Trump empuña la bandera de la religión para animar a su base
WASHINGTON (AP) — Por segundo día consecutivo, el presidente Donald Trump esgrimió la bandera de la religión para justificar su línea dura contra las protestas que están envolviendo Estados Unidos y para afianzar el respaldo de sus incondicionales en la derecha religiosa.
El mandatario firmó el martes una orden ejecutiva sobre libertad religiosa a nivel internacional y visitó el Santuario Nacional de San Juan Pablo II, donde él y la primera dama colocaron una ofrenda floral y observaron “un minuto de conmemoración”.
El día anterior, posó para los fotógrafos con una Biblia en la mano frente a una iglesia cerca de la Casa Blanca que había sido dañada en las protestas. Para llegar a esa iglesia, atravesó caminando el parque Lafayette luego de que la policía dispersó por la fuerza a los manifestantes congregados allí.
Tales gestos de Trump forman parte de una campaña para afianzar su respaldo entre los sectores cristianos conservadores, específicamente los evangélicos de raza blanca que son sus más férreos partidarios.
Sin embargo, las imágenes no agradaron a muchos otros líderes religiosos, lo que indica que los intentos del mandatario de asegurarse el respaldo de sus allegados más radicales están alienando a otros sectores de la fe.
La ocasión del martes iba a servir como oportunidad para que Trump formara en ese lugar la orden sobre libertad religiosa, pero el evento fue trasladado a una ceremonia privada en la Oficina Oval de la Casa Blanca. Sus numerosos tuits, sin embargo, revelaron lo que estaba en su mente mientras pasaba la mañana exhortando a los republicanos a participar en las primarias que según dijo, llevarán a “grandes victorias el 3 de noviembre”.
“¡SOMOS LA MAYORÍA SILENCIOSA!” tuiteó el gobernante.
Trump ha recurrido a las imágenes religiosas como parte de sus esfuerzos de sofocar las protestas surgidas a raíz de la muerte de George Floyd en Minneapolis, pero numerosos líderes religiosos, de distintas denominaciones, denunciaron a Trump por tratar de usar la fe como excusa para proyectar fuerza en momentos de profunda turbulencia social.
La reverenda Mariann Budde, obispa de la Diocesis Episcopal de Washington, se declaró “enfurecida” por la visita de Trump al templo y destacó que el mandatario ni siquiera oró al estar allí.
La reverenda Gini Gerbasi, rectora de una iglesia en el sector Georgetown de Washington, se expresó “profundamente estremecida” tras ser sacada a la fuerza de la Plaza Lafayette la noche del lunes. Llamó a Trump a seguir los preceptos de la Biblia “en lugar de usarlos como truco político”.
El uso de “armas de guerra” para facilitarle al presidente “mostrar a sus incondicionales cuán religioso es” va más allá de toda descripción, declaró Gerbasi a The Associated Press.
“No tengo palabras para describirlo. Las capas de ironía, hipocresía y sacrilegio son ya sumamente gruesas”, añadió.
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