El derbi del Berlín también se juega con... calcomanías
BERLÍN (AP) — El derbi no oficial de Berlín lleva meses disputándose en las calles de la capital alemana. Los hinchas de Hertha y Union mantienen un pulso que se refleja en los postes de alumbrado, señales viales y paradas de tránsito que se han decorado con las calcomanías que exhiben los respectivos colores de los clubes.
El duelo oficial será el viernes, dos meses después que el partido de la Bundesliga entre los dos rivales locales fue pospuesto por la pandemia de coronavirus.
La guerra de las calcomanías estalló cuando el Union ascendió a la primera división en mayo pasado, pero realmente cobró fuerza en la antesala de su segundo enfrentamiento de la temporada. Iban a jugar en el Olympiastadion, el feudo del Hertha, el 21 de marzo.
La postergación no impidió que los hinchas rivales pintaran la ciudad de azul y blanco (Hertha) o de rojo y amarillo (Union). Se entusiasmaron más en hacerlo, pues quedó como la única manera de expresar su aliento.
Todavía no pueden.
El partido del viernes se jugará en un estadio vacío, como se dio en cada compromiso de la semana al darse el reinicio de la temporada de la Bundesliga.
“No es el derbi que queríamos tener — con estadio lleno y todas las barras", dijo el zaguero del Union Florian Hübner en una teleconferencia. “Será muy distinto. Pero como equipo sabemos lo que está de por medio”.
En un día normal, unos 75.000 aficionados hubieran concurrido al partido.
El primer derbi entre los equipos en primera división se jugó en noviembre y estuvo marcado por disturbios en el pequeño estadio del Union, situado en Köpenick, suburbio en la zona oriental de la ciudad. Hertha tiene su base en la parte occidental de una ciudad que estuvo dividida en el pasado.
Ese partido fue suspendido y casi cancelado cuando bengalas encendidas por seguidores del Hertha cayeron en el campo de juego.
Rafal Gikiewicz, Keven Schlotterbeck y Christopher Lenz, jugadores del Union, debieron intervenir ante sus hinchas encapuchados para que no encarasen a grupos rivales tras el partido, impidiendo que una situación volátil desembocara en incidentes violentos.
Alrededor de 1.100 policías fueron movilizados para ese partido, que el Union ganó 1-0 tras un gol de penal de Sebastian Polter en el último minuto.
El duelo de vuelta será más callado debido a la ausencia de público.
“Nos espera una noche apacible el viernes”, comentó el director deportivo del Hertha Michael Preetz.
Los bares y clubes permanecen cerrados en Berlín debido a las restricciones por el coronavirus, pero los cafés y restaurantes pueden abrir con estrictas condiciones, lo que permitiría que algunos hinchas se reúnan en pequeños grupos. La mayoría verá la acción desde casa.
“Queremos tener una competición deportiva en la cancha, y asumimos que todos los hinchas que hubieran querido estar ahí seguirán el partido desde casa", dijo Preetz.
Será el segundo partido del Hertha con Bruno Labbadia en el banquillo. Labbadia es el cuarto técnico del club en una temporada caótica. El Hertha ha generado muchos titulares desde que el empresario Lars Windhorst inyectó 250 millones de dóalres al adquirir el 49.9% de las acciones.
Labbadia salió airoso en su debut el pasado fin de semana, con un 3-0 de visita al Hoffenheim, para quedar un punto por encima del Union en la clasificación. El Union perdió en casa 2-0 ante el Bayern Múnich, compromiso en el que el técnico del Union Urs Fischer se ausentó por el fallecimiento de un familiar.
Fischer volverá al banquillo para el derbi y tratará de ser el “Stadtmeister” (campeón de la ciudad) por segunda vez esta temporada.
“Para mí, lo que realmente es prioritario sigue siendo la permanencia. Nos jugamos tres puntos muy importantes para alcanzar este objetivo", dijo Fischer. “Llevamos 30 puntos ahora y eso no nos alcanzará al final de la temporada. Ganarle al Hertha nos ayudará a alcanzar nuestro objetivo. Conseguir ambos objetivos será mucho mejor”.