Industria turística mundial intenta adaptarse al virus
Hace seis meses, la industria del turismo mundial celebraba un año histórico en cuestión de viajes. Ahora se encuentra diezmada y enfrentándose a una recuperación que podría tardar años.
Tourism Economics, una empresa consultora, pronostica que la demanda de viajes a nivel global no retomará su paso normal sino hasta 2023.
Cuando los turistas finalmente regresen, se enfrentarán a un panorama distinto que incorpore el distanciamiento social y otras medidas para atenuar las preocupaciones que aún persistan en torno al COVID-19, la enfermedad que hasta el momento ha cobrado más de 244.000 vidas en todo el mundo y ha dejado a millones de personas infectadas.
“Toma tiempo quitarle el miedo a las personas, y no digamos a la economía”, dijo Mahmud Hadhoud, fundador de Egypt Knight Tours, quien no anticipa que los turistas extranjeros vuelvan poco a poco a Egipto sino hasta septiembre.
La semana pasada, Hilton, Marriott y Aribnb anunciaron medidas de limpieza reforzadas en sus instalaciones de todo el mundo para tranquilizar a los viajeros. En Egipto, Hadhoud ha retirado los cruceros y los viajes en globos aerostáticos de sus paquetes, reemplazándolos con recorridos a los desiertos del oeste del país, en donde los turistas pueden mantener el distanciamiento social.
En Universal Studios en Orlando, Florida, varios equipos trabajan en las atracciones, incluyendo colocar mayor espacio entre las personas en las montañas rusas, dijo John Sprouls, director administrativo, durante un evento virtual reciente para funcionarios de la industria del turismo.
El director general de Wynn Resorts, Matt Maddox, dijo que su compañía podría desinfectar los dados entre cada usuario, colocar menos asientos en las mesas de blackjack e inactivar algunas máquinas tragamonedas para que los apostadores estén separados en sus casinos de Las Vegas, Boston y Macao.
Gary Thulander, director administrativo de Chatham Bars Inn, un hotel de 106 años de antigüedad en Cape Cod, dijo que el lugar planea varios cambios para su reapertura en los próximos meses, incluyendo el registro de huéspedes vía celular, permitirles prescindir del servicio de comidas en la habitación y prolongar las horas de servicio de restaurante para que haya menos huéspedes comiendo al mismo tiempo.
La industria del turismo enfrenta un largo y difícil camino hacia la recuperación. La Organización Mundial de Turismo de las Naciones Unidas pronostica que el arribo mundial de turistas —las visitas de viajeros que llegan a su destino y permanecen al menos una noche— caerá 30% este año respecto al récord de 1.500 millones de personas alcanzado en 2019. Las aerolíneas han mantenido en tierra casi dos terceras partes de sus flotillas después de que gran cantidad de pasajeros desaparecieron. Los cruceros se encuentran anclados, y algunos no zarparán de nuevo hasta noviembre.
Millones de personas que dependen del turismo fueron despedidas o se les dio licencia. Tan sólo en Estados Unidos se calcula que 8 millones de empleados relacionados a este sector se encuentran sin trabajo actualmente, aproximadamente una tercera parte del desempleo total en el país, dijo Roger Dow, presidente y director general de la Asociación de Viajes de Estados Unidos.
Alexandre de Juniac, director general de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA, por sus siglas en inglés), el principal grupo comercial de las aerolíneas, dijo que las compañías necesitan ocupar al menos el 70% de sus asientos para no tener pérdidas en la mayoría de sus vuelos. Si se les obliga a inhabilitar o retirar muchos asientos, dejarán de volar o subirán sus precios en un 50%, advirtió.
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Los periodistas de la AP Colleen Barry en Soave, Italia; Edna Tarigan en Yakarta; Ken Ritter en Las Vegas; Tassanee Vejpongsa en Bangkok; Angela Charlton en París; Ilan Ben Zion en Jerusalén; Isabel DeBre en Los Ángeles; Aritz Parra en Madrid y David Koenig en Dallas contribuyeron con este despacho.