Subasta de esculturas sagradas africanas es criticada
PARIS (AP) — Un par de esculturas sagradas nigerianas que una comisión de museos nigeriana y manifestantes afirmaban que habían sido saqueadas durante la guerra civil del país en la década de 1960 se vendieron por 212.500 euros (239.000 dólares) en una subasta en París el lunes.
Las estatuas de la etnia igbo fueron vendidas por la casa de subastas Christie’s, que defendió el remate y dijo que fueron adquiridas legítimamente.
Un académico de Princeton, Chika Okeke-Agulu, junto con la Comisión Nacional de Museos y Monumentos de Nigeria, había sonado las alarmas este mes al señalar que los objetos fueron saqueados durante la guerra de Biafra a finales de la década de 1960. En la guerra murieron más de 1 millón de personas, muchos de hambre, tratando de crear un estado para el pueblo igbo. Los igbo son uno de los grupos étnicos más grandes de Nigeria.
Okeke-Agulu, quien pertenece a los igbo, dijo que los objetos fueron robados por “un acto de violencia” y no deberían ser vendidos. Una petición en línea con los hashtags BlackArtsMatter (las artes negras importan) y MyHeritageMatters (mi herencia importa) recibió más de 3.000 firmas pidiendo que se detuviera la subasta.
La petición señalaba: “mientras el mundo despierta ante la realidad de la injusticia racial y la desigualdad sistemáticas gracias al movimiento #BlackLivesMatter, no debemos olvidar que no sólo es el cuerpo negro, también la cultura negra, la identidad y especialmente le arte del que se están apropiando incorrectamente”.
En un comunicado a The Associated Press, la casa de subastas dijo: “Estos objetos están siendo vendidos legalmente tras haber sido exhibidos públicamente y vendidos en las últimas décadas antes de que Christie’s se involucrara”.
Christie’s dijo que reconocía los “complejos debates sobre la propiedad cultural” pero argumentó que este tipo de ventas impide que florezcan los mercados negros.
En años recientes las cortes francesas han fallado a favor de las casas de subastas cuyas ventas de objetos sagrados, como máscaras de la tribu hopi, fueron criticados por activistas y representantes tribales.
París tiene un largo historial de coleccionar y vender piezas tribales, por su pasado colonial en África, y por grupos parisinos de la década de 1960, como el movimiento “indianista” que celebraba culturas tribales e indígenas.
El interés por el arte tribal en París revivió a comienzos de la década del 2000 tras dos importantes y lucrativas ventas de piezas pertenecientes a la colección de Andre Breton y Robert Lebel.