La crisis de identidad de Dubái derivada del coronavirus
DUBÁI, Emiratos Árabes Imodps (AP) — Dubái construyó una ciudad de rascacielos y archipiélagos artificiales en un mundo cada vez más globalizado, ofreciéndose como un gran punto de referencia para el movimiento libre de mercancías, personas y dinero... todas cosas que han sido afectadas por la pandemia del coronavirus.
Ahora que se han suspendido los grandes eventos y las inversiones, y casi no hay vuelos, los emiratos que forman los Emiratos Árabes Unidos se ven amenazados por el virus y por una crisis económica. Dubái y su vasta red de industrias estatales, que ya enfrentaban algunos problemas antes de la pandemia, se ven venir los pagos de préstamos multimillonarios.
Y si bien fue rescatada hace una década, Dubái tal vez no pueda contar con una fuerte infusión de efectivo como consecuencia del derrumbe de los precios del petróleo.
“Facilitan el transporte y la compra de cosas, así como el movimiento de personas”, dijo Karen E. Young, académica del American Enterprise Institute, que estudia las economías de los países del Golfo Pérsico. “Ese no es el mundo que vivimos en estos momentos”.
Dubái se ofreció como un punto de encuentro entre el Este y el Oeste, entre el Norte y el Sur hace 50 años. Y antes de la pandemia había alcanzado ese status. Por años su aeropuerto fue el más transitado del mundo. Y su puerto de Jabel Ali es uno de los más activos.
La diversidad de la economía es producto de la sabiduría del jeque Rashid bin Saeed Al Maktoum, quien cuando se descubrió el petróleo dijo que era un recurso finito. Para no depender del petróleo, la ciudad se manejó como una empresa. La aerolínea estatal trae trabajadores y turistas por igual, que compran alcohol en negocios duty free del estado, viven en casas construidas mayormente por empresas vinculadas con el estado y usan tarjetas de crédito de bancos estatales.
La estrategia funcionó. Hasta la pandemia.
“La suma de todas las crisis que enfrentamos en el pasado no alcanzan a igualar esta”, dijo Tim Clark, presidente de la aerolínea Emirates, en una conferencia telefónica el 29 de abril.
Los Emiratos esperan ansiosamente que los países reactiven sus economías y levanten las restricciones a los movimientos. Pero incluso entonces, ¿cómo manejarán las aerolíneas el hecho de que cualquier estornudo “se esparce más de siete metros (25 pies)” o el posible requisito de que haya asientos vacíos para facilitar el distanciamiento social, preguntó Clark.
“La industria aérea no puede darse el lujo de tener muchos asientos vacíos”, expresó. “Sería un desastre económico, peor que lo que se vive ahora”.
Y también están los problemas que Dubái arrastra desde antes de la pandemia. Las propiedades de Dubái bajaron un 30% desde el 2014, cuando se anunció que la ciudad albergaría la Feria Mundial Expo 2020. Ese evento, en el que Dubái invirtió miles de millones de dólares, fue pospuesto hasta el 2021.
Un aumento en los aranceles que Estados Unidos cobra al aluminio redujo un 10,5% las exportaciones de ese metal a Estados Unidos. La guerra comercial de Donald Trump con China, por otro lado, amenaza el status de Dubái como escala del 60% de las exportaciones chinas a través de las zonas libres con destino a África y Europa.
La pandemia obliga a repensar la dependencia de Dubái y del resto de los emiratos del comercio Internacional. “Habrá muchos interrogantes acerca de la globalización”, admitió el ministro de relaciones exteriores de los Emirados Anwar Gargash en una teleconferencia del Instituto de Beirut.
Dubái encara además fuertes pagos de la deuda que contrajo tras la crisis financiera del 2008/2009. Este año las empresas ligadas al gobierno deben pagar 9.200 millones de dólares y en el 2023 30.600 millones, de acuerdo con Capital Economics de Londres.
“Lo más preocupante es que, dadas sus propias deudas, el gobierno de Dubái no está en condiciones de dar apoyo” a las empresas endeudadas, dijo James Swantson, de Capital Economics.
La oficina de prensa del gobierno de Dubái no respondió preguntas de la Associated Press acerca de los pagos de la deuda, aunque en el pasado ha hecho una distinción entre la deuda del estado y la deuda de las firmas asociadas con el gobierno.
En el 2009 Abu Dhabi y el Banco Central aportaron 10.000 millones de dólares cada uno para rescatar a Dubái.
Abu Dhabi estaría en condiciones de volver a ayudar, pero también sufre el impacto de la baja de los precios del petróleo y tal vez no quiera alentar inversiones imprudentes.
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Jon Gambrell está en www.twitter.com/jongambrellAP.