México convertirá autódromo en hospital por el COVID-19
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — El Autódromo de los Hermanos Rodríguez, que es sede del Gran Premio de México de la Fórmula 1, se transformará en un hospital temporal para recibir a pacientes de COVID-19, informó el director general del Instituto Mexicano del Seguro Social, Zoé Robledo.
México se encuentra en la Fase 3 de la epidemia por coronavirus y las autoridades esperan que el pico de la enfermedad se alcance la próxima semana en la mayoría de los estados del país, incluyendo a la capital donde la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum ha informado que algunos de sus hospitales públicos se han saturado.
Hasta el domingo por la noche, las autoridades sanitarias del país reportaban 23.471 personas contagiadas y 2.154 defunciones.
Robledo realizó el domingo un recorrido para supervisar los avances de los trabajos de transformación en el el autódromo, que ha albergado carreras de la Fórmula 1 los últimos cinco años, en su tercera etapa como anfitrión de la máxima categoría del automovilismo en el mundo.
La pista fue sede por primera vez de carreras de Fórmula 1 entre 1962 y 1970, después vivió una segunda era entre 1986 y 1992 y dejó de serlo hasta el 2015, cuando se reanudaron las pruebas en instalaciones que fueron modernizadas.
La próxima carrera de Fórmula 1 en México está programada para el domingo 1 de noviembre.
“Se va a convertir pronto en un hospital al que llamamos de expansión, en la Ciudad de México tenemos 17 hospitales que se han reconvertido para atender pacientes COVID, es decir que se utilizan camas, médicos y recursos para atender la pandemia, pero como hemos insistido siempre se necesitan más como en este caso, camas de hospital”, dijo Robledo en un vídeo divulgado en su cuenta de Twitter.
En la zona de paddocks y suites, que está localizada en la recta principal del autódromo, se instalarán ocho módulos en los cuales se colocarán 24 camas en cada uno, mientras que en la zona de pitts, donde en una carrera ingresan los bólidos de Fórmula 1 a atender fallas mecánicas y cambiar llantas, se colocarán consultorios para atender al público que presente síntomas y ahí se determinará si requieren ser internados.
Otras áreas de la instalación deportiva serán usadas para instalar comedores, vestidores y almacenes.
Lucila Olvera, la titular de infraestructura médica del Instituto Mexicano del Seguro Social, informó que los trabajos, que comenzaron la semana pasada, llevan un 15 por ciento de avance y que la transformación deberá estar terminada para recibir pacientes a partir del 13 de mayo.
En total, el Autódromo Hermanos Rodríguez contará con 26 camas para terapia intensiva y 192 para pacientes convalecientes con síntomas menores de la enfermedad.
“Esto es un hospital que nos permita tener más camas, sobre todo para pacientes con síntomas leves, pero que requieren de hospitalización y que no pueden ir a su casa y llevar, en el caso de contagio, la enfermedad de manera ambulatoria”, explicó Robledo. “Hoy más que nunca es cuando en la Ciudad de México necesitamos crecer y que todo aquel que necesite una cama la pueda tener”.
Mientras tanto, en Bolivia un histórico líder indígena de la amazonia ingresó el domingo a terapia intensiva con síntomas de la enfermedad en momentos en que el país andino registraba el mayor número de nuevos casos (241) en una jornada.
Marcial Fabricano, de 67 años y de la etnia mojeño-trinitario que lideró en la década de los 90 una marcha para reclamar territorios ancestrales de su pueblo, fue internado en un hospital de la ciudad de Trinidad, en el noreste boliviano, según las autoridades.
La víspera se estrelló en esa misma zona del país una avioneta en que murieron sus seis ocupantes, entre ellos cuatro españoles que buscaban ser repatriados.
El director del hospital de Trinidad, Marco Rojas, dijo que la avioneta siniestrada llevaba 49 pruebas de COVID-19 a la ciudad de Santa Cruz, en el oriente, donde están los laboratorios.
Hasta el domingo, Bolivia registraba 1.399 contagios, con 71 decesos, incluido un segundo policía fallecido el sábado.
En Chile, a dos meses de registrarse el primer contagio, se informó de 1.228 nuevos casos que acercan al país a los 20.000 y de 13 víctimas más que ponen las cifras de defunciones en 260, mientras las autoridades insistían en su llamado a no “perder la batalla de Santiago”, donde se concentran la mayoría de las infecciones.
Las autoridades condenaron una fiesta clandestina la noche anterior en el barrio de Maipú, en el sur de la capital, donde se concentraron más de 400 personas.
“Si no damos en serio con toda la energía la batalla de Santiago, la guerra contra el COVID se va perder”, advirtió el ministro de Salud, Jaime Mañalich. Fiestas como la de Maipú son "un riesgo para todos”.
En Argentina, con 4.681 casos y 241 fallecidos, la cancillería anunció el cronograma de 19 vuelos que desde el domingo hasta el día 10 de mayo repatriará a 3.323 argentinos procedentes de Barcelona, Bogotá, Miami, Cancún, Guayaquil, Quito, Santiago, Sao Paulo, Londres, Río de Janeiro, Roma y Florianópolis.
“Todos los vuelos fueron acordados siguiendo estrictamente las medidas sanitarias para evitar la propagación de la pandemia en nuestro país”, afirmó.
En Guatemala, el presidente Alejandro Giammattei anunció que hay 686 casos confirmados del nuevo coronavirus, más 17 fallecidos. "Es una tasa de 2.4% de fatalidad”, dijo.
El presidente anunció que a partir del lunes se permitirá la apertura de centros de conveniencia y centros comerciales, además de una ampliación de dos horas en la venta de licor, de 6 de la mañana a 5 de la tarde. Quedan restringidos bares y restaurantes.
El presidente dijo que durante la semana se estudiará el tema de volver al uso de transporte publico.
En Uruguay, donde los casos positivos ascienden a 652, las autoridades informaron que 97 de esos contagios afectaron al personal de salud. Detallaron que 79 de ellos ya se recuperaron, 17 están cursando la enfermedad y uno falleció. En total han muerto 17 personas por COVID-19 en Uruguay.
En Colombia, el ministerio de Salud informó que el total de casos en el país es de 7.668, de los cuales se han recuperado 1.722, y 340 personas han muerto a causa de la enfermedad.
Más tarde, las autoridades en Venezuela informaron que la cifra de contagios se elevó a 347 tras confirmarse 12 nuevos casos, tres de ellos vinculados a un brote detectado en una escuela de béisbol en el estado Nueva Esparta, donde se han registrado hasta ahora 44 casos. Del total de infecciones, se contabilizan 158 recuperados y 10 fallecidos.
En tanto, el número de muertes en Panamá alcanzó los 200 y suman ya 6.356 contagios en medio de llamados de la principal autoridad de salud a no distraerse respecto a las medidas de aislamiento social que alguna gente ha burlado durante la semana para exigir ayuda económica y de alimentos.
Panamá es el país de Centroamérica que más contagios y decesos por COVID-19 ha reportado hasta ahora, pero las autoridades destacan que está a la vanguardia en pruebas realizadas en la región —más de 34.400— y que su tasa de letalidad es de las más bajas, al situarse por debajo del 3%.
Los panameños se preguntan cuándo comenzarán a bajar los contagios tras una cuarentena que lleva semanas.
En América Latina se registraban más de 224.000 contagiados y casi 12.400 muertos, con Brasil a la cabeza de las infecciones y decesos.
El coronavirus ha infectado a más de 3,4 millones de personas y causado la muerte a más de 244.000 en todo el mundo, según el Centro de Ciencias e Ingeniería de Sistemas de la Universidad Johns Hopkins, que basa sus datos en los informes de los gobiernos y las autoridades de salud de cada país.
En la mayoría de la gente este virus provoca síntomas leves o moderados que desaparecen en dos a tres semanas, pero en algunas personas, sobre todo los adultos mayores y quienes padecen trastornos de salud subyacentes, puede causar enfermedades más graves e incluso la muerte.
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Con aportaciones de los periodistas de The Associated Press en Latinoamérica.