Agricultores británicos: Primero Brexit, ahora coronavirus
LONDRES (AP) — Los agricultores británicos sufren desde hace tiempo pensando en la salida de la Unión Europea, temerosos de que no puedan traer las decenas de miles de trabajadores de Europa oriental que necesitan para las cosechas.
Ahora, el coronavirus agrega nuevas preocupaciones: Las restricciones a los viajes para impedir la propagación del virus están impidiendo la entrada de peones justo cuando empiezan las cosechas de lechuga y de frutos del bosque.
En junio hay que recoger un millón de cabezas de lechuga diarias en Gran Bretaña. Luego hay que recortarlas y transportarlas a los supermercados, todo esto sin golpearlas y antes de que se marchiten. Hacen falta experiencia y mucha gente.
Sin suficiente mano de obra, las cosechas pueden podrirse. Algunos agricultores amenazan con llevarse sus operaciones al exterior.
“Esto puede ser un adelanto de lo que se viene”, dijo Jack Ward, director ejecutivo de la Asociación de Agricultores Británicos. “Excepto que si la economía mejora, puede darse una situación en la que no hay desempleo y no se puede compensar la pérdida de la gente que viene de Europa oriental. Habrá que llevar la producción adonde están los trabajadores”.
Gran Bretaña --que produce el 50% de los vegetales y el 20% de las frutas que consume-- depende en gran medida de los trabajadores del campo que vienen de afuera. Se calcula que se necesitan de 70.000 a 90.000 personas entre abril y octubre de cada año para plantar, atender, recoger y empacar verduras y frutas. La mayor parte vienen de Europa oriental y regresan a sus países una vez concluida la cosecha. Apenas el 1% de los peones del campo son británicos.
Muchos de los migrantes son de Rumania, Bulgaria y Polonia, y regresan todos los años. Sus conocimientos y su velocidad son muy valorados por los agricultores británicos.
Pero casi no hay vuelos y solo un tercio de los migrantes de siempre están aquí, según el secretario del medio ambiente George Eustice.
“Normalmente tenemos de 12 a 16 polacos en la primavera. Pero solo pudieron venir cuatro, que llegaron antes de que se dispusiesen las cuarentenas”, expresó Ali Capper, quien cultiva manzanas y lúpulo --un ingrediente clave de la cerveza-- junto con su marido en la granja de su familia en Worcestershire, al oeste de Inglaterra. “Para poder hacer la cosecha en septiembre necesitaremos 70 personas. No sé de dónde las vamos a sacar”.
El problema es más inmediato para las plantaciones de espárragos y lechuga, ya que la cosecha empieza ahora. Un productor en gran escala de lechuga para ensaladas, G’s Growers, pagó 40.000 libras (49.000 dólares) para contratar un charter que trajo 150 rumanos en abril.
La empresa que suministró el avión dijo que recibió numerosas consultas similares de agricultores que necesitan desesperadamente mano de obra. Air Charter trajo desde abril a 1.200 rumanos para labores agrícolas, de acuerdo con el ejecutivo de la empresa Matt Purton.
El gobierno británico dice que está consciente del problema y que amplió el programa de trabajadores temporales para permitir la llegada de 10.000 migrantes de países ajenos a la Unión Europea, sobre todo de Rusia, Moldavia y Ucrania.
Pero cuesta conseguir vuelos y son muy caros. No está claro cuántas personas pudieron acogerse a ese programa. Y, de todos modos, seguiría faltando gente para las cosechas.
El gobierno lanzó una campaña para tratar de que los británicos trabajen en las labores agrícolas, sobre todo quienes se han quedado sin trabajo por la pandemia. Los reclutadores dicen que la respuesta de los británicos ha sido entusiasta, pero no lo suficiente como para resolver el problema.
Capper, quien es portavoz del sindicato nacional de agricultores, dijo que, si bien apoya la idea de contratar británicos, “quien piense que esa es una solución a largo plazo no es realista”.
“Es un trabajo físico duro, temporal”, destacó. “Hay que estar predispuesto a ir de un sitio a otro, siguiendo las cosechas, y eso no cuadra con las necesidades de personas que tienen que pagar un alquiler o una hipoteca”.
Lo que necesitan los agricultores, dijo Capper, es que el gobierno defina sus planes inmigratorios para después del 31 de diciembre, en que termina el período de transición del proceso de Brexit y con él la libertad de movimiento entre la UE y Gran Bretaña. A partir del 2021, los trabajadores agrícolas extranjeros deberán sortear las leyes inmigratorias como todo el mundo.
Todavía, sin embargo, no se han definido esas reglas.
Ward, de la asociación nacional de agricultores, dice que la cosecha de lechuga de junio, en la que hay que satisfacer altos standards, ilustra la necesidad de peones confiables.
“Hay que recortarla prolijamente, enfriarla y transportarla. Cuando llega al negocio, tiene que estar perfecta”, manifestó. “Hacer esto con una mano de obra entusiasta pero sin experiencia será difícil”.