En momento difícil, Trump regresa a equipo del 2016
NUEVA YORK (AP) — Como todo el que le ha oído hablar sabe, al presidente Donald Trump le encanta evocar el 2016.
Él recicla sus viejos ataques contra Hillary Clinton. Relata el drama de la noche de la elección, incluyendo el asombro de presentadores televisivos mientras ponían estado tras estado (¡Pensilvania! ¡Wisconsin!) en la columna de victorias del republicano.
En otras ocasiones, en conversaciones telefónicas privadas desde la Casa Blanca, rememora sobre esos días de la campaña, cuando estaba rodeado por su equipo mientras su avión privado lo llevaba de ciudad a ciudad.
Ahora, Trump está reuniendo el grupo de nuevo.
El presidente aprobó en días recientes la contratación de de varios de los veteranos del 2016 para su campaña del 2020, en un reclutamiento de fieles que sigue al regreso a otros miembros de su equipo original a la Casa Blanca. Como alguien que demanda lealtad y confía en pocos, Trump está tratando de recrear la energía de su primer equipo cinco meses antes de enfrentar de nuevo a los electores.
Pero el 2020 no es el 2016. Los asesores de Trump temen cada vez más por el estado de la campaña, con el presidente enfrentando numerosas crisis, desde la salud y las consecuencias económicas de la pandemia de coronavirus hasta las masivas protestas que sacuden el país.
“Es fantástico tener de nuevo el grupo del 2016, pero los hechos son los hechos. Él apenas ganó y no ha hecho nada para aumentar su apoyo", dijo Sam Nunberg, que asesoró a Trump a inicios de su primera campaña.
“No puede ganar solamente con nostalgia. No es la misma contienda. No va a tratarse de lemas ni temas, va a ser sobre lo que hiciste por mí y por qué debería reelegirte sobre la base de tu historial", dijo Nunberg, un asesor informal que no se integrará a la campaña. “Él no puede pelear la guerra previa. Es hora de adaptarse o morir”.
Los refuerzos llegan en momentos en que Trump empieza a aceptar que no puede tener el tipo de campaña que había planeado durante años — algo que parecía factible hasta enero, de acuerdo con tres funcionarios de la Casa Blanca que hablaron a condición de anonimato porque no estaban autorizados a discutir públicamente discusiones privadas.
Trump esperaba hacer campaña sobre la base de una fuerte economía , antes que la pandemia la vapuleó. Esperaba revivir una serie de acusaciones de guerra cultural y “estado profundo” mientras enfrentaba a un candidato liberal a quien podría describir como socialista. No esperaba enfrentarse a un demócrata moderado como Joe Biden.
Aunque aparenta confianza, Trump les ha dicho en privado a sus asesores que no puede creer que los sondeos le muestran perdiendo y ha criticado airadamente a su jefe de campaña Brad Parscale sobre el estado de la contienda, de acuerdo con los funcionarios.
La campaña, que tiene más personal y mejor estructura que la del 2016, descartó la noción de que el regreso de veteranos haya sido influido por el estado de la contienda o reflejase una falta de confianza en Parscale.
“Por más de tres años, Brad ha estado construyendo la mayor y mejor campaña de la historia", dijo Tim Murtagh, direcor de comunicaciones de la campaña. “Las nuevas adiciones a nuestro personal están haciendo el equipo Trump aún más fuerte y solidifican el liderazgo de Brad".
En la última semana, el presidente de la campaña designó a Jason Miller, director de comunicaciones del 2016, para concentrarse en estrategia y coordinar entre la campaña y la Casa Blanca. Miller ha presentado un podcast pro Trump junto con el anterior ejecutivo de la campaña Steve Bannon.
Boris Epshteyn, quien después del 2016 se convirtió en comentarista para la cadena conservadora Sinclair Broadcast, regresa como asesor estratégico para coaliciones. Bill Stepien, un importante consejero en el 2016, fue promovido recientemente a vicejefe de la campaña. Justin Clark, otro veterano, ha encabezado las gestiones legales de la campaña de Trump.
“Cada presidente que ha ganado la primera vez busca añadir personal de ese esfuerzo para su reelección", dijo Miller. “Pero éste es el Starship Enterprise en lugar del pesquero oxidado que teníamos en la primera campaña”.
Otros rostros familiares han regresado a la Casa Blanca.
Hope Hicks fue la portavoz de la primera campaña de Trump antes de convertirse en una de sus colaboradores más cercanos. Se fue de la Casa Blanca en el 2018 pero regresó dos años después y fue uno de los motores impulsores de la controversial fotografía escenificada del presidente con una biblia luego de caminar por Lafayette Square la semana pasada una vez el área fue despejada de manifestantes.
Johnny McEntee, que fue el asistente personal de Trump antes de ser despedido por el entonces jefe de despacho John Kelly en el 2018, regresó en enero y se ha dedicado a contratar a fieles de Trump.
Aunque Corey Lewandowski, el primer jefe de la campaña de Trump, y David Bossie, un colaborador cercano, han seguido oficialmente fuera de la campaña, han participado en varias sesiones recientes de estrategia y han sido vistos en el avión presidencial y en los clubes de golf del presidente.
Algunos de los miembros del equipo original de Trump en el 2016 nunca se fueron. Ivanka Trump y Jared Kushner, la hija y el yerno del presidente, son importantes asesores. Kellyanne Conway, la última jefa de campaña en el 2016, sigue siendo una consejera en la Casa Blanca. Dan Scavino está a cargo de la presencia de Trump en medios sociales. Los dos hijos adultos del presidente, Donald Jr. y Eric, y la esposa de éste último, Lara, son suplentes de la campaña.
Pero unos pocos miembros del viejo grupo no han regresado aún. Eso incluye a Bannon, que sigue respaldando a Trump pese a su complicada salida de la Casa Blanca, y Keith Schiller, veterano de la seguridad de Trump. Tampoco están involucrados veteranos del 2016 que tienen problemas legales, incluyendo Paul Manafort, Rick Gates, Roger Stone y Michael Flynn.
“Él siempre va a regresar a un grupo de personas en las que confía que van a defenderlo hasta el final", dijo Timothy O’Brien, un biógrafo de Trump que más tarde trabajó para para la campaña presidencial de Michael Bloomberg. “Pero hay una diferencia entre confiar en personas y ser un buen juez de su capacidad”.
“Él tiende a contratar a personas que están de acuerdo con él", dijo O’Brien. “Vive en una burbuja".