China reúne Asamblea, crecen dudas por seguridad en pandemia
BEIJING (AP) — China se alistaba el jueves para su mayor cita política del año y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que estaba considerando reunirse con líderes mundiales en junio mientras aumentan las dudas sobre si sería lo suficientemente seguro dado que la pandemia del coronavirus todavía no está bajo control.
Desde las plantas de empacado de carne en Colorado a las de ropa en Bangladesh, los trabajadores están preocupados por los riesgos que enfrentan en su regreso a sus puestos tras las cuarentenas. Las dudas sobre la seguridad se aplican incluso a los niveles más altos del espectro político.
Trump dijo en Twitter que hacer que los líderes del Grupo de los Siete, que engloba a las siete principales economías del mundo, viajen al país el próximo mes para participar en una cumbre en Camp David, Maryland, sería un “gran indicio para todos” de que las cosas están regresando a la normalidad.
En marzo, el dirigente canceló la reunión debido al virus y dijo que se celebraría por videoconferencia. El Distrito de Columbia estará en cuarentena hasta al menos el 8 de junio, aunque Maryland comenzó a aliviar las restricciones la semana pasada. Al mismo tiempo, algunos líderes del G7 siguen gestionando la crisis en sus naciones o están a distintos grados de reapertura económica.
La propuesta de Trump de reunirse en la fecha original, del 10 al 12 de junio, provocó una respuesta ambigua de Japón. El vocero del gobierno nipón, Yoshihide Suga, dijo que veía el tuit como “una expresión de la intención del presidente de normalizar rápidamente la economía global".
En China, el liderazgo comunista tomaba amplias medidas de precaución para evitar contagios mientras se prepara para inaugurar la Asamblea Popular Nacional el viernes y para una reunión paralela de asesores el jueves. Las reuniones, que se celebran en Beijing, se demoraron casi dos meses por la pandemia.
Aunque el número de contagios en China se redujo recientemente, en algunas zonas surgieron focos. El jueves confirmó dos nuevos casos.
Un brote en la Asamblea podría suponer una pesadilla para las relaciones públicas mientras el presidente, Xi Jinping, muestra el aparente éxito de Beijing a la hora de frenar el virus que apareció en la ciudad de Wuhan, en el centro del país, a finales del año pasado.
En todo el mundo, los esfuerzos para reactivar los negocios están planteando dudas acerca de los riesgos que implica.
Líderes laborales y expertos en salud han cuestionado la efectividad de las recomendaciones para proteger a los empleados de plantas empacadoras de carne, que sufrieron varios brotes en la región norcentral del país. Las pautas de la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional y de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades buscan mantener a los operarios a salvo a su regreso a las factorías cerradas por la pandemia.
Pero los lineamientos federales tienen poca fuerza para su aplicación y aclaran que son consejos, “no un estándar o regulación” y “no (crean) nuevas obligaciones legales”.
Ante la oleada de reaperturas en el país, muchos estadounidenses mantienen la cautela, según una nueva encuesta de The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research. Según el sondeo, el 83% de la población está al menos un poco preocupada por la posibilidad de que levantar las restricciones en su área lleve a más infecciones.
En todo el mundo hay alrededor de 5 millones de contagios confirmados, y más de 328.000 personas murieron por el coronavirus. Más de 93.000 decesos se registraron en Estados Unidos, y en torno a 165.000 en Europa, según el conteo de la Universidad Johns Hopkins basado en los datos de los gobiernos. Los expertos creen que la cifra real es mucho mayor.
La pandemia está demostrando ser también un importante reto para China, cuyo robusto desempeño económico ha ayudado a impulsar el crecimiento global las dos últimas décadas. Uno de los objetivos de la Asamblea sea reactivar el crecimiento, que en el primer trimestre del año registró su peor dato desde al menos mediados de la década de 1960.
Las empresas y la población esperan al congreso, que es meramente ceremonial, para obtener detalles sobre cómo podría abordar Beijing la recesión. El objetivo último del partido es convencer a los consumidores — millones de los cuales han perdido el empleo o están preocupados que pueda ocurrir — para que vuelvan a gastar.
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Kurtenbach informó desde Bangkok, Tailandia. Periodistas de The Associated Press en todo el mundo contribuyeron a este despacho.