Equipos de Minnesota buscan impulsar cambio social
MINNEAPOLIS (AP) — Eric Kendricks se despertó alterado poco después de que George Floyd murió apenas a unos kilómetros del estadio donde juegan los Vikings de Minnesota.
Kendricks, linebacker interior elegido como All-Pro, ha buscado tener una presencia discreta en asuntos extradeportivos durante sus primeras cinco temporadas en la NFL. Pero consideró “superemotiva” toda la situación que rodeó la muerte de Floyd, tanto, que recurrió a su cuenta de Twitter y criticó a la liga por lo que él y muchos de sus compañeros consideraban una actitud apática en temas de justicia social.
Unos días después, Kendricks participó en un video compilado por varios jugadores famosos, quienes expresaron preocupación por considerar que la liga había suprimido sus opiniones desde 2016, cuando Colin Kaepernick comenzó a arrodillarse durante la ceremonia del himno nacional antes de los partidos.
El comisionado de la NFL, Roger Goodell, ofreció una disculpa un día después de ese video. Lamentó no que la liga no hubiera escuchado antes a los jugadores, y los alentó a pronunciarse y a protestar de forma pacífica.
“Usé mi plataforma no sólo para ejercer presión sobre ellos sino para presionar a la gente que me rodeaba y a mí mismo”, dijo Kendricks.
Para los Vikings y para otros equipos deportivos de Minnesota, la muerte de Floyd llegó muy cerca de casa. Y, naturalmente, ha generado diversas reacciones.
Esposado y en el piso, Floyd murió después de que el policía blanco de Minneapolis Derek Chauvin le presionó el cuello con una rodilla durante varios minutos, incluso después de que el detenido suplicó que se le permitiera respirar y quedó inerte en el asfalto de la avenida Chicago, el 25 de mayo. Se trata de la misma calle que pasa justo frente a las puertas de cristal del U.S. Bank Stadium.
“Fui niño en los 60, ¿saben? Entonces, veo que esto es lo que ha ocurrido durante toda mi vida”, dijo Andre Patterson, uno de los coordinadores defensivos de los Vikings. “Pero ésta es la razón por la que esto es diferente, porque todo el mundo pudo ver cómo la vida se escapaba del cuerpo de este hombre”.
Kendricks y Patterson son parte de una comisión de justicia social formada hace tres años por los Vikings, con el visto bueno de los dueños, los hermanos Zygi y Mark Wilf, hijos de sobrevivientes del Holocausto.
Los Wilf anunciaron un compromiso de 5 millones de dólares con organizaciones que luchan contra la intolerancia, el racismo y la desigualdad. La comisión de justicia social otorgó 125.000 dólares para una beca que lleva el nombre de Floyd y que se entregará anualmente a graduados negros de secundaria en Minneapolis y St. Paul, para que continúen con su educación.
Al igual que muchos equipos deportivos, los Vikings han tratado de aprovechar su amplia plataforma pública. En privado, han sostenido también conversaciones incómodas pero productivas sobre los temas que han desatado un debate nacional y mundial.
Kendricks fue uno de 10 jugadores que se reunieron el fin de semana pasado con el jefe policial de Minneapolis, y con otros agentes, para abordar formas posibles de ayudar. La voz del gerente general Rick Spielman se quebró al dar detalles de la forma en que uno de sus hijos adoptivos de raza negra fue interceptado por la policía sin causa aparente cuando conducía el vehículo de su esposa.
El corredor Ameer Abdullah, cuyo padre marchó por los derechos civiles en 1965 antes de combatir en la Guerra de Vietnam, habló de su experiencia, creciendo como musulmán en Alabama.
Mike Zimmer, el entrenador que hace dos años consideró importante ponerse de pie para escuchar el himno nacional, tendrá que replantearse el tema a finales de este año. Kendricks y Abdullah, quienes aparecieron junto a seis miembros de los Vikings en una videoconferencia de prensa el miércoles, dijo que no se han enfocado por ahora en esa forma de protesta.
Pero Zimmer conmovió a los jugadores con sus palabras sobre el tema, durante una junta virtual en la que participó todo el equipo esta semana.
“Él mismo se mostró muy humilde y dijo, ‘¡hombre, no entiendo! Y quizás no le he prestado tanta atención a esto. Pero, ¿saben? Conozco y amo a cada uno de ustedes y pelearé por ustedes, chicos, tal como si fueran mis hijos'. Eso significó mucho para nosotros”, contó Abdullah.
El miércoles, cuando los Vikings presentaron sus iniciativas, la Pohland Family Foundation, una organización caritativa de los dueños de los Mellizos de Minnesota, anunció un compromiso por 25 millones de dólares para promover la justicia racial mediante una estrategia de dos fases, que brindaría apoyo inmediato a comunidades impactadas y ayuda de largo plazo para un cambio estructural.
En el basquetbol, los Timberwolves y las Lynx se unieron a una sociedad conformada inicialmente por los Bucks de MIlwaukee y los Kings de Sacramento para luchar contra la injusticia social y racial.
D'Angelo Russell, base de los Wolves, marchó con los manifestantes en Louisville, su ciudad natal en el estado de Kentucky, donde la muerte de Breonna Taylor causó también tensión social.