La Habana flexibiliza las restricciones por el COVID-19
LA HABANA (AP) — La Habana se sumó el viernes al tránsito hacia una nueva normalidad luego de meses de parálisis de actividades y con los contagios del nuevo coronavirus bajo cierto control en la isla.
Las calles lucieron transitadas y muchas personas salieron a disfrutar de las playas cercanas a la ciudad en el primer día de una fase de desescalamiento de las restricciones.
“Lo primero que hicimos fue traer a los niños para ver si se distraen un poco, a ver si cambiamos la rutina porque verdaderamente estábamos mal”, dijo a The Associated Press Miriam Dorado, un ama de casa de 29 años.
El transporte público reinició sus recorridos aunque con los buses con capacidad limitada. Las actividades recreativas, como el zoológico, abrieron sus puertas al igual que los comercios. Durante la cuarentena -que comenzó a mediados de marzo- sólo se permitía la venta de alimentos.
Las autoridades incorporaron a La Habana, la capital del país de dos millones de habitantes, al esquema de desescalamiento que en el resto de la isla había comenzado el 18 de junio. Algunas provincias llevan más de un mes sin reportar contagios.
El director de Epidemiología, Francisco Durán, confirmó ocho nuevos casos en el centro del país, siete de ellos contactos de pacientes ya identificados y uno sin fuente conocida. No hubo fallecidos.
Desde que se detectó la pandemia a la fecha se han confirmado 2.361 casos y 86 muertes y se realizaron más de 178.000 pruebas diagnósticas.
Algunas oficinas públicas comenzaron a abrir sus puertas al igual que los servicios médicos programados. Otros servicios lo harán de manera paulatina de acuerdo con los pasos dispuestos en un plan de dos etapas para intentar volver a la normalidad.
El viernes volvió a haber filas para la compra de artículos de primera necesidad que no cesaron ni durante la cuarentena y que se agudizaron luego de un año de desabastecimiento intermitente en parte debido al endurecimiento de las sanciones de Estados Unidos.
También comenzaron a reactivarse los negocios del pequeño pero pujante sector privado, que incluye desde dueños de restaurantes y cafeterías a talleres de oficios y vendedores callejeros.
“Nos vamos a recuperar, a salir de esta también”, dijo a AP José Pérez, quien instaló por primer día su puesto ambulante en el centro de la ciudad. “Con este trabajo alimentamos a muchas familias”.
Los más afectados por la cuarentena fueron los arrendadores que dependían del turismo internacional, por ahora prohibido en las ciudades y limitado a cinco cayos aislados adonde llegan vuelos chárter.
La caída del Producto Interno Bruto para este año en la isla será de entre un 3% y un 5%, indicaron expertos.
Por ahora se mantienen suspendidas las clases, algunos tramos del transporte interprovincial, las actividades culturales que impliquen aglomeraciones como los conciertos, los vuelos comerciales y el turismo internacional excepto en los cayos. Las medidas de higiene como la desinfección de manos y zapatos y el uso de barbijos son obligatorias.
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Andrea Rodríguez está en Twitter: www.twitter.com/ARodriguezAP