Reportan COVID-19 en campamento migrante en norte de México
CIUDAD VICTORIA, México (AP) — Una organización internacional de ayuda durante desastres reportó el martes el primer caso confirmado de COVID-19 entre los solicitantes de asilo que viven en un campamento en la frontera entre México y Estados Unidos.
Global Response Management dijo que una persona que vive en el campamento ubicado en Matamoros, en el estado mexicano de Tamaulipas, limítrofe con Brownsville, Texas, había dado positivo al coronavirus.
“Se han implementado medidas agresivas de aislamiento y rastreo”, tuiteó la organización con sede en Estados Unidos.
Hay unos 2.000 solicitantes de asilo viviendo en campamentos a lo largo de la frontera. Migrantes centroamericanos y de otras partes del mundo se han quedado varados debido a la suspensión de audiencias de asilo implementada en Estados Unidos a causa de la pandemia hasta por lo menos mediados de julio.
La semana pasada, Andrea Leiner, portavoz de GRM, dijo que habían implementado medidas para tratar de reducir el riesgo de propagación del virus, pero señaló que era un desafío debido a que había infecciones confirmadas entre funcionarios de inmigración estadounidenses y mexicanos, y en los residentes de ambos lados de la frontera.
Habían colocado tiendas de campaña a un metro (3 pies) de distancia, dejándolas abiertas para que hubiera ventilación y haciendo que todos durmieran cabeza con pies para reducir las probabilidades de transmisión mientras la gente duerme.
Dos funcionarios migratorios del estado de Tamaulipas, que hablaron bajo condición de anonimato debido a que no estaban autorizados a discutir el caso, dijeron que la persona infectada es una ciudadana mexicana que fue deportada a principios de junio desde Estados Unidos a la ciudad de Reynosa, y que llegó al campamento durante el fin de semana.
La joven estuvo en contacto con otras cuatro personas, que arrojaron resultados negativos en sus pruebas de diagnóstico, informaron los funcionarios.
Los solicitantes de asilo empezaron a acumularse en ciudades fronterizas como Matamoros debido a una política estadounidense según la cual los solicitantes de asilo pueden hacer su petición inicial para recibir asilo en Estados Unidos, pero tienen que esperar su largo proceso de resolución en México.
Más de 60.000 solicitantes de asilo han sido enviados de regreso a México para que esperen sus audiencias en los tribunales estadounidenses desde enero de 2019, cuando Estados Unidos implementó su política de “Protocolos de Protección al Migrante”.
Ha habido inquietudes desde la llegada de la pandemia de que el hacinamiento y la falta de condiciones sanitarias adecuadas podrían provocar infecciones en el campamento de Matamoros.
GRM comenzó a trabajar en el campamento en septiembre del año pasado. La organización proporciona atención médica con un equipo de voluntarios.
A través de un comunicado, la doctora Michele Heisler, directora médica en Physicians for Human Rights y profesora de medicina interna y salud pública en la Universidad de Michigan, describió la labor de GRM en el campamento como “titánica”. Además, criticó la política estadounidense por crear esta situación y dijo que a los solicitantes de asilo se les debería otorgar un permiso de ingreso para permanecer con familiares en Estados Unidos en lo que se procesan sus casos.
“Las autoridades locales y nacionales en México deben actuar de inmediato para mejorar el acceso a pruebas de diagnóstico para COVID-19 y atención médica en Matamoros", declaró Heisler. “Las familias que habitan en el campamento de Matamoros son algunas de las más vulnerables al contagio de COVID-19 en todo el hemisferio”.
México ha reportado más de 220.000 casos confirmados de coronavirus y más de 27.000 decesos.