Cartas de Venezuela para Tokio entrenan en un tiempo inusual
CARACAS (AP) — Stefany Hernández recorre con su bicicleta un amplio bulevar, prácticamente desierto, en la capital venezolana. Aunque aguarda con paciencia la libertad de maniobrar su bicicleta en un circuito de BMX, por ahora debe conformarse con este entrenamiento en las calles.
En el caso de Antonio Díaz, el confinamiento por la pandemia de coronavirus lo ha alejado también de su sede habitual de entrenamiento. Sin embargo, le ha permitido pasar más tiempo con su hijo recién nacido que en duelos de karate.
Tanto Hernández como Díaz tienen credenciales de campeones mundiales en sus disciplinas, y representan esperanzas de medalla para Venezuela en los Juegos Olímpicos de Tokio. Pero tendrán que esperar debido al aplazamiento a 2021 de la cita de verano.
Ambos siguen de manera no convencional sus entrenamientos y se reencuentran con su vida familiar bajo un confinamiento que les ha traído inesperadamente alegrías personales y esperanzas de un mejor futuro deportivo.
Campeona mundial de 2015 en BMX y medalla de bronce en los Juegos de Brasil 2016, Hernández trata de prepararse para los Juegos Olímpicos pospuestos para el año próximo en Tokio. Simultáneamente, debe lidiar con las restricciones impuestas por la pandemia de coronavirus.
Pero todas las pistas de BMX se encuentran cerradas.
Para disfrutar al menos un vistazo a las montañas, la deportista saca su bicicleta por una ventana, para hacer algunas maniobras sobre un tejado plano. A veces, las realiza entre las cuatro paredes de su vivienda, con el grado de dificultad que ello conlleva.
Su cabellera ondulada se agita al ritmo de los saltos pequeños que efectúa en la bicicleta.
Sin certeza de cuándo volverá a competir, se sigue entrenando en medio de la cuarentena. No se amilana y asume la pausa como oportunidad de recuperarse de una lesión en un pie, que limitó su rendimiento al comienzo de 2020. Su esperanza es colocarse de nuevo entre las mejores del mundo y subir de nuevo al podio olímpico, esta vez a lo más alto.
Trata de concentrarse sólo en el 23 de julio del 2021, la nueva fecha de inauguración de Tokio.
En medio de la cuarentena vigente en Venezuela desde el 16 de marzo, Hernández divide su tiempo entre fisioterapeutas que van su casa y consultas con un médico del seleccionado venezolano de fútbol que le ayuda en un programa de recuperación de más de seis semanas.
Y desde luego, recorre a menudo las desoladas calles de Caracas en la bicicleta de ruta, a falta de la oportunidad de hacer un recorrido más semejante a los que acostumbra: con rampas y descensos abruptos.
La ciclista de 28 años, empero, irradia confianza.
“Yo sé lo que es estar en el alto nivel, hacer los puntos de tope para ver saber cómo vas en comparación a los demás”, dijo.
¿Su rival a vencer? “Yo misma”, afirmó.
Para Díaz, el confinamiento obligado por la pandemia ha sido una circunstancia inesperadamente gratificante.
Pese a que es propietario de un dojo en Caracas, donde práctica y enseñanza karate, Díaz tuvo que improvisar un espacio en la sala de su casa, inicialmente porque dejó de ir para evitar el contagio del coronavirus, cuyos dos primeros casos positivos se confirmaron el 13 de marzo en Venezuela. Después no pudo ir al dojo, afectado por la severa escasez de gasolina en este país, otrora unos de los más grandes productores de hidrocarburos del mundo.
Considera que entrenar en casa día a día es un regalo que le ha permitido estar cerca de su familia, luego de conseguir la clasificación olímpica en una gira al inicio del año.
Para el karateca de 39 años, campeón mundial en 2010 y 2012, es una alegría disfrutar del crecimiento de su hijo, nacido en agosto pasado.
“Tenía casi dos meses sin verlos. Cuando regresé a Venezuela el 11 de marzo. Me ha permitido poder estar con mi bebe todo el día”, dijo Díaz, quien consiguió su tercera presea en unos Juegos Panamericanos, y su segundo oro, al imponerse en la final individual de kata, en el karate en Lima 2019. “He tenido la suerte de compartir y ver de cerca el crecimiento de mi bebe”.
Pensó en retirarse después del campeonato mundial de Madrid 2016, pero alargó su carrera cuatro años más cuando se anunció que el karate había entrado por primera vez al programa olímpico.
Para los karatecas, Tokio representa una oportunidad única, “será la primera y quizás la última vez”, puesto que la disciplina no es parte del programa de los Juegos Olímpicos de París 2024, comentó Andrés Madera, medallista de oro en los Panamericanos de Lima.
“Todos queremos estar en Tokio, es un sueño hecho realidad, por eso sigo trabajando por esa oportunidad”, agregó Madera, quien aprovecha la pausa deportiva por el COVID-19 para recuperarse luego de meses de feroz competencia en seis países, cuatro continentes, ante un millar de karatecas en el mundo por apenas una decena de plazas aún disponibles a nivel mundial.
Venezuela, que inició su participación en Londres 1948, ha conquistado un total de 17 medallas olímpicas, tres de oro, cuatro de plata y 10 de bronce. De ellas cinco las aportó el boxeo, incluida las dos de plata y la primera dorada por intermedio de Francisco “Morochito” Rodríguez, quien se la colgó al vencer al surcoreano Joun Ju Jee en la categoría minimosca en México 1968.