Trabajadores extranjeros de Emiratos varados en el exterior
DUBÁI, Emiratos Árabes Unidos (AP) — Eudinson Uy y su esposa, que estaba embarazada, se fueron de vacaciones a Armenia y pensaban regresar a los Emiratos Árabes Unidos, donde residen, para que ella diese a luz, pero debido al cierre de fronteras por el coronavirus, ella terminó dando a luz en Armenia.
Cuatro meses después, la pareja filipina y su bebé siguen varados en Armenia, igual que miles de personas que tratan de regresar a los Emiratos, cuya fuerza laboral es mayormente extranjera.
“Llamé a la embajada de los Emiratos aquí en Armenia, al servicio de inmigración en Dubái y a todos los servicios que ofrecen asistencia, y todos dijeron que no podían ayudarnos por más de que mi esposa estuviese embarazada”, dijo Uy.
Muchos extranjeros que trabajan en los Emiratos salieron de vacaciones o por razones personales antes de la pandemia y están teniendo problemas para regresar.
El 7 de julio Dubái autorizó el ingreso de turistas y puso en marcha esfuerzos para facilitar el retorno de unos 200.000 residentes que quedaron varados en el exterior, pero las reglas no están claras y a mucha gente le han impedido regresar.
Algunos miembros de un grupo de Facebook de trabajadores extranjeros que no han podido volver dicen que les rechazaron los permisos para regresar más de diez veces. Una mujer dijo que envió 21 solicitudes.
Las reglas son particularmente confusas en relación con los recién nacidos y muchas mujeres que dieron a luz afuera no pueden traer a sus bebés. Todos los residentes de los Emiratos, incluidos los menores de edad, requieren un documento nacional de identidad para poder ingresar al país.
El gobierno no emite ese documento si una persona no tiene visa de residente y mucha gente no pudo conseguir esa visa para sus hijos recién nacidos porque las embajadas de los Emiratos cerraron por la pandemia.
“Es un círculo vicioso”, dijo Minna Joseph, quien está en Canadá desde febrero. “Muchas madres no saben qué hacer para regresar con sus bebés”.
Joseph planeaba regresar en marzo, pero sigue en Vancouver, esperando poder volver con su hijo recién nacido.
El hecho de que se autorizase la llegada de turistas ayudó a algunos, ya que los occidentales y los estados del Consejo de Cooperación del Golfo Pérsico reciben sus visas al aterrizar en los Emiratos. Pero otros, entre ellos las naciones asiáticas que suministran buena parte de la fuerza laboral, incluidos obreros, personal de limpieza, choferes de taxi y oficinistas, deben gestionar la visa antes de viajar.
Dubái creó un nuevo sistema que permite usar el documento de la madre para identificar al bebé, pero los otros seis emiratos tienen sus propias reglas inmigratorias. Abu Dhabi, por ejemplo, no permite el ingreso de personas de los otros emiratos a menos que presenten un resultado negativo de una prueba reciente para detectar el virus.
Cuando los Emiratos suspendieron la llegada de aviones en marzo, se permitió el regreso de los ciudadanos, pero a los trabajadores extranjeros les resultó mucho más difícil volver. El gobierno hizo pocas excepciones para emergencias o por razones humanitarias.
“Nos frustra lo que nos dijeron: Que no podíamos volver por más que mi esposa estuviese embarazada”, dijo Uy. “Es triste ver que permiten el regreso de algunas personas que no enfrentan emergencias, como mi esposa”.
El personal médico extranjero ha estado en la primera línea de la lucha contra el COVID-19 en los Emiratos, que reportan 55.000 casos y al menos 333 muertes.
En determinado momento el gobierno difundió un video del poderoso príncipe heredero Mohammed bin Zayed Al Mahyan, diciendo que “lagrimeó” al ver residentes extranjeros que cantaban el himno de los Emiratos y elogió su lealtad.
Muchos de los que quedaron varados afuera sienten que su lealtad no está siendo recompensada.
Ese es el caso de Iqra Kamran, de 25 años y quien hace poco dio a luz una nena en Karachi, Pakistán. Su marido fue autorizado a regresar y ella no, por lo que estuvieron separados varios meses. Ella pudo volver recién cuando se implantó el nuevo sistema en Dubái a fines de junio.
“Mi esposo ha vivido y servido a los Emiratos ocho o nueve años. Deberían darnos preferencia”, afirmó.
Las autoridades de Dubái y las del gobierno federal de Abu Dhabi no respondieron a pedidos de comentarios.
Joseph todavía no ha podido regresar con su bebé y su hija de cuatro años Kateleia. Su esposo Stefan está en Dubái y trata de ser parte de sus vidas, pero las 11 horas de diferencia complican las cosas.
“Es algo muy triste, difícil”, dijo ella. “Gracias a Dios tenemos las llamadas con video, que son fantásticas. Stef le lee un cuento a Kiki todas las noches”.
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Malak Harb está en www.twitter.com/malakharb.