Peloteros de las mayores se someten a pruebas
Yoán Moncada pasó el último par de meses ejercitándose en lo que él mismo denominó un “ambiente controlado y limitado” en Florida. Ahí, el toletero cubano de los Medias Blancas pudo seguir cumpliendo con turnos al bate, sin arriesgarse a contraer el coronavirus.
Cuando Moncada volvió a Chicago, se encontró con un ambiente bastante similar.
Los peloteros comenzaron a presentarse en los parques de sus clubes el miércoles, en lo que constituye el paso más significativo a la fecha, mientras las Grandes Ligas prosiguen con su plan para realizar una campaña reducida a 60 juegos, en vez de los 162 habituales.
La mayoría de los jugadores se sometió a una serie de revisiones de salud, no sólo para descartar que hayan contraído el padecimiento COVID-19, sino para detectar alguna dolencia, de cara a una serie de entrenamientos que comenzarán el viernes y sábado.
“Estuvimos haciendo entrenamientos por un tiempo, ¿saben? Hay que reservar un tiempo para eso. Yo no interactué con mucha gente allá”, dijo Moncada en referencia a sus sesiones en Florida. “El último par de semanas, empecé a levantar unas pesas. Me encontré con las limitaciones que tuvimos durante esta situación, pero me sentí bien. Estoy listo para comenzar”.
Tal como otros clubes, los Medias Blancas prevén dividir su nómina de 60 peloteros en dos grupos. Uno entrenará por la mañana y el otro por la tarde.
Todos los jugadores se someterán a varias revisiones de temperatura al día, deberán acatar las reglas de distanciamiento social y adaptarse a las medidas estrictas que las mayores han implementado para la temporada.
“Va a verse y a sentirse diferente todo en el equipo”, reconoció Moncada. “Habrá que esperar y ver cómo sale todo el viernes”
Los Yanquis no realizarán su primer entrenamiento con plantel completo sino hasta el sábado, pese a que el manager Aaron Boone dijo que los peloteros comenzaron a realizarse pruebas el miércoles. El fin de semana, Boone hablaría con el equipo por primera vez, también dividiéndolo en grupos.
“Tendremos que ser creativos con la forma en que nos comunicamos”, explicó Boone, quien prevé pronunciar el mismo discurso tres o cuatro veces.
Ante la necesidad de disputar 60 juegos en 66 días, cumplir protocolos de seguridad, asumir la responsabilidad de cuidar la salud de los peloteros en el terreno y lidiar con la ansiedad general de trabajar en medio de una pandemia, Boone considera que la concentración y la resistencia pueden ser tan importantes esta campaña para un equipo como el corrido de bases o el desempeño del bullpen.
“¿Cómo lidias con esa mentalidad y con las emociones?”, preguntó. “¿Cómo puedes separar eso, cuando entras en el campo cada noche? Ahí se puede obtener una ventaja”.
Tras moderar la carga de trabajo para los lanzadores durante la pausa por el coronavirus, Boone espera que sus abridores estén listos para enfrentar a bateadores desde el primer día de estos campamentos veraniegos. Prevé mantenerse flexible en cuanto al uso de los pitchers, y podría contemplar incluso una rotación de seis hombres.
Sin embargo, nada está decidido. Todos los equipos buscan todavía adaptarse a la nueva normalidad.
“Una lesión puede acabar muy rápido con tu temporada”, dijo Boone, quien consideró probable que muestre cautela al comienzo con los jugadores.
Después de todo, Nueva York rompió un récord indeseable de las mayores el año pasado, con el ingreso de 30 peloteros a la lista de los lesionados por un total de 39 veces.