectivos estatales, mucho más indefensos ante los carteles. Según el grupo Causa Común, en los primeros seis meses del año han sido asesinados 60 policías en el estado.
Luis Cresencio Sandoval González, secretario de la Defensa Nacional, explicó el miércoles que hay más de 7.500 efectivos de Guardia Nacional, el ejército y la marina desplegados en el estado.
“No hemos abandonado a Guanajuato”, garantizó López Obrador al subrayar que en esta nueva etapa, habrá “mas trabajo coordinado, más participación de las corporaciones de policías, Guardia Nacional y más inteligencia” ya que se aumentará el número de efectivos para esta última labor.
Además, se jactó del éxito en la reducción del robo de combustible, principal fuente de financiación del Cartel de Santa Rosa. En Guanajuato se sigue robando el 25% del total del país pero se pasó de los más 14.500 barriles al día en 2018 a los 510 actuales.
Un grupo local llamado “A Tu Encuentro”, que trata de encontrar a 135 personas que han desaparecido, difundió el martes un video en el que pidió un encuentro con el gobernador local y el presidente y llamó a ambas partes a dejar a un lado sus diferencias.
José Gutiérrez, líder del grupo, expresó su esperanza de que la visita de López Obrador ayude en la lucha contra la violencia y no exacerbe las tensiones con los gobernadores opositores.
El presidente llega a tres de los estados más violentos del país con unas cifras de homicidios más o menos similares a las que le dejó su predecesor y que superaban los 35.600 asesinatos al año.
Además, sus críticos insisten en que carece de una estrategia de seguridad real y ponen como ejemplo la decisión de liberar en octubre a un líder del Cartel de Sinaloa horas después de detenerlo porque el grupo criminal lanzó un inusitado ataque para rescatarlo que tomó a militares como rehenes y sembró el terror en la capital sinaloense.
Guanajuato es el mayor estado exportador del país no situado en la frontera con Estados Unidos y su industria no ha sido afectada por la inseguridad pero se convirtió en escenario de una terrible lucha entre los dos carteles más poderosos de México: el de Jalisco Nueva Generación y el de Sinaloa.
En un video subido a las redes sociales en junio José Antonio Yépez, líder del cartel de Santa Rosa, habló de la posibilidad de aliarse con Sinaloa para contrarrestar la incursión de Jalisco en sus territorios, lo que, según expertos, pudo haber generado una especie de guerra por el poder en Guanajuato.
Además de discrepar públicamente con el gobernador guanajuatense, López Obrador también ha mostrado serias diferencias con el mandatario de Jalisco, Enrique Alfaro, tanto en cómo abordar la violencia como en temas como la gestión de la pandemia por el coronavirus. Y Alfaro no ha dudado en acusar al gobierno central de querer desestabilizarlo aunque, últimamente, dijo que era necesario aunar fuerzas contra un enemigo común, el crimen organizado.
Y si en Guanajuato destacan los muertos, en Jalisco son los desaparecidos. En este estado se han encontrado cerca del 29% de todos los cadáveres sacados de fosas clandestinas desde el comienzo de esta administración el 1 de diciembre de 2018. Desde entonces y hasta fines de junio se han localizado 487 cuerpos.
Colima, el otro estado que visitará López Obrador, es el de mayor tasa de homicidios y también escenario de la confrontación entre los dos grandes carteles de Jalisco y Sinaloa.